Por: Luis A. Villarreal P.
Pendientes de las proposiciones electorales que para las Primarias y Presidenciales lógicamente se tienen que formalizar —por parte de quienes aspiran beneficiar su liderazgo en esas dos contiendas—, hemos tenido ocasión de conocer el ideario político del ducho dirigente César Pérez Vivas. Contenido en diez aspectos principales sobre los que aspira —según da a entender— entusiasmar fundamentalmente y sin ambages a los venezolanos de buena voluntad, por ser, grosso modo, lo que Venezuela oportunamente necesita para ir saliendo de la extendida y agobiante crisis.
Su propuesta, de entrada y antes que nada, hace énfasis en una reestructuración más allá de las próximas elecciones. También es ambiciosamente presidencialista, por cuanto se delinean y tocan aspectos de lo que sería un gobierno transicional, realista y serio.
De modo que el orden de la propuesta, por parte de su movimiento Concertación Ciudadana, empieza por impulsar algunas modificaciones para muchos súper necesarias en el esquema constitucional, quitando los excesos e incluyendo las omisiones que caracterizan la constitución de 1999:
1.- Eliminar la reelección presidencial.
2.- Periodo único de gobierno de cinco años.
3.- Doble vuelta en la elección presidencial.
4.- Congreso bicameral.
5.- Economía de mercado.
6.- Reinserción de Venezuela en organismos financieros internacionales: FMI, BID, BM.
7.- Apertura petrolera.
8.- Desaplicación de leyes que menoscaban los DDHH y las libertades económicas.
9.- Plan de emergencia alimentaria y sanitaria;
y 10.- Promoción de la ética en las funciones públicas, de acuerdo al sistema de justicia [imparcial, autónomo y eficiente].
La explicación de la misma fue complementada asumiendo el compromiso tácito con las Primarias y la Unidad.
En la entrevista que le hiciera Norbey Marín en YouTube, Pérez Vivas pudo empalmarse con la secuencia de la lucha que está planteándose en contexto, y, a requerimiento del conductor del programa, dejó claro su compromiso y postura frente a temas cruciales que persisten en la mente de los electores:
Sobre la supuesta participación del CNE en las elecciones opositoras, para lo que se está habilitando una Comisión Técnica, consideró que es potestad de la Comisión Nacional de Primarias, a la que dio espaldarazo de confianza por la respetabilidad y competencia profesional de los miembros que la integran.
Precisó que unitaria y democráticamente aceptará los resultados opositores en caso de no salir favorecido, lo que pone a prueba su cualidad unificadora ante el objetivo ineludible del cambio.
Aseveró tener la disposición de reclamar el triunfo en caso de ir a la contienda presidencial y resultar victorioso, para lo que de antemano nos insta a prepararnos, dejando abierta la posibilidad de convocar al pueblo, de ser el caso.
No dijo nada —de manera explícita— sobre lo que ocurre con el Diálogo en México y la postura de EEUU al respecto, entendiéndose que la Misión de las negociaciones es conseguir mejores y seguras condiciones electorales, con la realización de Elecciones Libres, aspiración que densos sectores nacionales y países esperan para las presidenciales venezolanas.
En síntesis interpretamos, de su exposición, que Pérez Vivas y su propuesta representan la aspiración presidencial que tiene por objeto —como afirma— el encarrilamiento democrático de Venezuela, a través de un equipo de gobierno [eficaz] que dará efectivo tratamiento a ingentes problemas que agobian a los venezolanos, como el hambre y la miseria; y la recuperación de las instituciones promocionando la ética en sus funciones, muy prioritariamente a la FAN.
Dejando muy clara la idea de una política económica, social y ecológica de mercado, de privatización; incluso, que la preferencia ante la geopolítica estará en nuestra región, en nuestro continente, con EEUU, sin desmedro de otras relaciones importantes inherentes al intercambio diverso que nos induce la civilidad y la globalización.
Luego de haber intentado sin éxito alguno el referendo revocatorio, porque no aglutinó debido apoyo a la contradicción de revocar a quien no fue reconocido, lo que además quería decir legitimarlo —entre otras explicaciones—, ahora nos deja Pérez Vivas una imagen que no debieron perder los líderes y partidos políticos que posibilitaron la Venezuela democrática, porque desde hace varios lustros sucumben ante el proceder oficialista, disfrazado de intenciones nacionalistas, ahogándose en sus propios vicios y celestinajes.
Lástima que las organizaciones partidistas históricas, del ensayo democrático de cuatro décadas, no hayan podido zafarse de las dentelladas que las tienen en lamentables procesos de judicialización y nadando desorientadas contra la corriente democratizadora.
Queda empeñada la palabra de CPV en muchos aspectos que no dejan de ser relevantes y trascendentes en las aciagas circunstancias de esta lucha férrea y desigual, cuesta arriba, que nos corresponde librar a quienes nos sentimos entrañablemente venezolanos.
Asumiendo el escepticismo como una actitud anticiudadana, y que el no creer en nada es el submundo de los negativos y apáticos que no construyen —ya que lamentablemente militan en el conformismo, o no tienen idea de país ni de patria—, ahora nos queda observar y analizar otras propuestas y actitudes de quienes desean legitimar su liderazgo en las Primarias, como antesala de los debates que seguramente han de organizarse, y que serán brújula y aliciente de muchos para decidirse a participar en este intercambio de ideas que sin duda serán coincidentes y madurarán como el trigo por nuestra Venezuela.
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