Querido padre,
Hoy 9 de diciembre de 2023 con júbilo quiero celebrar junto a ti a nuestro Coro y su puerto de La Vela, a los 30 años de su nombramiento por la UNESCO como patrimonio cultural de la humanidad.
Mi corazón se hincha de felicidad y orgullo porque nuestra tierra sigue siendo celebrada en el planeta entero. Por su caudal de recursos provenientes del pasado que han sido transmitidos a las nuevas generaciones y nos han dejado como legado las prácticas, expresiones, saberes y tradiciones que se transmiten de generación en generación. De esa manera no sólo podemos conocer nuestro pasado, sino también comprenderlo.
Sé que estás feliz, como cuando me contabas que nuestro Coro y su puerto de La Vela fue el primer territorio reconocido como patrimonio por la UNESCO en nuestro país, el 9 de diciembre de 1993. Historia que me fascinaba y podía escuchar una y otra vez. De hecho, todo eso ocurrió el mismo año de mi nacimiento.
Me contabas que el proyecto al inicio tenía muy poco apoyo popular. A pesar de que fue un gran trabajo realizado por varias personas, fue rechazado en primera instancia. Fue allí donde se hizo una única prioridad para ti y tu gestión. ¡Y cuánta pasión tenías por la historia, defendiendo que Coro y su puerto merecían ser declarados patrimonio de la humanidad!
Siempre resuena en mi memoria, y recuerdo tu gran enfoque y cómo te apasionaste con el tema: Coro fue la puerta de entrada de la evangelización a América del Sur. Su primera misa fue celebrada allí, donde hoy se ubica nuestra cruz de San Clemente. Recuerdo cuando querían reemplazarla y me dijiste, alarmado: “Hijo, quieren reemplazar la cruz porque está muy vieja. ¿Entonces reemplazamos a la abuela cuando ya está vieja?”. Me contaste del gran equipo de investigación que se formó para preparar la presentación que se dio en Cartagena, que llevó a la aprobación del proyecto.
Mencionaste como crearon una corporación llamada «Mariano de Talavera”. Tanto la Alcaldía de Miranda (Coro), como la alcaldía del municipio Colina (La Vela), escogieron un representante. El propósito era que fuese esta corporación la que manejara el proyecto, y no las alcaldías como instituciones individuales.
Se encargaría principalmente de la evaluación y el mantenimiento de las edificaciones coloniales (más de 602 para la época). Tenía un departamento llamado «Área de Protección del Patrimonio Cultural”, donde evaluaban las casas, y manejaban los recursos para el mantenimiento del patrimonio.
Mi parte favorita de la historia es la gira que realizaste por las escuelas de la ciudad, como parte de la campaña “Ellos también son patrimonio de la humanidad”, junto a la Dirección de Cultura. Los llamados «días cívicos». En un acto formal, tú, personalmente, junto al presidente de la Corporación Mariano de Talavera, presentaban una exposición sobre la importancia del nombramiento de la ciudad como patrimonio cultural de la humanidad. Informando y motivando a los niños a apreciarlo. En un apasionado discurso dijiste «Todo Coro, todo Miranda y la Vela, son parte del patrimonio. El gentilicio coriano y veleño es el patrimonio» y finalizaste diciendo: «Ustedes también son patrimonio cultural de la humanidad», hacía que los niños se pararan de sus asientos contentos y dijeran «Yo también soy, yo también» y se tocaban el pecho con orgullo. Tu afán por darle ese calor humano al patrimonio. «Que no fuese una declaración vacía de casas viejas, sino de calor humano. Y mejor que el calor humano coriano, no hay”, eran tus palabras.
Recuerdo también cómo pintaste la ciudad de murales artísticos con retratos de personalidades de nuestra ciudad en cada uno de nuestros barrios, como parte de esa campaña. Así aprendí que nuestra cultura son nuestros artistas, poetas, músicos, maestros, arquitectos, deportistas, artesanos, carpinteros. Nuestra gente es nuestro más grande patrimonio.
Me ha tocado en muchas oportunidades, en diferentes lugares en el mundo, decir de dónde soy, de dónde vengo. Quizás sería más sencillo decir “soy de Venezuela”. Sería más fácil para un extranjero a más de 15 mil kilómetros de distancia reconocerlo. Pero no, lo que hago y digo siempre es: “soy de Coro, estado Falcón” y les cuento; “la primera capital de Venezuela, tiene montañas y playas, posee un clima cálido, su gente es la mejor parte y es patrimonio cultural de la humanidad”.
Padre, desde la última vez que hablamos con un café en mano sobre la situación de la ciudad patrimonial, ésta no ha cambiado mucho, lamento decirte que, al contrario, se ha agravado.
Me comentabas que en el año 2005 nuestro patrimonio entró a la Lista de Patrimonios Mundiales en Peligro. Luego de varias visitas de representantes de la UNESCO en años anteriores, se presentó un informe para analizar el estado de conservación de los bienes, determinando que Coro y su puerto se encontraban en estado de peligro debido a tres principales factores. El primero, el considerable deterioro de materiales y estructuras, resultantes de la falta de conservación, mantenimiento integral y las lluvias torrenciales. El segundo, el deterioro de la coherencia arquitectónica y urbana que compromete la integridad y autenticidad de los bienes. Y, por último, la falta de mecanismos de gestión, de una planificación de conservación adecuada y eficiente, así como de acuerdos institucionales.
Lamento decirte que hoy, 18 años después, nuestro Patrimonio sigue siendo parte de esta lista. La decisión de mantenerlo en la misma, fue tomada por el Comité Intergubernamental de Protección del Patrimonio Cultural y Natural Mundial en su más reciente convención, el pasado mes de septiembre. Han enviado también sus recomendaciones que deben ser abordadas con urgencia. Te las comento, resumidamente, porque sé que, tanto a ti como a nuestros hermanos venezolanos, y sobre todo falconianos, nos interesa:
Nos han recomendado desarrollar un plan completo de estrategia de conservación y un plan de acción, integrando a su vez los conocimientos tradicionales de protección, restauración y mantenimiento de los bienes. Han otorgado un plazo de dos años, en los que se deben llevar a cabo una serie de mejoras. Entre ellas: solucionar el problema de la vulnerabilidad de las propiedades a inundaciones y daños por agua, debido a la inexistencia de un sistema de drenaje completo. Desarrollar e implementar una estrategia de tránsito vehicular para el patrimonio, así como también asegurar los recursos adecuados para apoyar el mantenimiento y la conservación de las edificaciones. Han recomendado también promover la inclusión social en la toma de decisiones, de modo que la implementación de los esfuerzos de conservación y manejo incluya formalmente a los consejos comunitarios en las estrategias de manejo.
Han solicitado al Estado venezolano presentar, a más tardar el 1 de febrero de 2024, un informe actualizado sobre el plan y el estatus de conservación del bien, que siga las directrices operativas y formato obligatorio, proporcionando información clara y completa sobre la implementación de cada medida correctiva adoptada. Informa que dicho informe será examinado por el Comité del Patrimonio Mundial en su próximo período de sesiones.
Padre, aún y con esto seguimos aguantando este centenar de edificaciones coloniales, hechos con un corazón de bahareque y alma de barro, puesto por la mano del hombre de la manera más hermosa en una manifestación del arte a través de la artesanía, que trasciende la belleza y nos conecta con lo más profundo de nosotros mismos.
El barro ¡cuántas historias nos puede contar y cuánto nos puede enseñar a través de su ejemplo de resistencia! De él aprendí a tener fortaleza ante las más enormes adversidades.
Espero que en un futuro cercano pueda darte mejores noticias. Lo que sí te puedo afirmar es que, tanto mis hermanos falconianos como yo, seguiremos trabajando para levantar nuestro patrimonio, mejorarlo y mantenerlo. Recordando siempre su historia, el porqué de su importancia, y defendiendo el reconocimiento que se merece nuestra ciudad y su gente.
PD: Como tú, con fervor y a viva voz proclamabas a los niños de aquella generación, yo te lo digo hoy a ti: “Tú también eres patrimonio”.
Con amor,
Rodolfo
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