La casa hogar San Pablo, un espacio que alberga a 97 adultos mayores, se mantiene gracias a la generosidad de algunos tachirenses que, pese a la difícil situación económica, no dejan de donar lo que requieren el grupo de persona que viven en el lugar.
Sor Olivia Cañaveral, es la directora del Hogar San Pablo que está ubicado en la avenida principal de Pueblo Nuevo en San Cristóbal. La religiosa trabaja todos los días junto a su equipo para que no les falte nada a los abuelos que están en ese hogar por diversas razones.
La madre Cañaveral narró que todos los días salen a pedir colaboración para poder sustentar el hogar, pues son bastante las necesidades que tienen estas personas que, en su mayoría son de bajos recursos económicos o no tienen familia.
La madre y el equipo de religiosas que la apoyan recorren a diario los establecimientos comerciales, empresas y negocios para pedir comida y útiles personales, «gracias a Dios y a los corazones generosos de los tachirenses se puede ir sobreviviendo», señaló.
Aseguró que para atender a todos los abuelos se necesitan muchos artículos de aseo personal y limpieza, gastan muchos pañales desechables, pues hay por lo menos 24 adultos que usan pañales día y noche. Precisó que cuando no tienen pañales van a pedir a una casa hogar en Cúcuta, en donde desde diferentes departamentos de Colombia, envían productos y comida, no solo para las personas que lo necesitan en el vecino país , sino también para los hogares de abuelos en el Táchira.
Sobre la alimentación, agradeció que casi nunca les falta carne, pues los ganaderos del estado siempre los apoyan, aunque en algunas oportunidades tienen que ir a sitios muy lejanos a buscarla.
La madre Cañaveral reiteró que la gente sigue siendo generosa, pese a la situación del país. Dijo que las donaciones no son en la misma cantidad que anteriormente. Recordó que antes de la pandemia, quienes solicitaban realizar misas en la iglesia del hogar San Pablo, les llevaban bastante mercado, pero eso ha disminuido considerablemente.
Agregó que las personas les siguen llevando una bolsa de harina pan, un pan y así van reuniendo, además de lo que les donan en el recorrido diario que hacen por la ciudad de San Cristóbal.
«En total se cocina para 120 personas porque comen los empleados, las religiosas y funcionarios de la policía del Táchira, eso es todo los días, a ellos se les colabora y también le damos comida a varios indigentes de la zona«, contó.
Relató que los abuelos nunca han pasado un día sin comer y a diario se le varía el menú, se les da carne, pollo una o dos veces a la semana y se les compra salchichas para los desayunos.
En el caso de los medicamentos -dijo- que si los abuelos tienen familia deben comprárselo y si no tienen, a las religiosas les toca resolver. De igual forma una doctora les colabora prestándoles asistencia médica.
Sor Olivia Cañaveral explicó que el dinero que les dan por concepto de donaciones lo invierten en los requerimientos de la casa hogar, pero también para comprar gasolina a precio internacional y salir a hacer el recorrido diario, pues solo les surten 20 litros de combustible subsidiado y eso es insuficiente para cumplir con el trabajo de buscar las ayudas y donaciones.
Zulma López| DLA
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