En este acto electoral sólo yo sé que voté por mí, lo demás se lo lleva la corriente fraudulenta de lo impuesto. Le pido a Luis siga explicando el asunto para poder escribirlo con puntualidad. La señora frunce el ceño y asienta. Mientras, tomamos café venido de los Linares de Monte Carmelo.
Veamos, dice Luis, la lectura de los hechos.
1.- Fuimos al CNE a registrar un movimiento, según nuestros derechos, y nos dijeron que no. Todavía estamos esperando la respuesta legal.
2- Hicimos la campaña admirable contigo a la cabeza, caminamos pueblo a pueblo en lo que pudimos y quedamos de quinto. Aunque no hay quinto malo, ninguno de nosotros puede demostrar que votó por ti.
3-Es evidente que al PCV le declararon la guerra electoral, todos sus candidatos, independientes muchos de ellos y con liderazgo, fueron lanzados a los últimos lugares…y agrega Luis otros aspectos que deberán analizarse después.
Queda dando vueltas en el aire la oración “Sólo sé que voté por ti” y enseguida la convierto en un “sólo usted sabe que votó por mí”. Es decir, ni Usted ni Yo podemos demostrar que Usted votó por quien votó y yo voté por mí”. Entonces, mi voto se esfuma, se pierde en el laberinto controlado de un sistema controlado por las manos finas del poder que puede hacerlo… “Aquí está la gran paradoja (o burla) del voto secreto: Usted sabe que votó por quien votó pero es tan secreto tu voto que no tienes evidencia de que usted votó por quien votó”.
La señora Independencia, con su cabello cano y limpio, ya en camino a “Miquía”, dándole palmaditas a la tarde del martes dice “somos el pueblo de la trujillanía…” y la brisa perenne de Jubiote levanta las palabras. Estamos escribiendo en el aire el libro de Trujillo, a mano alzada: Soy el gobernador de la trujillanía y con temple y orgullo les invito a andar estos caminos, a recuperar nexos, a organizar mejor nuestro trabajo de gente que habita esta casa libre donde no hay secreto de lo que hemos sido, somos y seremos!!!
Trujillanos de la trujillanía, nuestro corazón es más fuerte que la tristeza, cantemos y organicemos esta casa grande. ¡El gobierno sigue en el gobierno, nosotros en la andanza de pueblos!
.