Río de Janeiro, 15 abr (EFE).- El afecto y el amor son remedios presentes desde siempre en los recetarios médicos y también utilizados por un hospital en Río de Janeiro, donde la esperanza vuelve a brillar en los pacientes con covid-19, cuando reciben cartas y mensajes de sus familiares.
Desde hace dos semanas, enfermeras y auxiliares del hospital general de Nueva Iguazú, en la zona metropolitana de Río, han llevado más de un centenar de misivas, que han regresado las sonrisas a quienes están internados por el virus.
El proyecto denominado «cartinhas do amor» busca ayudar a enfrentar la soledad que viven los pacientes internados por la covid-19 y dar un «empujón» para su recuperación.
La idea surgió con el objetivo de que se empezara a hablar de algo diferente a estadísticas y muertes.
«Creamos un método para que la familia tuviera contacto en medio del aislamiento que viven los pacientes con covid y la forma que encontramos más adecuada fue la de llevarles un recadito de amor«, aseguró la enfermera Luciana de Carvalho, de 62 años.
Entre unas cinco y siete cartas son leídas por día, mensajes que los enfermos reciben con alegría, aunque en algunas oportunidades también despiertan el llanto y la nostalgia.
No obstante, con todos, se aviva la esperanza, como ocurrió con Jailtos Viegas de Araújo, de 54 años, que tras 60 días ingresado pudo hablar con su esposa y pronto volverá a casa después de recibir el alta médica.
«Es muy duro estar sin saber nada de la familia, es muy difícil. Estar lejos de la casa, sin la familia, es complicado. Ni a mi peor enemigo, que la verdad no tengo, le desearía pasar por estas condiciones, sin poder respirar bien, con oxígeno», aseguró a Efe.
En su mayoría, los mensajes provienen de cartas que envían los familiares pero en algunas ocasiones también se dan por los celulares, con videollamadas.
Próximamente, el proyecto también incluirá a los pacientes que están intubados en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI).
El hospital tiene actualmente 60 pacientes internados, 30 menos que dos semanas atrás.
La esperanza también llegó para Janaína Lima Silva, de 30 años y quien describió la sensación de hablar con su esposo como «reconfortante».
«Me quedé desesperada porque solo vine a hacerme un examen y me dejaron hospitalizada. (…) Él (esposo) se quedó más tranquilo, pues aquí no podemos quedarnos con el celular, ni como hablar con ellos». dijo a Efe.
Con más de 360.000 muertes y 13,6 millones de contagios, Brasil es uno de los países más afectados por la pandemia.
Río de Janeiro, con cerca de 17 millones de habitantes, es la segunda región de Brasil con más fallecidos por el virus (unos 40.000 óbitos) y la séptima en contagios, con cerca de 690.000 casos confirmados.