Chile refuerza su frontera ante una posible nueva ola migratoria de venezolanos

FotografÍa cedida por el Ministerio del Interior, de una sesión del Consejo de Seguridad Fronteriza con distintas entidades, este jueves en Colchane (Chile). El Gobierno de Chile anunció este jueves una serie de medidas para reforzar su frontera norte ante una posible nueva ola de migrantes procedentes de Venezuela, que incluye controles biométricos y mayor vigilancia aérea. EFE/ Ministerio del Interior de Chile

 

Santiago de Chile, 1 ago (EFE).- El Gobierno de Chile anunció este jueves una serie de medidas para reforzar su frontera norte ante una posible nueva ola de migrantes procedentes de Venezuela, que incluye controles biométricos y mayor vigilancia aérea.

El subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, informó de la compra de nuevas camionetas, cuatrimotos, furgones de traslado y de la instalación de un control biométrico de voz, rostro y huella digital para poder identificar a las personas que entren de forma irregular.

«También vamos a aumentar la capacidad de vigilancia aérea. Hay dos cosas que están en curso, compra de drones y la compra de una nueva cámara para el avión vigía que Carabineros dispone en la zona norte del país», añadió en rueda de prensa el subsecretario desde Colchane, una localidad del altiplano, ubicada en la frontera con Bolivia, a 2.000 kilómetros al note de Santiago.

Chile mantiene su frontera militarizada desde febrero del año pasado para controlar la migración irregular, un fenómeno que ha aumentado en los últimos tiempos, sobre todo procedente de Venezuela.

FotografÍa cedida por el Ministerio del Interior del subsecretario Manuel Monsalve (c), junto al subsecretario de Defensa, Ricardo Montero (i) en una sesión del Consejo de Seguridad Fronteriza con distintas entidades, este jueves en Colchane (Chile). El Gobierno de Chile anunció este jueves una serie de medidas para reforzar su frontera norte ante una posible nueva ola de migrantes procedentes de Venezuela, que incluye controles biométricos y mayor vigilancia aérea. EFE/ Ministerio del Interior de Chile

Desde el despliegue militar, «272.000 personas han sido controladas en la frontera norte de Chile», añadió Monsalve.

Pese a la pandemia y la crisis social de 2019, Chile sigue siendo uno de los países más atractivos para migrar dentro de América Latina por su estabilidad política y económica.

En Chile viven cerca de 1,6 millones de extranjeros (cerca del 10 % de la población total), siendo los venezolanos la mayoría, seguidos de los peruanos y los colombianos.

La ministra del Interior, Carolina Tohá, dijo por su parte en una radio local que la eventual ola migratoria no sería inmediata sino «en las próximas semanas y meses» y que el Gobierno se ha puesto en contacto con otros países de la región para coordinar acciones conjuntas.

«Hemos estado en diálogo a nivel de Cancillería con todos los países de la región. Todos tienen preocupaciones similares y nos damos cuenta de que, como esto es algo que podemos anticipar, tenemos que prepararnos en conjunto, porque todo lo que hace el país del lado le afecta al otro», aseguró Tohá en radio El Conquistador.

La victoria que el Centro Nacional Electoral (CNE) de Venezuela otorgó a Nicolás Maduro con el 51 % de los votos sobre el candidato opositor Edmundo González Urrutia (44 %), representante de la carismática líder María Corina Machado, ha sido cuestionado tanto por la oposición como por la mayor parte de la comunidad internacional, que exigen transparencia y la publicación de las actas de votación.

En rechazo a sus «injerencistas acciones y declaraciones» sobre las presidenciales del domingo, el líder chavista exigió este lunes a Argentina, Chile, Costa Rica, Perú, Panamá, República Dominicana y Uruguay el retiro «inmediato» de sus delegaciones diplomáticas y decidió también sacar a todo su personal diplomático en estos siete países latinoamericanos.

El presidente chileno, Gabriel Boric, dijo que la expulsión del personal diplomático «demuestra una intolerancia impropia de las democracias» y deja en el «abandono» a los más de 700.000 venezolanos que actualmente viven en Chile.

 

 

 

 

 

 

 

 

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