Hay sectores de la zona comercial de San Cristóbal que superan las 25 horas sin energía eléctrica, por lo que la mayoría de los negocios permanecen con las santamarías abajo.
San Cristóbal. El apagón de las últimas horas afectó a algunos sectores de la ciudad de San Cristóbal por más tiempo que a otros, más de la mitad de las calles del centro y de Barrio Obrero, zonas comerciales de la capital tachirense, cuentan unas 25 horas sin luz.
Durante un recorrido realizado por El Pitazo por estos sectores, se pudo comprobar que la mayoría de los comercios permanecen cerrados, otros decidieron abrir aunque la plataforma de los bancos está caída y los puntos de venta no pasan, y unos más tienen las plantas eléctricas encendidas, aunque no sea una garantía para cobrar.
Reciben bolívares en efectivo, pesos o dólares para poder realizar alguna venta, pero los entrevistados coincidan en que pasadas las horas del mediodía de este martes si habían hecho una venta era mucho.
Martha trabaja en una panadería de la quinta avenida del centro. Estaban funcionando con planta, pero eso no les garantizó poder vender. Aunque abrieron a las 7 de la mañana y eran las 11, no habían salido ni de un pan, porque los puntos de venta –que eran cinco- no estaban funcionando.
“El inalámbrico depende de movistar y resulta que se cayó la plataforma. Aquí estamos esperando a ver si alguien llega con efectivo, pero nadie tiene. La gente se para aquí es a hablar, pero más nada, nosotros no tenemos permiso de nuestro jefe de recibir pesos”, afirmó.
En unos cuatro negocios más allá había una tienda grande de venta de zarcillos y ganchos. Tenían dos plantas eléctricas conectadas, pero sin funcionar, pues cuando se dieron cuenta de que los puntos de venta no servían ni generando la luz de ayuda, prefirieron ahorrar ese combustible para más adelante.
“Es complicado porque conseguir gasolina para que las plantas funcionen también es un tema. En la estación de servicio no la venden porque no es un carro con chip, toca comprarla por fuera y una pimpina de 20 litros ya está costando 25 mil pesos, quedamos en la quiebra si seguimos así, porque nada estamos vendiendo”, manifestó José, empleado de la tienda.
Alrededor todas las santamarías estaban cerradas y al frente se veía la cola para ingresar al banco, que también estaba sin energía. Unas dos cuadras más adelante en un pequeño centro comercial de unos 10 negocios, una señora estaba sentada a las afueras vendiendo cartones de huevos. “Si son de la prensa pasen y muestren, miren como no nos dejan trabajar. Venimos a abrir las puertas porque nos negamos a que Venezuela se paralice por quienes nos quieren seguir destruyendo”, dijo.
En las estaciones de servicio las colas son kilométricas. Superan en algunos casos las 30 cuadras, pero aún así los ciudadanos siguen en espera. Mónica Jaimes tenía una hora en cola, pero le faltaban más de 20 cuadras para pasar, aunque en ese momento había llegado la luz justo donde se encontraba, no tenía la certeza de que no se volviera a ir, ni tampoco de que hubiera suficiente gasolina, sin embargo estaba decidida a quedarse, prefiere pasar un día en cola que pagarle a los pimpineros.
En igual situación estaba León Jaramillo. Tenía dos horas en la fila, pero la cantidad de vehículos que llevaba por delante eran incontables. Aunque se acabara el combustible o se fuera la luz se iba a quedar en la cola. Tan sólo tenía un cuarto de tanque, pero acotó que no está decidido a pagarles a quienes sólo hacen cola para vender la gasolina.
70% de los negocios cerrados
El vicepresidente de Fedecámaras Táchira, Pietro Ceniccola, indicó que el problema con la electricidad tiene paralizado el 70% de los comercios del Táchira. “Hay negocios que requieren procesos de refrigeración y tienen que de repente comprar un nuevo motor de la nevera, el tema del aire acondicionado, hay aires que se dañaron con los apagones. Entonces dicen que la electricidad es regalada, pero todo lo demás nadie lo asume”, acotó.
Indicó que hay quienes decidieron cerrar e irse del país antes de la crisis actual, pero con la posibilidad de que se dé un cambio de gobierno en Venezuela otros han decidido aguantar, aunque el costo a medida que pasa el tiempo sigue aumentando.
“Nosotros prácticamente estamos ahora en menos de un 70% de actividad y eso lo sostiene Consecomercio. De ese 30% que está funcionando, las operaciones están prácticamente en un 50%, imagínense el impacto económico, es gravísimo”, manifestó.