CATÓN EL JOVEN: EJEMPLO DE ESTOICISMO EXTREMO | Por: Ernesto Rodríguez

 

Ernesto Rodríguez (ernestorodri49@gmail.com)

El ‘Estoicismo’ fue una escuela de pensamiento en la antigua Grecia y Roma, cuyo fundador fue Zenón de Citio (335-263 A. de C.), que nació en Citio (Chipre).

En el año 306 (A. de C.), ya instalado en Atenas, inició su magisterio en la ‘Stoa Poikile’ (Pórtico de las Pinturas) y por eso sus seguidores fueron llamados ‘los filósofos del pórtico’ o ‘estoicos’. La escuela estoica pervivió durante 5 siglos desde el siglo 3 (A. de C.) hasta el siglo 2 de nuestra era.

La escuela pasó por varios períodos pero eso no lo vamos a ver en el presente artículo.

Para los estoicos, la moral aconseja una actitud de ‘imperturbabilidad’ frente al destino aceptando todo lo que necesariamente debe ocurrir. Por eso, según los estoicos, la ‘felicidad’ estriba en tal imperturbabilidad, una indiferencia y despreocupación, que se consiguen una vez que se han superado los sentimientos y pasiones como la ira, el miedo, la angustia ante los problemas y amenazas en la vida, etc.

No obstante, muchas personas creen que los antiguos filósofos estoicos de Grecia y Roma vivían recluidos y exhortaban a resignarse pasivamente ante las injusticias sociales. Pero eso no es cierto. La historia evidencia que muchos de los grandes estoicos tuvieron una vida política muy activa y precisamente porque despreciaban los peligros se arriesgaban mucho para defender sus principios y se enfrentaban con el poder establecido. Por ejemplo los estoicos como el romano Séneca (1 A.de C.-65), Epicteto (50-130), Musonio Rufo (aprox. 30-100), Posidonio (aprox. 135-51 A. de C.), Rutilio Rufo (nac. 160 A. de C.), Helvidio Prisco y Paconio Agripino sufrieron el destierro. Otros como Trásea Peto y Bárea Sorano fueron condenados a muerte por el emperador romano Nerón (37-68). El historiador romano Tácito (aprox. 55-120) en sus ‘Anales’ refiere que Nerón los condenó a muerte para acabar con su virtud estoica (Libro XVI. 21). El mismo Séneca también fue condenado a muerte por Nerón y se suicidó cortándose las venas.

No obstante, los estoicos fueron admirados por su autocontrol y porque rechazaban muchas emociones como la ira. En tal sentido uno de los ejemplos más impresionantes es el de Catón el Joven (95-46 A. de C.) que era el tataranieto de Catón el Censor (234-148 A. de C.), que fue un estadista romano de costumbres muy austeras, y estaba obsesionado con exterminar a Cartago, y terminaba todos sus discursos en el Senado diciendo: “Cartago delenda est” (Cartago debe ser destruida).

Catón el Joven en el año 63 (A. de C.) convenció al Senado Romano para que ejecutara a los seguidores del conspirador romano Catilina (aprox. 108-62 A. de C.). Luego en el año 52 (A. de C.) Catón el Joven apoyó a Pompeyo (106-48 A. de C.) como único Cónsul y actuó contra Julio César (100-44 A. de C.), lo cual fue una de las causas de la Guerra Civil. En el año 46 A. de C. Catón el Joven se suicidó en Utica (África) al conocer que Julio César había ganado la batalla de Tapso y no había nada que hacer. Pero Catón se suicidó porque pensaba que si seguía vivo le haría un gran favor a Julio César. Es bien conocido que los estoicos no tenían temor a la muerte.

Catón el Joven fue educado como estoico y Séneca en su ensayo ‘Sobre la Firmeza del Sabio’ lo califica como el estoico perfecto, el sabio que no puede recibir ninguna injuria ni ofensa porque es inmune a todas (sección II.1). Séneca le admiraba muchísimo y en varias ocasiones hizo referencia a su capacidad para tolerar ofensas. Por ejemplo en su ensayo ‘Sobre la Ira’ Séneca refiere que en una ocasión un adversario llamado Lentulo le escupió en la cara, pero Catón en vez de indignarse le respondió: “Lentulo, yo juraré que esas personas que dicen que no sabes usar tu boca están equivocadas” (‘Sobre la Ira’, III.38). Séneca también refiere que en otra ocasión Catón el Joven fue abofeteado en un baño público por un desconocido. Luego, cuando ese desconocido supo quién era Catón el Joven, le buscó para pedirle disculpas pero Catón le respondió: “Yo no recuerdo haber sido abofeteado” (‘Sobre la Ira’, II.32). Séneca dice que Catón demostró una sabiduría superior porque en vez de perdonar al desconocido, simplemente ignoró los golpes que recibió (‘Sobre la Firmeza del Sabio’, XIV.3).

Vemos que los estoicos diferenciaban entre las pugnas que valían la pena y las que no valían la pena. Cuando no valían la pena hacían gala de un increíble autocontrol emocional…Pero sinceramente…¡Qué difícil debe ser llegar a tener un autocontrol como Catón el Joven!!!!.

 

 

 


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