Casualidades y absurdidad en la vida humana | Por: Ernesto Rodríguez

Una de las cosas más impactantes es pensar en el papel de las casualidades en la vida de un humano desde que un espermatozoide fecunda un óvulo. En primer lugar, un hombre sano puede emitir hasta unos 500 millones de espermatozoides en una eyaculación, pero solamente uno de ellos fecundará un óvulo. Entonces pensemos en la bajísima probabilidad del espermatozoide exitoso (1 entre 500 millones) y en los millones de posibles personas que nunca nacieron. Además cada espermatozoide es único en su constitución genética. El genetista español-estadounidense Francisco José Ayala (nac. 1934) en su obra: ‘La Teoría de la Evolución’ (1994) lo explica así: “Un individuo humano típico tiene el potencial de producir aproximadamente un número de tipos de gametos diferentes igual a 1 seguido de 605 ceros. Pero ese número es mayor que el número de átomos en el universo que se calcula que es 1 seguido de 76 ceros, que es trivial en comparación. Queda claro, entonces, que toda célula sexual producida por un ser humano es genéticamente diferente de cualquier otra célula sexual, y, por tanto, que no es posible que hayan existido o vayan a existir dos individuos que sean genéticamente idénticos (con la excepción de los gemelos idénticos, los cuales se desarrollan de un solo óvulo fertilizado) (…) Todo individuo representa una configuración genética única que nunca se repetirá” (1). Entonces por casualidad una persona puede tener genes buenos pero también genes perjudiciales.

Algunos autores como el extraordinario poeta persa Omar Khayyam (aprox. 1050-1122) han expresado su perplejidad ante la existencia humana. Este poeta, que además era matemático y astrónomo, publicó varios ‘Rubaiyat’ que eran colecciones de poemas llamados ‘rubai’. Veamos algunos rubai: “La vida es un tablero de ajedrez donde el Hado nos mueve / Cual peones en la partida noches y días / Las mueve, da jaque, mata / Y una por una arroja todas en el cajón de la Nada” (2). En otro rubai dice: “A nadie le pedí la existencia. Por eso me esfuerzo en acoger indiferente cuanto me regala la vida ¿Por qué tendré que irme ignorando a qué debo mi paso por La Tierra?” (rubai 14 en la edición en castellano). En el rubai XXXII de la segunda traducción de Fitzgerald se dice algo similar: “Dentro de este Universo, y sin saber ‘Por Qué’ / Ni de ‘Dónde’, como el Agua que fluye quiera o no quiera / Y al salir de él, como el Viento a lo largo del desierto / Yo no sé ‘Adónde’, soplando quiera o no quiera”.

Todos hemos sentido en algunos momentos que la vida carece de sentido. El dramaturgo inglés William Shakespeare (1564-1616) en su tragedia ‘Macbeth’ (aprox. 1606-1607) presenta al personaje Macbeth diciendo: “La vida no es sino una sombra que pasa, un pobre actor, que se agita y pavonea en la escena a su hora, y no vuelve a oírsele jamás; es un cuento narrado por un idiota, repleto de sonido y furia, que nada significa” (Acto V, Escena V, 24-28). Macbeth expresa eso cuando está derrotado, pero muchas personas lo han sentido aunque no estén abatidas. Asimismo el gran escritor español Miguel de Cervantes (1547-1616) en su obra ‘Don Quijote’ expresa algo parecido en una escena en la cual Don Quijote compara la vida con una comedia, en la cual reyes, pontífices, caballeros, damas, rufianes, embusteros, mercaderes, soldados, desempeñan sus papeles, pero al final mueren y todos quedan igualados en la sepultura. Sancho Panza compara la vida con un juego de ajedrez, en el cual, mientras dura el juego, cada pieza tiene su particular oficio, pero al final del juego todas van a una bolsa que es como ir a la sepultura (Segunda Parte,1615, Cap. 12)….¿Cuántas veces hemos sentido que la vida de las personas es una extraña comedia en la cual desempeñan papeles que les toca desempeñar por unas circunstancias que son casuales?.

Por otra parte, unas personas pueden nacer por casualidad en el seno de una familia responsable y seria, con suficientes recursos para proporcionarles una buena alimentación, educación académica y educación en valores, etc., mientras otras pueden nacer por casualidad en el seno de familias que no les pueden ofrecer buenas oportunidades en sus vidas. Por eso es tan importante lograr una sociedad que ofrezca igualdad de buenas oportunidades a todos los niños independientemente de la familia en la cual hayan nacido. De manera similar, unas personas durante su juventud pueden relacionarse casualmente con personas dañadas de la sociedad y eso les puede ocasionar grandes perjuicios para el resto de sus vidas. Una persona también puede sufrir casualmente un accidente automovilístico o de otro tipo que la marque para toda su vida.

Por otro lado, desde un punto de vista biológico, el sentido de la vida de todos los seres vivos radica en sobrevivir y reproducirse exitosamente. Pero el humano, gracias a su desarrollo cerebral, ha encontrado maneras de disfrutar las relaciones sexuales con anticonceptivos para evitar embarazos. De hecho, actualmente se considera que es una irresponsabilidad que un hombre y una mujer tengan muchos hijos que luego no puedan atender bien. Es decir, el humano puede dominar las casualidades biológicas reproductivas en su vida. Entonces el humano puede desarrollar de una manera consciente su propio sentido de la vida que vaya mucho más allá de lo meramente biológico y desarrollar todas sus potencialidades creativas como ser humano: artísticas, científicas, intelectuales, físicas, etc.

Por otra parte,  algunos eminentes científicos como el gran astrofísico inglés Stephen Hawking (1942-2018) ya habían alertado en el año 2001 sobre la posibilidad de que la humanidad podría ser exterminada por una epidemia viral (3)….Es decir, que surgiera una pandemia global era algo que tarde o temprano tenía que ocurrir, pero el momento preciso era algo relativamente casual…¿Quién podía imaginarse hace unos años que un virus iba a ocasionar desde el 2020 este pandemónium del Covid en el planeta?….Escribo el 18 de febrero de 2021 y afortunadamente la ciencia ya está dando respuestas y con las vacunas y las normas de prevención ya están disminuyendo los contagios en el planeta. En fin, las casualidades y la absurdidad pueden jugar un papel muy importante y para enfrentarlas tenemos que recurrir al conocimiento científico y la sensatez,  y forjar nuestro propio sentido de la vida. NOTAS: (1) Cap. IV, Pag. 73 en Francisco J. Ayala (1994) ‘La Teoría de la Evolución’. Ediciones Temas de Hoy. (2) Este rubai es el número LXXIV en la Segunda Traducción al inglés (1868) que hizo el autor inglés Edward Fitzgerald (1809-1883). Pag. 153 en ‘Rubaiyat of Omar Khayyam’ (1996). Quality Paperback Book Club. En la versión castellana de José Gibert este rubai es el número 63 Pags. 42-43 en la edición de Plaza & Janés (1969): ‘Rubaiyat de Omar Kheyyam’. Yo tomé partes de ambas traducciones para la versión que ofrezco. (3) Entrevista en The Daily Telegraph. www.National Geographic. com, 12 marzo 2019

ernestorodri49@gmail.com

 

 

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