11 niñas habitan actualmente la “Casa Abrigo Corazones Nuevos”, cuyo funcionamiento depende de Intamujer. El presupuesto aprobado es insuficiente, por lo que requieren la mano amiga de quienes puedan dar colaboración en alimentos, medicinas, ropa e insumos de limpia personal
Por: Mariana Duque para el Semanario Los Andes- Táchira
Darles techo, abrigo, alimentos, cuidado, educación y lo más parecido a un hogar, es la tarea que a diario realizan quienes laboran en la “Casa Abrigo Corazones Nuevos”, ubicada en el Barrio El Lobo de la ciudad de San Cristóbal, en el estado Táchira, en donde habitan 11 niñas en edades comprendidas entre los 4 y 18 años.
El Instituto Tachirense de la Mujer –Intamujer- dependiente de la Gobernación del estado, es el encargado de velar por las jóvenes. Con escasos recursos y la caridad de corazones nobles que desean ayudar a los más desprotegidos, diariamente dan lo mejor de sí para sacar adelante al grupo de niñas, que algunas veces llega a ser de 20.
La mayoría son niñas huérfanas o que han sido víctimas de abuso sexual, por lo que el reto se hace más grande, para borrar de sus mentes los episodios que las llevaron a formar parte de la casa hogar.
Beatriz Mora es la presidenta de Intamujer y la encargada de llevar adelante la Casa Abrigo junto a otras nueve personas, seis madres guías, un psicólogo y dos cocineras, cuyos salarios dependen del Ejecutivo regional.
Los consejeros de protección de todo el estado pueden dar una medida de abrigo a cualquier niño que lo requiera, al igual que los tribunales de menores, algún alcalde que así lo amerite, funcionarios en el área de menores o la Gobernadora del estado.
“Si la casa tiene el cupo y evalúa la situación, puede albergar. La casa abrigo es para niñas que no usen pañal, hasta los 18 años. Hemos tenido niñas de 4 años hasta 18 años. En la casa se les da lo que necesitan, las tres comidas, las meriendas, los útiles personales, de limpieza para el hogar, tienen sus habitaciones con literas, pero el presupuesto no es suficiente en este momento, debido a la situación país”, expresó.
3 MILLONES SON INSUFICIENTES.
En enero de 2018 Beatriz Mora comenzó a trabajar con un presupuesto de 600 mil bolívares, que posteriormente ascendió a 3 millones de bolívares, los cuales no alcanzan para cubrir la alimentación y las necesidades de las niñas, por lo que realizaron la jornada “Un kilo de amor”, que inició el 5 de abril del año en curso, la cual se fue extendiendo y se convirtió en una campaña que quedó en el corazón de los tachirenses, quienes han llegado a colaborarles con lo que pueden.
“Los tachirenses somos solidarios, buenos amigos, compañeros, y la mano amiga de todas las personas que han hecho presencia ante esta campaña, han dejado colaboración en la casa hogar”, destacó.
No se atreve a dar un monto de cuánto necesitan para funcionar, pues se requiere un mercado sustancioso de un mes para 20 niñas, más los empleados, y la hiperinflación mantiene un cambio constante en los precios.
“Si entre todos colaboramos y de repente la responsabilidad social de muchas empresas pueden llegar al Instituto por medio de alimentos, lo agradeceríamos. ¿Qué es lo más difícil de conseguir? La harina. Nosotros no la podemos comprar en bulto, porque nadie nos la vende a precios PVP, y como instituto no puedo comprar a precio revendido, porque estaría entrando en una falta. Por eso recurro a todas las personas que nos quieran ayudar, para que con el poco dinero que tiene el presupuesto de la casa abrigo, les pueda comprar en precios regulados y cubrir las necesidades básicas”, manifestó.
Indicó que recibió colaboración de la Alcaldía del municipio San Cristóbal, cuyo alcalde, Gustavo Delgado, se comprometió a conversar con algunos ferieros –vendedores de verduras, frutas y hortalizas- para que a través de la responsabilidad social, se genere alguna ayuda en alimentos de este tipo.
La gobernadora del estado, Laidy Gómez, estaría buscando colaboración con carne, para lograr una alimentación adecuada para las 11 niñas que allí se encuentran. “Si no tenemos colaboración no podemos alimentarlas como es debido, y eso está pasando no solamente con la Casa Abrigo Corazones Nuevos, sino con todas las casas abrigo, porque la inflación desmesurada que hay en el país nos ha arropado a todos, y tenemos que darnos la mano para solventar las necesidades de nuestras niñas”, agregó.
El grupo de jóvenes abrigadas no sólo reciben alimentos, sino también educación. A parte de asistir a sus clases de primaria y secundaria, asisten a cursos de preparación de bandejas, de pan, peluquería, y todo lo que les sea útil para cuando ya no dependan del servicio que reciben en el lugar de abrigo.
Vestirlas también es complicado, por lo que Beatriz Mora hace un llamado a quienes tengan ropa en buen estado a llevarla a la Casa Abrigo o a la sede de Intamujer. Destacó que cualquier talla desde los 4 años de edad hasta los 18 es recibida, pues en cualquier momento llega una niña de improvisto y tienen que buscar cómo vestirla, pues la reciben sin nada.
“La ropa es doblada y colocada en los armarios, para que cuando llegue una niña tengamos cómo darles algo, porque a ellas las recibimos sin nada, sin cepillo de dientes, sin desodorante, sin talco, sin shampoo, sin ropa para dormir, y nosotros con las ayudas que nos dan podemos resolver. Pueden llevar alimentos, artículos de limpieza personal y para el hogar”.
La limpieza de la Casa Abrigo también tiene sus dificultades, por los altos costos de los genéricos y productos de marca, por lo que la encargada de la institución hizo un llamado a los dueños de las empresas de venta de este tipo de implementos para que realicen donativos de jabón, cloro, o cualquier insumo que pueda ser útil para mantener la infraestructura en condiciones adecuadas. Aclaró que las ayudas las reciben es en materiales, no en dinero.
SE HA IDO PERSONAL.
La diáspora que ha afectado a Venezuela no ha dejado de tocar a la Casa abrigo Corazones Nuevos, así como tampoco la falta de transporte público y los bajos salarios. “Nuestras trabajadoras prácticamente están dejando el sueldo en el gasto del transporte. Hay quienes viven en Santa Ana, en Cordero, en Táriba, y el alto costo del pasaje les pega en el bolsillo, aunque nosotros como instituto buscamos la forma de colaborarles de otra manera”, destacó Beatriz Mora.
ESTABLECER ACUERDOS.
Cree la Presidenta de Intamujer que tal vez una de las formas de conseguir ingresos para el funcionamiento de este lugar de albergues, es estableciendo acuerdos entre los Consejos de Protección y entes involucrados en la reubicación de niños en condiciones de calle o vulnerables.
Destacó que en el caso del Consejo de Protección del Niño, Niña y Adolescente en San Cristóbal, ha llevado en lo que va de año varias menores que encontraron en condición de vulnerabilidad. “Si entre todos nos unimos probablemente haremos más fácil la consecución de los alimentos e implementos que requerimos”, dijo.
En abandono
La gobernadora del estado, Laidy Gómez, lamentó el estado de abandono en el que recibió la Casa de Abrigo “Corazones Nuevos” de parte de gobierno regional anterior, encabezado por José Gregorio Vielma Mora.
La mandataria regional se comprometió a mejorar las condiciones de vida de quienes allí habitan, aunque aclaró que su cuidado no debe depender solamente del Gobierno regional, sino de todos los sectores de la sociedad que pueden y quieren brindar atención social.
“Hoy tenemos una casa abrigo con niñas que van al colegio, que comen y que necesitan higiene personal. Tengo la obligación de ayudarlas, cuidarlas y de ampararlas, pero necesitan de la mano amiga de toda la sociedad tachirense. Yo invito al sector privado y a todos los ciudadanos a que hagamos el bien sin mirar a quien, sin mirar ideologías, raza y sexo”, expresó.
Gómez destacó que a través de la Dirección de Políticas Públicas de la Gobernación del Táchira, se establecerá un enlace con los tribunales de la región, a fin de mostrar las necesidades con las que se está trabajando en la casa abrigo y solicitar la consideración pertinente al caso.
“No se trata de tener cantidades sino calidad en el servicio… Se trata es de tener seres humanos atendidos, alimentados, formados, cuidados y amparados. Se pueden recibir todas las niñas que lleguen, pero es necesario la cooperación institucional de todos los entes del estado”, finalizó diciendo.
Texto publicado en Los Andes Semanario del Táchira edición 119º vigente del 29 de junio al 5 de julio.
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