Como profesor de la Universidad de Los Andes tengo 34 años activos. Sumo los de estudiante de pregrado y postgrado. “Se nos está cayendo el edificio físico y legal, el estructural y moral. No tenemos elecciones de autoridades desde el año 2008.
La siguiente elección debió realizarse en el 2012”. En el transcurso del 2012, el TSJ le ordenó a la universidad hacer un reglamento autónomo que incorporaran a todos los sectores de acuerdo a la Ley Orgánica de Educación del 2009. Así comenzó en la ULA lo que podemos llamar una guerra civil legal que convirtió el hecho de no hacer elecciones en un instrumento de la transición democrática.
En junio del 2016 el Rector de la Universidad de Los Andes impone al “primer vicerrector encargado” en nombre de esta, ahora sí entre comillas, “transición democrática”. Para ello, en el marco de esta guerra civil legal entre la ULA y el gobierno, usaron el artículo 23 de un reglamento de 1967. Derecho regresivo puro para avanzar en tal transición. La universidad se convirtió así en un grotesco partido empresarial y atrasado, violador de nuestra comunidad de intereses espirituales.
El NURR lo conquistó Trujillo para Trujillo. Un proyecto nacido en 1969 gracias a la “reforma universitaria”. Los trujillanos conocemos esta historia. En 1972 se concretó la conquista.
En nombre de la transición (no sabemos hacia donde) el Rector con su Consejo Universitario lleno de designados, desde junio del 2016, a dedo, ha impuesto a su personal de confianza. Llevamos “cuatro vicerrectores encargados “hasta que se realicen las elecciones”. Y no se realizan, cada vez la bloquean. Nuestros edificios se están cayendo. La institucionalidad ha sido saqueada en nombre de la transición (seguimos sin saber hacia dónde).
El 8 de marzo de 2024 postulé mi nombre, apoyado por 447 firmas, para las elecciones que debían realizarse el 30 de abril del año pasado. Producto de una impugnación realizada “por un profesor jubilado de la ULA”, el TSJ vuelve a suspender las elecciones, Se manda al limbo lo ejecutado. Creo que ninguno de los candidatos inscritos recibió por escrito ninguna explicación.
Antes de que nos caiga el doble techo encima, con la suficiente fuerza moral y académica, propongo una carta pública al Consejo Universitario de la ULA, donde el NURR y el pueblo universitario de Trujillo solicite “la continuidad inmediata del proceso electoral suspendido el 26 de marzo de 2024, bajo los siguientes términos:
1.- La incorporación de los profesores, empleados y obreros jubilados en el registro electoral con capacidad de elegir no solamente al nuevo equipo rectoral sino también participar en las elecciones decanales o núcleo respectivo.
2.– Elaboración de un nuevo registro electoral donde se incorpore a quienes han ingresado a la comunidad universitaria en cualquiera de sus sectores. En particular, proponemos actualizar el registro de egresados del NURR, un poco más de 13 mil. Apenas en el registro anterior de inicios del 2024 fueron incorporados 92 egresados.
3.– Que las elecciones a realizarse sean dirigidas en cada facultad o núcleo por las comisiones electorales elegidas anteriormente y se hagan los ajustes que fuesen necesarios.
4.-Realizado este proceso, abocarse a la configuración inmediata de las Asambleas de Facultad o Núcleo donde se incorporen los nuevos actores y se garantice la participación organizada de la comunidad universitaria para la recuperación inmediata de los edificios físicos, académicos y espirituales.
Las decisiones cruciales deben estar en manos de todos, para poder transformar de verdad y conducirnos a un mejor lugar. Lo he dicho, la universidad es de los universitarios, no es del gobierno ni de la oposición.
¡Ocupémonos!
proyectoclaselibre@gmail.com
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