Se mueven a los lugares del mundo donde la ayuda local es insuficiente para asistir poblaciones que sufren por hambre, enfermedad, catástrofes naturales o situaciones de guerra, ahora su puesto en el mundo está en Colombia, justo en el límite con Venezuela donde la ayuda tenía que llegar para solidarizarse en materia médica asistencial con los migrantes venezolanos que cruzan hacia el país neogranadino, unos 40 mil aproximadamente es el cálculo diario de Migración de Colombia
Judith Valderrama
@juditvalderrama
Las carpas con emblemas de los Cascos Blancos Argentinos y Cruz Roja Internacional se veían lejos o en las películas de guerra y catástrofes para los venezolanos, pero ahora están ahí, al cruzar el Puente Internacional Simón Bolívar. Vienen a dar asistencia médica asistencial a los venezolanos que no tienen cómo conseguir el servicio más básico en su país.
Los Cascos Blancos acuden a materializar la ayuda humanitaria internacional que en últimos años se ha pedido y se ha negado, por parte del gobierno de Nicolás Maduro para los venezolanos, ante la crisis médico asistencial y de todo tipo que acorrala a la población cercándola entre muerte y enfermedad.
Así es como llegan. Vienen de Argentina donde nace la organización que tiene su origen en la Comisión de lucha contra el hambre y la pobreza, un cuerpo civil internacional creado en 1994 para combatir esa emergencia social, que es aprobado ese mismo año en la Asamblea General de las Naciones Unidas, denominándola Cascos Blancos y asignándola tareas de respuesta a los desastres causados por el hombre o la naturaleza, los conflictos y las situaciones de emergencia de todo tipo.
Sus carpas e indumentarias son buena señal porque traen auxilio, pero pueden ser una visita que nadie quiere ver venir porque solo la tragedia y la crisis los moviliza hacia los lugares más recónditos de la tierra donde poblaciones sufren desasistencia.
En el caso de Venezuela se instalan el pasado martes 26 de marzo, justo al cruzar el límite entre Colombia y Venezuela, del lado colombiano. Vienen a ayudar a los venezolanos que viven la catástrofe más pesada de su historia.
Armado con ganas de servir
Desde la punta del cono sur, Mariano Maschioti se vino a Venezuela. Armado con estetoscopio y una bata blanca, corre de un lugar a otro asistiendo gente que llega de Venezuela, coordinando detalles, ayudando a bajar pacientes de camillas y ambulancias que vienen de Venezuela. Hasta tiempo de atender a la prensa le queda en su segundo día de labor en Colombia y no abandona la sonrisa a pesar del oficio.
Es Mariano Maschioti, coordinador médico, clínico y cardiólogo del puesto de Unidad de Respuesta Sanitaria para ayuda humanitaria a los venezolanos migrantes en la frontera de Venezuela con Colombia, “nuestra misión es prestar servicios médicos en pediatría, ginecología, pediatría, psicología, cardiología coordinando con Unicef, Acnur y Cruz Roja”.
La acción comenzó el martes 26 de mayo y el cálculo de atención promedio diaria es de 200 personas, asistidas en controles básicos prenatales, servicios de cardiología y ginecología y medicina general. Algunas emergencias diversas son atendidas y de ser necesario las remiten a centros de salud dela ciudad colombiana de Cúcuta.
El hambre se ve en los niños enfermos
La pediatra Paola Bustamante, quien viene desde Argentina señaló al Semanario Los Andes que ha sido común después de dos días de jornadas, observar bajo peso en los niños de Venezuela que acuden a su consulta en las carpa de Casco Blancos: “presentan síndromes genéticos, cardiologías genéticas y cuadros de manejo metabólico bastante complicados”.
La pediatra Carolina Dichaves, también en la misión humanitaria de los Cascos Blancos, hizo saber que es dramático el peso tan bajo de los niños venezolanos, “a esto se suma la carga social de sus madres. La madre llora en la consulta por sus preocupaciones, los nenes las ven llorar, no tienen de dónde sacar la leche, el agua, ni dónde ponerse la vacuna en su país, es muy difícil lo que viven y lo podemos ver“.
Señala que “con suerte los niños comen una vez al día algo de arroz y alguna otra cosa, es una situación delicada”, contó que le llegaron dos niñas que habían bajado cinco kilos en una semana, porque no habían comido, “antes comían como la gente, ahora, solo cuando consiguen lo que pueden”.
La especialista sostiene que se les brinda atención a los problemas de bajo peso o desnutrición, pero luego deben seguir indicaciones que por su cuadro social, no saben si pueden satisfacer al regresar a Venezuela, lo que agrava el estado de salud y a su vez generar un cuadro más grave de desnutrición.
“Venimos por las vacunas. En Venezuela no hay nada”
Nuris de Caicedo, estaba con su nieto en las carpas, iba por la vacuna para el niños de 22 meses de nacido, “me dijeron de este servicio y me vine a traer el niño porque en Venezuela no hay nada como vacunarlo. Le pondré la de neumococo y la influenza. A él lo vacunaron con algunas cosas cuando nació en Venezuela, pero no se pudo ahora, por eso cruzamos y nada más tenemos que pagar el pasaje y llegar. Nos vinimos a las cuatro de la mañana y vine con unos familiares que también venían a comprar comida en Cúcuta”.
Relata Caicedo que es una jornada fuerte para el niño cruzar por el puente con la lluvia que caía, pero que era necesario porque sería más grave que enfermara y sus padres están fuera del país.
Para unos es casi imposible, creer que el ayer país más rico de sur de América hoy es asistido desde otra frontera por los Cascos Blancos. En vista de que la ayuda humanitaria no es permitida en territorio venezolano se las ingeniaron los gobierno de Colombia y Argentina para acercarse a los necesitados y médicos de la misión, autoridades colombianas y pacientes venezolanos revelan porque están juntos en ese espacio hoy y cómo funcionan
Colombia y Argentina se unieron por los venezolanos
Víctor Bautista director de Fronteras de la Cancillería de Colombia, desde el gobierno colombiano hizo referencia al papel del gobierno de Colombia en la misión humanitaria a los migrantes venezolanos que cruzan a ese país.
Señaló que ante la situación compleja que se presenta en el paso fronterizo la Cancillería de Colombia y el Estado colombiano ha buscado apoyos y complementos en la comunidad internacional, en el caso específico de los Casco Blancos, refirió, que tienen solidaridad expresada en este organismo internacional, a través de un acuerdo directo entre los presidente Juan Manuel Santos de Colombia y el presidente Mauricio Macri de Argentina.
El aporte desde Colombia está en la disposición de un espacio físico que está justo al pasar el puente Internacional Simón Bolívar, donde los venezolanos acuden a sellar su ingreso al país, ahí se instalaron las carpas internacionales y las de la Cruz Roja colombiana, que son apoyadas a su vez por los distritos departamentales de salud de Villa del Rosario, donde se ofrece vacunación, atención en madres que requieren inmunización para sus hijos y madres prenatales para atender parte de la crisis en salud que se ha presentado en los últimos meses, afirmó Iván Bautista.
Eurodiputados visitan carpas
En el paso fronterizo y luego de recorrer los puntos de refugio instalados en Cúcuta y el puente internacional Simón Bolívar, los eurodiputados que visitaron la pasada semana las carpas de la Cruz Roja y los Cascos Blancos, se mostraron sorprendidos señalando que la visión que tenían del problema era más reducida que la crisis que está a la vista de todos quienes se llegan a ese lugar.
La misión, encabezada por el eurodiputado Agustín Díaz de Mera quien actuó como vocero para la prensa venezolana dijo estar impresionado por el cuadro dramático que vieron en la frontera, con los miles de migrantes que cruzan como ríos humanos este paso limítrofe hacia Colombia.
Dijo el eurodiputado Díaz de Mera que palparon el sufrimiento de los venezolanos y que en ningún punto de Europa ocurren situaciones similares con los migrantes que llegan a esos destinos. Aseguró que el apoyo seguirá dándose, pero que no creen que cese la migración en corto plazo porque el problema es el sistema de mando instaurado en Venezuela.
Aseguró que el apoyo desde Europa, que se realiza desde el año 2016 y que el pasado mes de junio aprobó 35,1 millones de euros desde el parlamento de internaciones del viejo continente, seguirá dándose para los venezolanos porque lo primero es atender la ayuda humanitaria a esta población.
En su recorrido se situaron en las carpas de Cruz Roja y Cascos Blancos, pasaron por el espacio donde reciben los niños que tiene un lugar recreativo con animadoras que brindan entretenimiento a los pequeños y les facilitan hidratación; también visitaron el área de consultas y la sala de espera donde se instalaron columnas de sillas donde descansan los forasteros que vienen de cruzar caminando la distancia sin tráfico vehicular que les separa desde la cercana Venezuela. JV
¿Quiénes son?
Los Cascos Blancos tiene su origen en la Comisión de Lucha contra el Hambre y la Pobreza, un cuerpo civil internacional creado en 1994 para combatir esa emergencia social. Este organismo marcó el inicio de la participación de los países en desarrollo en la asistencia humanitaria internacional, que hasta entonces era reservada a países donantes, e introdujo el empleo del voluntariado como un cuerpo profesional especializado.
La Comisión Cascos Blancos extendió su alcance a otros aspectos incluidos en el concepto de emergencia humanitaria compleja y asumió apoyar las actividades de la Organización de Naciones Unidas materia humanitaria, de emergencia, rehabilitación, reconstrucción y desarrollo en momentos de transición en todo el mundo.
Entre las zonas donde se ha presentado esta organización está la India después del terremoto de Gujarat del 2001; El Salvador y Guatemala en 2003; En Bam, Irán, después del terremoto de diciembre del 2003; Control de inundaciones y emergencias en Durazno, Uruguay; Ayuda humanitaria a Jamaica, República Dominicana, Granada, Perú y Bolivia después de una serie de desastres naturales en 2004.
Aprovisionamiento de equipos de emergencia y asistencia humanitaria a las víctimas del huracán Katrina en Estados Unidos; el terremoto de Haití de 2010; el terremoto de Japón de 2011; el gran incendio de Valparaíso en Chile en 2014,entre otros puntos del mundo como Siria y ahora Venezuela.