Casa Histórica Carmania: Vieja casona que cobijó los sueños independentistas del Libertador

Esta vieja casona guarda los pasos y la conversación secreta entre Bolívar y el padre Rosario, tras la cual se firmó la famosa Proclama de Guerra a Muerte, el 15 de junio de 1813, en la sede del Centro de Historia

En Carmania, un lugar distante a sólo cinco kilómetros de la ciudad de Valera, existe una casa construida en 1808 por el señor Vicente Rosales, de orden y cuenta del presbítero Francisco Antonio Rosario, para entonces cura de la parroquia de Mendoza. El sitio fue patrimonio del padre Francisco Antonio Rosario, antiguo propietario de la hacienda El Cucharito. Esta casa fue declarada Monumento Histórico de la Nación el 20 de agosto de 1963.

La hacienda de El Cucharito, llamada después Carmania, bautizada por Ricardo Labastida, quien después fue su dueño, es adquirida por el padre Rosario en el año 1801 y la dedicó al cultivo de café, cacao y caña de azúcar y mandó a construir una casa, la hoy conocida Casa Histórica de Carmania, que ha sufrido varias modificaciones a la original. Esta vieja casona cobijó al Libertador Simón Bolívar las noches del 13 y 14 de junio de 1813, en plena Campaña Admirable; rumbo a la ciudad de Trujillo donde el 15 de mismo mes dictó el Decreto de Guerra a Muerte.

Mientras el río Momboy dejaba escuchar su golpeteo en las piedras, el perro Nevado miraba fijamente en el balcón de la casa la figura diminuta de un hombre, que se paseaba lentamente de esquina a esquina y cuya figura por la luz de las velas se observaba gigante. El indio Tinjacá también observaba aquella figura que no daba descanso en la reflexión sobre el paso que tendría que dar en Trujillo al firmar la «Proclama de Guerra a Muerte».

Esta vieja casona guarda los pasos y la conversación secreta entre Bolívar y el padre Rosario. Quizás algún consejo del padre Rosario escuchó Bolívar, la Proclama de Guerra a Muerte se firmaría el 15 de junio en Trujillo, en la hoy Casa del Centro de Historia, según narra emotivamente con exactitud en detalles el cronista don Luis González.

En 2013 se conmemoró el Bicentenario de aquel 1813. Para esa fecha la casa fue restaurada y se rebautizó en el marco de un solemne acto. Fue sin querer, el último gran acontecimiento en ese recinto.

El encuentro histórico

El padre Francisco Antonio Rosario, sale de su hacienda de «El Cucharito», llamada después «Carmania», vía al pueblo de Timotes, donde le espera, para luego dirigirse a su hacienda. El padre Rosario le llevó caballos para la remonta de los oficiales, mulas para el transporte de municiones, esclavos para convertirlos en soldados y dinero en abundancia. Bolívar lo recibe con cariñosa efusión, llega a la hacienda del padre Rosario el 13 de junio del año 1813. Pernocta en esta casona colonial y es el padre Rosario su anfitrión.

1813 fue el año de la decisión, cuando se definió el propósito de conquistar por las armas la patria de los venezolanos y el tono vehemente de la Proclama que concretó aquel propósito y exteriorizó el significado irrevocable del movimiento emancipador. Bolívar da en Trujillo un paso audaz, acaso el más audaz y peligroso en su vida política y militar.

 

La edificación

La edificación llegó a contar con objetos de mucho valor histórico como la mesa que sirvió para redactar al célebre Decreto de Guerra a Muerte, uno de los documentos más importantes de la Guerra de Independencia de Venezuela, pues, el conflicto tomó tal beligerancia que hizo cambiar el rumbo de la lucha en favor de los patriotas.

También habían  dos sillas que utilizó el Libertador, resaltaban asimismo dos espadas usadas por Simón Bolívar a lo a lo largo de su periplo desde Cúcuta hasta al arribo a tierras trujillanas.

Originalmente en la planta alta de la casa, se encontraba un salón de arqueología denominado “Felipe Vásquez Azuaje”; allí figuraba un viejo baúl, propiedad del padre Francisco Antonio Rosario, dueño de la hacienda y la casona, además de un closet con diversos objetos.

Obras del “Hombre del Anillo”, Antonio José Fernández, una vieja mesa, un aguamanil, una cesta y unas botas.

En la planta baja existían varios estantes con textos originales de historia, cuadros referidos al Libertador y sus encuentros con el padre Rosario, su fiel admirador y vinculado estrechamente a la lucha independentista de Venezuela.

 


TESTIMONIALES

Rico tesoro

Cuenta  el doctor Raúl Díaz Castañeda, que la casa de Carmania es la única casa colonial de Valera. “Marca el verdadero límite sur de la ciudad, en la carretera hacia la vecina población de Mendoza. Es una casa que se levantó, con gruesas paredes de tierra apisonada y dos plantas. Como la mayoría de las casas de campo de la época, con un corredor de piso de ladrillos que mira hacia los frescos aires que bajan de la serranía. En la planta baja tiene dos amplios salones, y dos similares en la planta alta, cuyas ventanas están provistas de balconcillos. El techo es de tejas. Es un sitio único, por ende todos estamos en la obligación de resguardar ese rico tesoro, y mantener vivo un trozo tan importante y significativo para la historia del país”.

Rescatar la historia

El profesor Eduardo Zuleta, destaca la importancia de rescatar la historia como elemento esencial de la vida “para llenarnos de razones, pues nuestros jóvenes desconocen el ayer, el hoy, de modo tal que no pueden entender el mañana. Un venezolano que no valore la independencia, la soberanía, es un venezolano que desconoce el legado de Bolívar. Esta Casa Carmania es fundamental en nuestra historia”.

Un dato

 

 

 

 

 

 

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