Santiago de Chile, 12 dic (EFE).- Chile podría dar un giro de 180 grados el domingo y sumarse a la ola ultraderechista que avanza por el continente, con el estadounidense Donald Trump y el argentino Javier Milei como referentes; o darle un respiro a la izquierda, que en la región ha perdido las últimas elecciones.
Más de 15,7 millones de chilenos elegirán al sucesor del progresista Gabriel Boric -que deja el poder en marzo y no puede optar a la reelección- entre dos candidatos que están en las antípodas ideológicas: el ultraderechista José Antonio Kast y la comunista Jeannette Jara.
Aunque la exministra de Trabajo de Boric ganó la primera vuelta del 16 de noviembre con el 26,8 %, todas las encuestas dan como ganador a Kast porque Jara es la candidata única de una amplia coalición progresista y no tiene muchos más votos de donde arañar.
El abogado ultraconservador, sin embargo, quedó segundo (23,9 %), pero esa misma noche ya recibió el apoyo sin condiciones de los candidatos de la derecha tradicional y de otra extrema derecha más radical, sumando entre los tres más del 50 %.
Un nuevo aliado de Trump
Ferviente católico y padre de 9 hijos, Kast fue 16 años diputado por la Unión Demócrata Independiente (UDI), el partido nacido al alero del régimen de Augusto Pinochet (1973-1990), y del que se salió para crear el Partido Republicano.
Defensor del modelo neoliberal instalado en dictadura y del propio régimen -su hermano fue ministro de Pinochet-, es su tercer intento por llegar a La Moneda, tras 2017 y 2021.
Admirador de la primera ministra Georgia Meloni, con quien se ha reunido varias veces, Kast fue presidente de Political Network for Values (PNfV), una red que pregona la defensa de la vida, la familia y el matrimonio en Iberoamérica, y también asiste a las reuniones de la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC).
Para Carlos Malamud, investigador principal para América Latina del Real Instituto Elcano (España) «Kast es una pieza más de la nueva política de Trump hacia América Latina».
Si se cumple lo que vaticinan las encuestas, agregó a EFE, «la estrategia de Trump se va a reforzar porque Chile se va a alinear con otros gobiernos en sintonía similar, como Javier Milei en la Argentina, Santiago Peña en Paraguay, Nayib Bukele en El Salvador o Daniel Novoa en Ecuador».
Kast sería el primer presidente en llegar al poder que defendió a Pinochet e hizo campaña a favor de su continuidad en el plebiscito de 1988.
El primer y único derechista en llegar al poder hasta ahora, desde el retorno a la democracia, ha sido el fallecido Sebastián Piñera (2010-2014 y 2018-2022), que votó en contra de la permanencia del dictador.
«Los avances de las ultras evidencian que las derechas tradicionales están siendo desfondadas. Pasó en Brasil tras el bolsonarismo y en Argentina la derecha de Macri está desdibujada. Mi temor es que pase lo mismo en Chile», explicó a EFE Cristóbal Rovira, de la Universidad Católica.

Izquierda en retroceso
De ganar Jara, algo que todos los expertos coinciden en que es prácticamente imposible por el voto castigo a un Gobierno impopular y su incapacidad para aumentar su caudal de votos, la izquierda democrática regional recibiría un nuevo impulso, después de varias derrotas sonadas este año, como las presidenciales en Bolivia y Ecuador o las legislativas argentinas.
Chile se mantendría junto a México, Brasil, Uruguay y Colombia, donde aún gobierna la izquierda.
«La región se está moviendo a la derecha y seguramente va a seguir el próximo año con Colombia», indicó por su parte a EFE Tulio Vera director ejecutivo interino de Global Americans (Estados Unidos).
Para Claudia Heiss, de la Universidad de Chile, «una muy improbable victoria de Jara, fortalecería la alianza que hoy día tiene Chile con Brasil como polo progresista democrático».
Sin embargo, agregó a EFE, «su política exterior sería de continuidad con la de Boric y no sería muy determinante en las decisiones de Estados Unidos respecto de la región».
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