Te escribo a ti porque sé que también estás sufriendo. Independientemente de donde estés, si eres uno de los chamos de la barra que por la necesidad lógica tuvo que irse del país y seguir alentando desde la lejanía o si aún valientemente guerreas contra la crisis en el estado andino.
Es con todos ustedes porque hay que hacer algo y no ser pasivos ante una catástrofe anunciada. Trujillanos tiene que sobrevivir y hay que buscar la manera.
Hay razones para hacerlo. Porque tú creciste con los recuerdos de los goles de Rodrigo Soto y el “Pelusa” Antequera, porque eres orgulloso del capital humano con el que ha contado tu equipo (Leo González, Pedro Vera, Soto, Antequera, “Koyac” Álvarez, “Tute” Valiente, Armúa, Flavio, Mathias, Chagas, Brignani), porque se te infla el pecho cuando a tu estadio lo conocen (inequívocamente con sobradas razones) como el “Cementerio de los Grandes”, porque celebraste como nadie los títulos de Copa Venezuela y aquel Apertura de 2014, porque viste en tu cancha al equipo tutearse con River Plate, Sao Paulo, América de México, Liga de Quito, Olimpia y Cerro Porteño, porque se mantiene firme el sueño de ser campeones nacionales. ¿No extrañas todo eso?
Es difícil que puedas hacer algo como simple aficionado, pero no es justo que el equipo esté hoy en el penúltimo lugar de la tabla (no está en la cola porque Anzoátegui purga sanción de seis puntos), que desde hace ya rato sea siempre asociado con el tema de amaños de partidos, que haya pasado tanto tiempo sin generar información de prensa, que sus jugadores reclamen sus salarios, que algunos de ellos denuncien que sus condiciones de trabajo y vida no son las más adecuadas, que hoy tenga una nómina que no represente la importancia de la rica historia de la institución.
Si estás en Valera, has el esfuerzo y apoya al equipo, los jugadores necesitan de tu aliento, exige ante quienes tienen en sus manos encontrar las soluciones que lo hagan de la forma más pronta posible porque no solo amenaza el descenso: la desaparición en tiempos de Licencia de Clubes es una realidad también posible.
Nosotros somos defensores de lo que nos pertenece. Somos contralores. El equipo no es del Gobernador Rangel Silva ni de Basilio Álvarez, es de ustedes, es de los dolientes, de la afición, de la gente. Es momento de exigir acciones, de pedir explicaciones de cuáles son los motivos del mal momento, de pedir un cambio inmediato. No puede ser posible que la explicación sea estrictamente económica cuando el club ingresó recursos por derechos de transmisión y la participación en Copa Libertadores. ¿Administrativamente qué se hizo, en qué se invirtieron los recursos? ¿Dónde está la sustentabilidad generada por los dólares que ingresaron? El equipo ha tenido que salir de jugadores emblema como “Tucaní” Hernández Chávez, Carlos Sosa, Leo Falcón y no hubo recambio ni siquiera con chamos de la cantera.
Hay que exigir. Si tiene que aparecer otro propietario, que aparezca pero el equipo está en riesgo real de desaparecer. Sin sede social propia, sin instalaciones para los entrenamientos del primer equipo y sus diversas categorías. Es lógico encontrar en la crisis de país razones suficientes para escudar la situación, pero lo que no se puede excusar es el maltrecho manejo administrativo que se le ha dado a una institución deportiva que tiene todo para recuperar la competitividad de otrora, cuando Trujillanos era un equipo temido y respetado por el resto de los rivales.
Te tocaron el orgullo, amigo trujillano. No dejes que Trujillanos FC pronto sea un agradable recuerdo que se lo llevó el tiempo y la crisis.