El traslado de venezolanos desde el Terminal de Pasajeros Génaro Méndez de la ciudad de San Cristóbal, hasta San Antonio, municipio Bolívar, frontera con el Departamento Norte de Santander- Colombia, se ha visto afectado por la disminución del despacho de gasolina en la entidad, que no le permite a los dueños de los llamados “carros por puesto” trabajar a diario, pues deben pasar entre tres y cuatro días haciendo cola a las afueras de las estaciones de servicio.
Aunque para el transporte público fueron asignadas dos bombas, los conductores aseguran que se hacen insuficientes para la cantidad de unidades existentes, sobre todo porque el combustible estaría llegando una vez por semana, máximo dos, lo que recorta las posibilidades de abastecer.
Comprar pimpinas de 20 litros de gasolina a 50 mil pesos es la opción de algunos para trabajar, mientras otros prefieren parar sus vehículos hasta que logran abastecer, pues aseguran que adquiriendo gasolina por los caminos verdes, no logran hacer mercado para sus casas.
Heder Delgado conduce un vehículo hacia la frontera y administra otros cuatro. Indicó que cada conductor logra viajar sólo una vez por semana, cuando anteriormente lo hacían a diario, porque ahora deben pasar hasta cuatro días en cola esperando que llegue la gandola.
“Como transporte público nos hemos visto afectados ya que sólo se nos han asignado dos estaciones de servicio, pero en una casi no llega combustible. Tenía más de una semana que no podía equipar, solo hasta antier pude echar, bajé hoy a San Antonio y volví a subir, y me toca esperar que vuelva a llegar una gandola a una estación de servicio, y esperaremos tres o cuatro días en cola hasta que llegue. La poca capacidad que nos dan no alcanza uno para subir y bajar, nosotros tenemos carros que son a carburador y consumen más combustible que los carros nuevos. La semana pasada no trabajé, sólo he podido trabajar hoy”, expresó.
No ha comprado combustible en el mercado negro, prefiere detener el vehículo que hacerlo, pues acotó que cada pasaje cuesta 25 mil bolívares, y al cambio no justifica el pago de la gasolina. “Es preferible quedarse uno parado y Dios proveerá. Los carros están haciendo entre uno a dos viajes a la semana, que normalmente era casi todos los días. La mayoría de los pasajeros se están movilizando en busetas que tienen combustible a gasoil”, acotó.
Por su parte, Rubén Ordoñez, explicó que en su caso se ve obligado a pagar 10 dólares por la pimpina de 20 litros de gasolina para poder trabajar al menos una vez por semana, pues su vehículo no tiene TAG o chip, y los encargados de su instalación en la Plaza de Toros de San Cristóbal, le explicaron que no podrán colocarlo sino hasta dentro de seis meses, porque su placa y título son nuevos.
“Para nadie es un secreto de que alrededor de hace 15 o 17 años el Táchira está sufriendo la escasez de combustible. Desde el paro petrolero para acá el Táchira más nunca fue lo que es el resto del país, a nosotros nos dan es garrote. Mi vehículo no tiene chip, yo como venezolano no puedo entrar a una estación de servicio a abastecer de gasolina mi vehículo porque no lo tengo. Me dirigí a la plaza de Toros a hacer la instalación del chip y me dijeron que debido a que mi carro el título y la placa son nuevas, debo esperar seis meses para poder colocar. Estoy cayendo en el círculo vicioso de comprarles a las personas que hacen colas para vender la gasolina”, añadió.
Precisó que las estaciones de servicio internacionales que habían sido destinadas para llenar el tanque a los carros que no tienen el dispositivo electrónico, ahora lo pasaron para funcionarios públicos. “Eso es mentira que para funcionarios públicos porque si uno ofrece dinero le colocan gasolina y si usted no tiene dinero lamentablemente no puede surtir”, acotó.
La semana pasada no pudo trabajar por falta de gasolina y para poder hacerlo esta semana tuvo que comprarles a los revendedores. “Para poder seguir luchando en este país, para no irnos, nos toca caer en manos de gente inescrupulosa que vende la gasolina, para poder seguir trabajando. Pareciera que lo que quieren es que uno se vaya del país”, añadió.
En un 80% han disminuido los ingresos de Jesús Chacón, conductor de la Línea Venezuela que cubre la ruta San Cristóbal – San Antonio del Táchira y viceversa, por la falta de gasolina en su vehículo. Denunció que esta situación ha llevado a que exista una invasión de rutas por parte de quienes conducen desde Caracas, Valencia y Maracay hacia la entidad, ya que en vez de llegar al terminal se van directo a la frontera.
“Para poder solventar tiene uno que dormir en la cola tres o cuatro días, esos días evidente no laboro. A veces trabaja uno en la semana dos días como mucho, el resto del tiempo lo perdemos en cola y eso afecta bastante mi economía. La mayoría de los pasajeros pasan directo de Caracas, Valencia y Maracay a la frontera, el trabajo ha disminuido en un 80% por la invasión de rutas, mire cómo está solo el terminal”, resaltó.