El equipo de redacción del DLA logró constatar la realidad de la situación, donde abunda la maleza de casi dos metros de altura, basura, mamotretos de carros viejos, fabricados con fibra de vidrio, un barco pirata que se niega a sucumbir porque lo sostiene una vetusta estructura de metal, la base donde funcionaban las sillas voladoras y un inservible viaje a la luna.
El amplio terreno ubicado en pleno corazón de Las Acacias, al lado de la avenida Bolivariana, en la ciudad de Valera, Trujillo, donde anteriormente se instalaban carruseles, circos, plaza de toros y famosos templetes para el disfrute, esparcimiento y diversión de las familias, ahora sólo quedó como cementerio de una vieja estructura de carrusel que fue desvalijada y que sirve de dormitorio de indigentes que realizan necesidades al aire libre y guarida para cometer cualquier fechoría.
Este lugar, rodeado de conjuntos residenciales, guarderías, escuelas, liceos y hasta una clínica, ahora luce triste, desolado, abandonado, tenebroso, peligroso y lleno de monte. Recibiendo la llamada de alerta y denuncia de varios vecinos cercanos al lugar, quienes están alertados por lo peligroso que han convertido este lugar, el equipo reporteril de Diario de Los Andes, fue designado para adentrarse a las entrañas de este lugar e investigar y corroborar qué pasa allí.
Al llegar la comisión del DLA, se logró constatar la realidad: maleza de casi dos metros de altura, basura, mamotretos de carros viejos, fabricados con fibra de vidrio, un barco pirata que se niega a sucumbir porque lo sostiene una vetusta estructura de metal, la base donde funcionaban las sillas voladoras y un inservible viaje a la luna que antes servía para que los niños y adultos gozaran un puyero, además, conteiner desvalijados que sirven como dormitorios para que indigentes realicen cualquier tipo de vagabunderías.
En la minuciosa pesquisa realizada se logró detectar como evidencias cédulas, fotos, carteras, tarjetas de débitos, que han dejado tiradas luego de que todo apunta a que han sido robadas a personas dentro de busetas o que transitan cerca de esta zona, es decir, este terreno funciona como lugar para desechar estos objetos.
Algunos vecinos con quienes conversamos, quienes pidieron fueran reservados sus nombres por temor a represalias, explicaron el temor que sienten, ya que desde los apartamentos ubicados ellos logran visualizar todo lo que ahí ocurre. Le piden a las autoridades a las que les competa este asunto atiendan esta calamidad por la que están pasando y alertan que actúen rápido, eficiente y eficazmente para prevenir que pueda ocurrir una tragedia mayor, ya que esa zona está muy riesgosa.
“Qué cosas no he visto desde arriba, desde nuestros apartamentos. Los indigentes tienen ese terreno por cuenta de ellos. A plena luz del día se observa como hombres hacen sus necesidades. Por aquí pasan muchas personas, incluso niñas y niños pertenecientes a los liceos que circundan el área, personas que por la mañana y tarde realizan ejercicios. Los domingos los padres traían a sus hijos a manejar bicicletas y ya no volvieron por temor a que los roben. Nosotros salimos atemorizados, ya que esta zona es la perfecta guarida y se presta para cualquier acto violento. ¡Necesitamos urgente quiten esos peroles, limpien este terrenal y le den mejor utilidad”, aseveró un informante”.