Cartas | Ánimo | Por: Juancho José Barreto González

 

Ánimo para aliviar las penas y abrir nuevas sendas. Ánimo para reconocernos como diferentes y convivir como tales. Ánimo para que nos salgan nuevas alas y encontremos a los que vuelan y mucho ánimo para caminar en medio de tales tormentas. Ánimo para ser libres y eliminar todo tipo de cercas y ese ánimo especial para no abortar la espera. Ánimo para saber coincidir y desaprender dividir (Es que hemos estado tan desperdigados). Para cantar y contar nuestra vida necesitamos ánimo, el mismo que sale desde los dolores de los huesos o desde la reunión mágica de los que pensamos imposible.

Ánimo para superar el falso ánimo de los patrones o presidentes, sus barcas a la deriva son puras ilusiones colectivas. Ánimo, animus, para que ningún reproche produzca el retiro de la madrugada. Ánimo alma nuestra, para que el hambre de todo no nos coma por dentro. Ánimo gente, la muerte como línea de fuego no puede quemarnos el futuro.

Ánimo frente al desánimo, es un ser diestro en retroceder, tranquilo y mortífero. Ánimo, un ser del ánimo es intranquilo e inventor de formas simples, se enamora del mañana como el girasol de la luna.

Ánimo pues, la desesperación es la teoría de los vencidos, el mismo ánimo para inventar sirve para superar fórmulas envasadas y depositadas en anaqueles polvorientos. Ánimo muchachos, la historia nos enseña a no pasar nuevamente por la calle viva con los mismos pasos. No es lo mismo inventar nuevas formas que imitarlas.

Ánimo, ningún poder es eterno por más que quiera eternizarse. La eternidad tiende a convertirse en el miedo permanente a la eternidad.

Ánimo, para que los nuevos tiempos no se generen a destiempo y lleguemos a deshoras al paraíso perdido. Este vértigo suele sacarnos del rumbo humano y convertirnos en manadas seguidoras del mesías de turno.

Ánimo, la estrategia es el ánimo como vocación del espíritu libre en el caserío de pueblos.

Inyoinyo@gmail.com

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