Un viejo conocido volverá a escena este sábado 16 de noviembre: la calle. La oposición tomó la iniciativa hace casi un mes cuando anunció la movilización; mientras el chavismo, a manera reactiva, hizo lo mismo pocos días después.
Cada uno con objetivos diferentes, Juan Guaidó, tratando de “desperezar” a su base popular, seis meses después de la última gran movilización; y el chavismo, de la mano del tándem Nicolás Maduro-Diosdado Cabello; “mostrando los dientes” con su habitual maquinaria de movilización popular.
Paradójicamente, el episodio Bolivia insufla la moral de unos (los opositores) y previene a los otros (el chavismo). «La solución (…) pasa por que todos ejerzamos con fuerza nuestro derecho en la calle», repite el ingeniero parlamentario de 36 años, cuya última gran movilización se remonta al 1 de mayo, un día después de un fallido levantamiento militar contra Maduro.
Desde Miraflores advierte: «No se equivoquen, no saquen cálculos falsos con nosotros (…). El que se ‘coma la luz’, va preso».
Guaidó convocó a los ciudadanos a retomar las calles con una marcha partirá desde varios puntos: la avenida principal de Bello Monte, el Unicentro El Marqués, el distribuidor Santa Fe y la plaza Altamira. El sitio de llegada de estas manifestaciones será la plaza José Martí en Chacaíto, en el municipio Libertador de Caracas.
“Uno de los objetivos principales de la convocatoria a la calle ya se cumplió, que es reunificar la lucha y mantenerla. El día de mañana (sábado 16) el mensaje es cada venezolano en la calle que no se cansa, que no se rinde. Tenemos que vencer la falsa normalidad que quiere hacer ver el régimen”, espetó Guaidó.
En el chavismo, uno de los hombres clave de estas movilizaciones es, por lejos, Darío Vivas, quien esta semana dijo que “será una gran movilización activa y total, con cada sector social y político concentrados para respaldar al presidente Nicolás Maduro Moros y la Revolución Bolivariana ante las pretensiones de la derecha apátrida”.
Los afectos al oficialismo tienen previsto movilizarse desde la avenida Libertador, a la altura de la sede principal de la Cantv; la avenida Sucre de Catia, a la altura del Parque Alí Primera y la avenida Páez de El Paraíso, donde una caravana de motorizados, recorrerá toda la avenida San Martín.
Para el presidente de Datanálisis, Luis Vicente León, el caso boliviano «estimula» a la oposición venezolana, con la «esperanza agotada». «Es un condimento. La carne tienen que buscarla adentro».
Sin embargo, el apoyo a Guaidó ha decaído, al punto que 38% de los opositores desea que surja otro líder, según Delphos.
Al dirigente le esperan días clave, como el 5 de enero, cuando finalizará su período al frente del Legislativo, cargo desde el cual reclamó la presidencia interina.
Aunque la mayoría de la coalición apoya su continuidad, un acuerdo previo establece que la presidencia rotativa corresponde a los partidos minoritarios, unos críticos de Guaidó y otros en negociaciones con el gobierno.
La pugna por el poder pareció estancarse en septiembre tras fracasar un diálogo entre delegados de Maduro y Guaidó con mediación de Noruega
No obstante, el oficialismo y la oposición acordaron iniciar un proceso legislativo para renovar el poder electoral, pero con horizontes distintos: Guaidó buscando presidenciales y Maduro parlamentarias en 2020.