Por Héctor Antolínez
Caracas. Otro de los nombres que se ha sumado a la puja por ser presidente de la República es el de César Pérez Vivas, quien aspira con su experiencia y su conocimiento ser, como él lo dice, el que conduzca a la oposición en un cambio de gobierno en Venezuela.
Durante su entrevista con Crónica.Uno, Pérez Vivas manifestó que una victoria en la primaria de la Plataforma Unitaria le permitiría tener la autoridad para guiar a la oposición en lugar de simplemente “imponerse” sobre los otros liderazgos opositores.
César Pérez Vivas también dijo no creerse “ni el mejor ni el último” de los candidatos presidenciales, pero destacó que es un candidato útil y con la experiencia que la coyuntura actual requiere. Sus respuestas durante la entrevista, a continuación:
¿Qué consideraciones hace sobre el proceso de la primaria en este momento?
—Toda actividad humana siempre es susceptible de ser mejorable. Sin embargo, parto del principio que reza que “lo perfecto es enemigo de lo bueno”. Lo importante a destacar en el tema de la primaria es que hemos logrado incorporar al conjunto de la sociedad democrática a la política de la primaria.
Venimos de una etapa en la cual el tema de la participación electoral estuvo muy cuestionada, en el 2018 con motivo de las presidenciales de mayo, yo fui uno de los que abogó por un candidato unitario, me parecía que la inminencia del proceso aconsejaba una candidatura consensuada y, sobre todo, una fuera de los actores políticos, más académica, que tomara el poder de forma breve para ser una transición.
Mi propuesta no tuvo eco y se impuso, luego del fracaso en República Dominicana. la tesis de la abstención, el discurso según el cual no se podía ir a elecciones por la naturaleza autoritaria, criminal del sistema político nacional y privó la tesis de que el cambio político se podía resolver con el R2P, el TIAR o que Donald Trump viniera a sacar al gobierno. Eso nos llevó a un error político que fue dejarle la cancha sola a Maduro en el 2018.
Más allá de definir un candidato ¿Para qué puede servir la elección primaria?
—La primaria tiene un efecto dinamizador de la vida política. Todos nosotros (los candidatos) estamos desplegándonos en la opinión pública, en las regiones, estamos convocando a ciudadanos a que se incorporen a la vida política. Venimos de una etapa de recesión, frustración, e indignación con la política y los dirigentes producto de los errores que se cometieron durante estos años.
El hecho de que muchos de nosotros estemos en la escena, sobre todo algunos como yo que no tenemos nada que ver con esta dirección política que se ha tenido en los últimos 10 años, eso anima a mucha gente que ha estado alejada de la política y que se está incorporando con nosotros a cooperar en la tarea de buscar la alternativa.
También sirve para simplificar el espectro político, si tenemos 10 o 12 opciones, la primaria servirá para tener uno solo, y en tercer lugar va a permitir que el liderazgo escogido tenga la capacidad de comprender la diversidad e integrarla, por eso uno de mis planteamientos es que yo garantizo a la sociedad una conducción que integre la diversidad; mi triunfo no es aplastar a otros actores de la oposición, lo que busco es liderarlos.
Sobre las primarias hay algunos actores que no están de acuerdo con el apoyo solicitado al Consejo Nacional Electoral ¿Confía usted en el órgano comicial?
—Como dicen en Los Andes: ni mucha luz que queme al santo, ni tan poca que no lo alumbre. Es decir, no podemos poner el proceso en manos del CNE. Por fortuna ese hecho ya no ocurrió porque el proceso lo dirige la sociedad civil a través de una comisión de primarias, pero tampoco podemos llegar al extremo de olvidar que el CNE existe, porque está ahí y nos vamos a topar con él en las presidenciales. Por eso, si desde este momento empezamos una campaña para poner de relieve las fallas y los problemas que hay con el CNE, entonces estamos minando el camino a la elección.
Hay que entender que el CNE lo controla Maduro y que tiene elementos no transparentes a los que tenemos que combatir y tener claro que con ese CNE es que vamos a ir a las elecciones. Lo voy a poner más cerrero, por ahí se ha hablado de la posibilidad de un cambio de rectores, la idea es poner un rector espanta votos porque la estrategia de Maduro es clara: dividir y desmoralizar al electorado. ¿A quién le vamos a pedir el Registro Electoral?, tiene que ser al CNE, ¿A quién pedimos las sedes para votar?, ¿Votaremos en una plaza para que venga un grupo a caerle a golpes a la gente?, soy partidario de que se pidan las escuelas.
¿Cuáles son las fortalezas y debilidades de su campaña?
—No es fácil para el pulpero lavar su queso. Yo comenzaría con que una debilidad es la realidad socioeconómica del país, el país está empobrecido, una candidatura ciudadana como la mía se encuentra con unos venezolanos que están empobrecidos, que tienen limitaciones para movilizarse y eso obviamente limita el despliegue de la acción política.
En segundo lugar, un tema que desfavorece muchísimo no solo mi opción sino la de otros candidatos, es la censura brutal de los medios de comunicación y, a dirigentes como yo, que hemos tenido a lo largo de estos 23 años una postura inflexible de cuestionamiento a la dictadura de Maduro, la censura es mucho más clara.
Me ha pasado con medios de que me llaman y me dicen que no me pueden entrevistar por instrucción del gobernador o el alcalde, o que si voy a un medio me piden no decir tal o tal cosa.
Entre las ventajas está que soy un hombre que conoce el país, que tiene más de 40 años recorriéndolo, que ha estado en todos los municipios, que entiende la geografía física y humana de Venezuela.
Otra fortaleza es que soy un hombre formado para la política y el problema de Venezuela es político. Hay quienes quieren resolver el problema desde la antipolítica. Yo tengo la experiencia para liderar este momento político. Para liderar al país hacia la democracia y hacia el desarrollo y el bienestar.
Con respecto a la maquinaria política ¿Tiene la suficiente para medirse a los partidos más grandes de la oposición?
—En Venezuela ya no hay partidos grandes, ni siquiera el PSUV, que era producto del aparataje militar que se le impuso es una fuerza aplastante. Acaban de pasar los eventos del 4 de febrero y los actos organizados por el Gobierno y el PSUV lo que dan es lástima. Ahora le podemos decir a ellos ‘los escuálidos de verdad’.
Yo sí cuento con equipos humanos en toda Venezuela. Vengo de uno de los partidos más importantes de toda la democracia: el partido socialcristiano Copei, del cual yo he sido dirigente desde muy joven. No hay un pueblo en Venezuela donde no haya una persona que haya estado o esté en la familia democratacristiana.
Pero además los años que he tenido como gobernador de Táchira me permitieron vincularme con muchos dirigentes de la sociedad democrática y esos dirigentes confían en la amplitud, en la madurez que podemos imponer en el Estado. Por eso en mi campaña hay dirigentes de varios partidos, dirigentes de la sociedad civil. Por eso digo que sí contamos con la maquinaria y los hombres y mujeres que van a defender los votos.
Hace poco hablaba de la estrategia de la abstención ¿Cómo se hace para convencer a los sectores que todavía apoyan esa vía?
—Con la palabra, con el testimonio, la presencial, la persuasión. Si bien la política tiene componentes emocionales, estamos frente a seres humanos, seres humanos que deben ser tocados por nosotros para la reflexión.
Si usted considera que no es posible cambiar al régimen por la vía del voto, entonces es porque usted cree que se puede hacer por la vía de la fuerza, ahora bien ¿está usted en capacidad de articular una fuerza y desplazar a este contingente que tomó el poder del Estado para sí? Inclusive si lo tuviese, habría que medir las consecuencias porque estaríamos frente al escenario de la guerra ¿Es eso lo que le conviene al país?, ¿Es saludable para el futuro del país?, me parece que sería una temeridad transitar ese camino, por eso creo que el arma de los ciudadanos: el voto, hay que utilizarlo.
Si la usamos masivamente, podemos construir una mayoría que le va a ser muy difícil a Maduro y a su camarilla desconocer. Maduro por eso está desesperado y desarrollando una estrategia muy sencilla, yo la llamo La D al cuadrado: Dividir y Desmoralizar a la sociedad. Ahora, si el objetivo de él es dividirnos para mantenerse en el poder, lo lógico es que los que queremos el cambio nos integremos y unamos las fuerzas para ir a la lucha política.
En caso de que logre ganar la primaria ¿Cómo haría para conducir a una oposición que en los últimos meses se ha mostrado tan dividida?
—Es tener la legitimidad y la capacidad de conducción, soy de naturaleza un conductor político. Soy un hombre que se ha formado desde muy joven dirigiendo equipos diversos, plurales, articulando voluntades.
De modo que si una virtud puedo mostrar es esa capacidad de integrar y de poder aprovechar el talento positivo que cada sector de la sociedad tiene. Así como hay factores que de momento son despreciables, aquellos que se han convertido en agentes, colaboracionistas, aquellos que se han vendido por dinero a los intereses del régimen, hay también mucha gente en la sociedad democrática, en los partidos, que tiene amor a Venezuela, hay que saberlos conducir, saberlos ubicar.
Lo otro sería excluirlos, sacarlos, entonces no se logrará la unidad. Por eso mi prédica es verdaderamente liderar un proceso de unidad y a esa tarea puedo dedicarme porque lo sé hacer, lo he hecho ya cuando fui gobernador del estado Táchira, que pude articular no solo a los partidos, sino a la sociedad civil, al mundo académico, al mundo productivo, gremial y religioso. Todo eso formó una sinergia que nos permitió un espacio de paz y democracia.
¿Concretamente, qué propone para la economía?
—Para sacar adelante esta economía arruinada, estatizada y mafiosa que se instaló en Venezuela lo primero es lograr un cambio político. Si no hay cambio político no hay cambio económico. En concreto me propongo varias líneas, la primera es el respeto absoluto a la propiedad privada; segundo es el respeto a la iniciativa privada; en tercer lugar me propongo la privatización de las empresas del Estado, de forma que el dinero que dedica el Estado central a mantener estas empresas fantasmas que ya no son y mantener unas nóminas miserables se puedan quitar del peso de la administración y venga la economía privada a rescatarlas, con lo cual además de pagar salarios decentes también producirá impuestos al Estado.
Otra línea grande sería una apertura petrolera, voy a liderar un proceso para invitar a Venezuela a las principales empresas internacionales con capacidad tecnológica y financiera, no es fácil porque se compite contra muchos actores en el mercado internacional pero una buena relación política con EE. UU. y Europa puede ayudar.
También quiero lanzar una gran línea agroalimentaria que permita proteger a los productores, para eso tengo previsto privatizar la tierra que es del Estado y que el dueño de la tierra sea el agricultor, el ganadero.
¿Y en lo social qué propone?
—Crecimiento económico para atender lo social. En primer lugar voy a impulsar un plan de emergencia humanitaria a penas lleguemos al poder ¿Por qué? Porque la recuperación económica toma tiempo, privatizar, abrir las inversiones, incrementar los ingresos para mejorar los salarios es un proceso que toma tiempo. Tenemos que hacer un plan de emergencia humanitaria para en primer lugar atender la alimentación y la salud de los venezolanos, para eso vamos a usar los recursos que estén disponibles de la comunidad internacional, vengan de EE. UU. o de Europa. Yo no voy a andar con los complejos de estos señores de que a los gringos no se les podía recibir nada. Estamos dispuestos a cooperar con ellos para atender este problema. Pero mi gran objetivo es el salario de los trabajadores y las pensiones de jubilados, de forma que en mi gobierno, que va a durar 5 años sin reelección, este será un tema clave.
Durante una de sus entrevistas habló de una política de seguridad similar a la del presidente Bukele ¿No le preocupa que esto pueda llevar a abusos en un país donde ya se ha vivido situaciones de ese estilo con las OLP?
—Lo que yo estoy planteando es que hay dos maneras de abordar el tema de las bandas criminales: uno es de complicidad con ellas ¿Qué es lo que pasa con Maduro?, Maduro tenía a todos estos grupos armados acá, el caso del famoso de la Cota 905, El Coqui, el otro el de Petare, El Tren de Aragua, el caso de los grupos en la frontera que secuestran y fusilan a ciudadanas, los grupos que operan en las minas.
Eso existe porque el Gobierno las protege, como político de la frontera he visto como llegan estos grupos y fusilan a tres ciudadanos estando al lado de un cuartel militar, esto pasa porque se les permite hacer eso. El otro extremo es el de Bukele, que las combate de manera determinada, yo prefiero combatirlas, obviamente evitando daños a personas inocentes, teniendo el cuidado de controlar los DD. HH.
Pero no podemos pensar que vamos a resolver el tema de las bandas criminales con negociaciones. Aquí hicieron las zonas de paz, que eran una negociación con las bandas delictivas, eso fue lo que derivó en las OLP. Nosotros no vamos a tener ninguna intención de negociar con bandas criminales, nuestra intención es someterlas a la ley y la que no se someta tiene que ser despejada del territorio nacional.
¿Por qué César Pérez Vivas es el mejor candidato para la primaria y para la presidencia?
—No me siento el mejor ni el último. No tengo esa presunción. Hay quienes se sienten los mejores o los únicos, único es Dios. Soy un candidato útil y conveniente en esta coyuntura en Venezuela. En el país hay mucha gente valiosa, mucha gente preparada, pero de momento las circunstancias no les permiten ser candidatos, unos están fuera del país por persecución política, otros quizá no tienen la disposición de recorrer el país como yo, de modo que soy un dirigente, una persona con la formación, el conocimiento, la capacidad, la voluntad, el carácter para conducir el país y puedo prestar ese servicio a Venezuela y por eso he puesto mi nombre al servicio del país con espíritu de servicio y sin ningún tipo de prepotencia pensando que soy ni la última tapa del refresco. Soy un venezolano, son un demócrata que defiende la libertad y que pone su nombre al servicio de los ciudadanos para derrotar a Maduro y reconstruir a Venezuela.
Fuente: Crónica Uno
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