Carta a Guaidó

José Gil Yepes

 

El tiempo transcurrido desde la propuesta del Fin a la Usurpación, Gobierno de Transición y Elecciones Libres, sin lograr un cambio de gobierno, motiva a evaluar por qué eventos tan importantes como el de la introducción de la ayuda humanitaria y el 30 de abril no han dado fruto. Nuestro principal aliado, Estados Unidos, vía su Secretario de Estado, dijo que, si los venezolanos fuésemos a elecciones, se presentarían 40 candidatos de oposición. Esta crítica marcó el foco: el bloqueador del cambio no es sólo un gobierno del mal sino que nosotros no estamos unidos.
Lo que hay que unir es tanto a los partidos entre sí como a éstos con todos los sectores pluralistas con el propósito de coordinar esfuerzos para la transición y la reconstrucción del país. Los partidos solos son difíciles de articular y, de llegar solos al poder, el nuevo país no sería democrático sino partidocrático; v.g., el Pacto de Punto Fijo, y, por lo tanto, no movilizaría a todas las fuerzas sociales para reconstruirlo.
A Ud. se le presenta la oportunidad de establecer un proceso de contacto pluralista con todos los sectores. Empápese de sus problemáticas, lance propuestas de una vez. Hábleles a los militares y chavistas democráticos no sólo de castigos y perdones, propóngales sus papeles en la Venezuela para todos. No espere, hágase sentir como Presidente en ejercicio. Este enfoque le va a hacer crecer más el apoyo popular que ya tiene y así va a motivar la unión de los partidos alrededor de su persona. No me gustan los líderes mesiánicos y, afortunadamente, Ud. no lo es, pero las circunstancias le están pidiendo a gritos que se proyecte como líder del país, sin disminuir a los suyos, los partidos.
También hay que evaluar las estrategias originales. Por ejemplo, pudiera considerarse que, en vez de insistir en el Fin de la Usurpación, pudiera ser más viable e incuestionable por el oficialismo ir a unas elecciones Nicolás Maduro-Juan Guaidó: Ud. le ganaría aproximadamente 83 a 17%. Ese revolcón dejaría un mensaje mucho más contundente sobre el rechazo a las políticas hambreadoras y de dominación actuales que si “sale sin medirse”.

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