Carlos Staggen y la hortaliza salvan a La Puerta / Por Oswaldo Manrique

Sentido de Historia

 

 

Fueron las serranías de La Puerta, las que con su fecundo florecimiento, adoptaron las semillas hispanas de trigo, desde finales del siglo XVI. Dos siglos después, el agradable sabor y fineza de su harina, ganó el comentario del más grande científico del mundo -según Bolívar y don Eduardo Rohl-, el alemán Humboldt, lo que insertó en su obra máxima.

En los primeros años del siglo XIX, el sabio Alejandro de Humboldt, describió lo siguiente: <<Se cultivan ya los cereales de Europa en las montañas de Mérida y Trujillo (en La Puerta)… el trigo se cultiva… en medio de cultivos de café y de caña de azúcar>> (Humboldt, Alejandro. Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Continente. Venezuela. Tomó V. Pág. 163. Monte Ávila Editores. Caracas. 1985). Fue el ciclo de trigales en nuestro Valle, que duró hasta las primeras décadas del siglo XX.

Un día, igual que otro, de la tercera década de ese mismo siglo, llegó don Samuel Staggen, de nacionalidad alemana, se estableció en La Puerta con su esposa y cambió la historia y situación económica de esta población. Eran tiempos de la dictadura del general Juan Vicente Gómez, en los que comienzan a desarrollarse los campos petroleros y los campesinos sin oportunidades locales, emigran a esa industria o al centro del país,  buscando otras alternativas de empleo y de vida.

Esta comarca, solo ofrecía como opciones de trabajo, para los sin tierra, analfabetos y pobres, 7 haciendas y 13 establecimientos comerciales; poseía una población de 1.779 habitantes en todo el municipio, con 376 casas.  El geógrafo francés Bennet en su Guía General de Venezuela (1929), da cuenta que la actividad económica de La Puerta, era la siguiente: <<su producción la de las tierras frías, principalmente el trigo, las papas y las arvejas. En las partes bajas del municipio se cultiva también la caña de azúcar y en sus alrededores se cría ganado vacuno y lanar>> (Bennet, 375-376. Igual descripción en Américo Briceño Valero. Geografía del Estado Trujillo. 1920. pág. 123).

Sobre la explotación de trigo como actividad principal en La Puerta existe evidencia documental sobre el juicio que por cobro de obligación planteó en marzo de 1913, el coronel Américo Burelli, ante el juez Matías González, del Juzgado de ese Municipio, en contra de Ygnacio Abreu, por faltarle con una carga de trigo; situación de incumplimiento contractual que lo afectaba económicamente (Juzgado del Municipio La Puerta. Libro de Causas año 1913. Archivo Judicial de Valera). El referido documento público, en resumen señala un contrato de medianería al aportar al negocio, el paso de yuntas, gañanes, obreros, entrega de insumos por parte del productor o socio mayor, y por otra, el compromiso del campesino y sus tierras, de cuidar y sacar la cosecha. La importación de este cultivo era tan importante que hasta llegaban a los tribunales los pleitos de cobro por esta actividad.

Este Municipio (hoy Parroquia), lo conformaban 13 caseríos y los siete hacendados principales, eran Rafael Abreu, Américo Burelli, y Ciriaco Labastida, con extensiones significativas de trigales; Hilarión Gutiérrez, Isaías Ramírez, Raimundo Rivero y Manuel Vieras, siembras de caña de azúcar. Estas eran las principales fuentes de trabajo, es decir, la agricultura dentro de lo que se conoce como sector primario de la economía, y las del comercio, como parte del sector secundario de ella.

 

Samuel Staggen y florecieron las hortalizas

 

A todos saludaba, con su Guten Tag! (¡Buenos días!); era muy formal, acostumbraba a llamar a las personas por su nombre. También, al entrar a algún comercio, o cuando había anunciado que iba a visitar a alguien en alguna parcela o casa, al llegar le extendía la mano al que lo atendía, fuere ayudante o el dueño del lugar. Lo recuerdan como un hombre de alta estatura, de entre 30 y 40 años de edad, piel blanca, gruesa contextura, quien a pesar de su acento, se hacía entender bien con sus vecinos y trabajadores, tenía gran conocimiento del mundo agrícola, y lo demostró.

Es bastante probable que Staggen, haya llegado de su país de origen a Maracaibo, haber laborado y pertenecido a la colonia alemana y sus empresas importadoras, allí establecidas. En la pesquisa sobre el personaje, se consultó a Fermín Rivas Torres, del Viso, ex presidente de la Junta Parroquial, quien nos relató que su papá José Israel Rivas, conoció a don Samuel, éste, le conversaba y aconsejaba que nunca se inclinara por el ideal comunista, que <<era una de las peores aberraciones que se podían inculcar a los hijos>> (Ídem). Al parecer, él había salido de Europa, al concluir la primera Guerra Mundial o Gran Guerra en 1918, Alemania quedó derrotada, en ruinas, cercada su economía y se desató una revolución al igual que en Rusia, la socialista. Muchos germanos migraron hacia países de América. Samuel Staggen se vino a Venezuela.

Se calcula que pudo haber nacido alrededor del año 1890. Era conocedor de los pueblos zulianos y del resto de la zona occidental de Venezuela, donde llegó a comercializar  sus productos del campo.  Para 1928, Staggen se encuentra residenciado y asentado económicamente en La Puerta, vivió un largo tiempo en una de las casas del centro del pueblo, que alquilaba Luis Ignacio Araujo.

Le gustaba -cuando no viajaba en vehículo-, caminar, pasear a caballo o en carro, correr, conocer lugares apartados, muy respetuoso de su entorno natural. Se integró rápidamente a las actividades de la comunidad. Participó de manera entusiasta en las festividades de San Isidro Labrador. Festejaba igualmente, con su esposa y amigos, sus fechas patrias y otros eventos, el día de año nuevo (1° de enero) es fiesta nacional alemana, así como, la noche de San Silvestre, o Silvesterabend, que se celebra el 31 de diciembre, con fiestas a medianoche y fuegos artificiales. En los mesones de la casa de don Samuel, eran generosos los platos de comidas que se veían, el sauer kraut elaborado con los repollos que se cosechaban localmente, o el festivo chucrut con trozos de rodilla ahumada y salchichas que elaboraba su esposa, con carne de puerco; no faltarían quesos, papas con tocino y cebolla, grandes bizcochos, pasteles de manzana y dulces; se podían disfrutar, los brezels, versión salada de las “roscas de agua” que elaboraban hasta hace pocos años en La Puerta; nunca faltaría bastante cerveza. Le gustaba bailar y cantar, al punto que se recuerda que fue Staggen quien en 1928, introdujo la pianola en La Puerta, que fue la sensación para los niños y jóvenes, que pugnaban por escuchar este aparato musical, manejado por supuesto, por don Samuel.

 

La panacea de salvación: el cultivo de hortalizas

 

La situación de la agricultura en nuestra Parroquia (antes Municipio), era de mucha penuria. Relató José Rafael Abreu, que, <<ante la decadencia de los cultivos tradicionales apareció como medio de salvación, otro cultivo: el de las hortalizas>> (Abreu,  42-43), esta novedad para la gente serrana cayó oportunamente. Quizás sin proponérselo, el alemán, realizó una misión social, que ayudaría a los agricultores a lograr nuevos ingresos y en corto tiempo. Don Samuel, introdujo la siembra de hortalizas de todas clases y variedades, vendía su producción en los campos petroleros y en algunos pueblos del estado Trujillo.

En tierras deprimidas, este alemán, fue enseñando a recuperarlas y cultivarlas; la productividad se reflejaba en sus obreros quienes ganaban buenos salarios, que además, se entusiasmaban por la producción de este rubro. En aquellas pequeñas parcelas en sitios de montaña o que fuesen empedradas, usaba esas piedras para crear terrazas y sembraba las novedosas hortalizas de estación fría; asimismo, en huertos y solares caseros. El aporte de Staggen, fue <<Útil y trascendente como conocimiento de una nueva forma de explotación agrícola, más apropiada y a las pequeñas propiedades>> (Ídem); este cultivo se expandió a Timotes y otros  pueblos de Mérida.

Le relató José Israel Rivas (1930 – 2009)  a su hijo Fermín, que, cuando Staggen <<llegó a establecerse en La Puerta, buscó a los Carrasquero, que tenían las mejores tierras de San Pedro, había vaquera, y bajaban los carruchas de rolineras a distribuir la leche en el pueblo, en botellas o en las llamadas «lecheras». En parte de esa finca de los Carrasquero, le dio empuje a la siembra del tabaco, en el sector «Casa de Teja», en la posesión San Pedro, en la ruta a La Lagunita>> (Ídem).

Le contó igualmente su papá, quien estuvo relacionado con la familia Carrasquero, particularmente con don Elio y con don Augusto; que cuando Staggen, siembra las hortalizas, se comenzó a ver la producción de lechuga amarilla y el cilantro que no se conocía por estos pueblos, así como los girasoles. Parte de su trabajo era el de floricultura, sembró rosas, azucenas, dalias, que las llevaba a Maracaibo y quizás las comercializaban con las islas del Caribe.

Enseñó a los agricultores a sembrar las hortalizas, a preservarlas de enfermedades y ser productivos. El pueblo tuvo con él su renacimiento económico, y la consolidación de esa nueva actividad en el campo, que se ha mantenido hasta la actualidad. En aquellos tiempos ya Alemania era avanzada en la investigación y ensayos con abonos químicos y nuevas técnicas en la agricultura, especialmente en cultivos de corto plazo y de mayor rendimiento; esto, se adaptaba a las condiciones de suelo y climáticas de nuestro valle.

El Estado venezolano, no estaba dormido ante el problema de la caída de los precios de los productos agrícolas nacionales, hubo cierta preocupación; entre 1920 y 1921 se cumplieron ensayos con una extensa variedad de cultivos. Datos históricos dan cuenta de ello, por ejemplo los realizados en el Campo Experimental de Maracay, donde se probaron hortalizas como <<lechuga, repollo morado (cuatro variedades), tomate (manzano y francés), vainita, patilla, espárrago, a los cuales se prestaba dedicada atención; frutos menores, que abarcaban varias leguminosas: lentejas, arvejas, frijoles y caraotas; raíces y tubérculos, entre otros: papas y batatas; soya, maní y frutales, como naranjas y piñas traídas de Puerto Rico y Florida; y forrajeras: millo, millo enano, nabos y remolacha forrajera y alfalfa, algunas con muy buen rendimiento>> (AGN-Ministerio de Agricultura y Cría, 1919: Carpeta 34). Estos resultados, eran evaluados, y se enviaban a las haciendas del dictador Gómez y al Lactuario de Maracay.

Recuerdan nuestros mayores, que don Samuel, se le veía guiando a sus trabajadores en sus sementeras, con él hubo orden, respeto y responsabilidad; también fue asesorando en las de los otros agricultores, en materia de semilla, riego, cuido, asimismo, tenía respuesta para aquellos labriegos interesados en esos nuevos cultivos y sus técnicas de trabajo. Estaba pendiente de los drenajes que requerían las parcelas limitadas de riego, la necesidad de levantar cercas de protección de los cultivos, para que no fuesen objeto de la incursión de animales, y la necesidad de los sitios de almácigos, especie de viveros.

Es de reconocer, que además de superar las limitaciones de la oferta y demanda de hortalizas y vegetales, tuvo que realizar un esfuerzo por difundir y dar a conocer las bondades de estos alimentos, y su mejora en el campo de la gastronomía, es decir, las cualidades nutricionales, con lo que ampliaba su mercado y el de los demás agricultores de La Puerta. Esto, revolucionó el campo agrícola y de la dieta alimentaria.

Consultado, quien parece en nuestra foto, cronista Antonio Lino Rivero, recuerda que, el florecimiento real de la hortaliza, como rubro principal agrícola en La Puerta, se dio <<en la década de los años 50, y fue Don Samuel Staggen de origen Alemán y su esposa los que iniciaron la siembra de toda clase de hortalizas en ese lugar. Yo no lo conocí, pues ya vivía en Maracaibo, pero era lo que comentaban los agricultores que vivían en La Puerta y sus comunidades en ese tiempo>> (Mensaje escrito que envió por wasap, el 23 mayo 2023).

En la década de los 60, prácticamente desaparece la siembra de caña de azúcar, no había trigales en La Puerta. Luego vendría el proyecto de semilla de papa, y el de los champiñones. En El Pozo, nace el proyecto de  Cavepa, empresa constituida por el hacendado Antonio Simancas y unos españoles de nombres Sanz y otro Antonio Flores, que fundaron y regentaron una finca dedicada a la semilla de papa, y hacen la Capilla.  Antonio Lino Rivero, nos aportó otro dato importante de la agricultura de esta zona, que, << en la década de los años 60, se estableció en el caserío «El Pozo», una compañía de varios inversionistas,  con el nombre de hacienda «La Virgen del Carmen», cuyo fin era el cultivo de la papa en grandes cantidades. Obtuvo un éxito rotundo y le otorgaron el primer premio para cultivadores de papa en la Feria Agropecuaria  celebrada en Valera en el año 1967>> (Ídem); esta papa se expandió por Tuñame y Timotes. Al pasar estos episodios económicos, continúan las hortalizas como eje permanente de nuestra agricultura local, sin entrar a comentar el enrevesado y anti natura turismo, que nos ha dejado más de 5 mil casas vanas y tenebrosas.

Paralelamente al cambio de cultivo, en 1929, fue concluida la carretera Mendoza – La Puerta, que complementó ese renacer económico. El día de la inauguración, llegaron los flamantes vehículos de la Nena Fontiveros, Felipe Viera, Martín Cabrita, Pío Tori, Hilarión González y los hermanos Gutiérrez. La carretera le da un cambio total a esta comunidad, el transporte y conexión con otros pueblos y mercados,  <<Tobías Briceño, Abdón Lamus, Luis Ignacio Araujo, Francisco Bermúdez, Elio Carrasquero y Pablo Viloria, fueron las primeras personas en adquirir vehículos para el transporte de carga y pasajeros>> (Abreu, 119). El recorrido desde La Puerta hasta Valera, se hacía inicialmente ida y vuelta, en 10 horas.

Los agricultores de otros caseríos, se fueron entusiasmando; los del sur de la Parroquia, emprendieron la construcción de la carretera La Flecha – La Lagunita  (Abreu, 119), esta se hizo por etapas. Fueron tiempos de remozamiento económico y de alguna forma, fueron dando cuerpo y espíritu de existencia,  a una comunidad abandonada y aislada del resto del país.  Hasta 1923, la carretera estuvo en fase de estudio de factibilidad, la idea de los 8 km de Mendoza a La Puerta (Bennett, 276), como parte de la Trasandina vía principalísima en el desarrollo del comercio desde Maracaibo con los pueblos de la Cordillera. Si bien no varió la grave situación de desigualdad social y económica de los campesinos sin tierra, peones, parceleros, arrendatarios, enfeudados y sus oportunidades de trabajo que obligaron a emigrar hacia otros destinos, y el caso, de quienes trabajando en estas haciendas lo hacían a cambio de un plato de caraota y cambures cocidos como pago y otra parte se mantenía, semi enfeudada o conchabada, como parte del modelo tradicional rural andino, hubo cambios que permitieron paliar y mejorar algunos problemas de ingresos, alimentos y la optimización del uso de la tierra y la diversificación de los cultivos.

A la par, el clima de control político y militar establecido por el dictador Gómez, fue dando la sensación de que el país estaba calmado, exento de revueltas y revoluciones regionales y nacionales y se fue generando un tiempo de confianza por temor, para la producción y el comercio. La Ley del 12 de marzo de 1925, incluyó al Municipio La Puerta, como parte del Distrito Valera. Para 1929, fue instalada la línea de teléfono de Mendoza La Puerta, como parte de la telefonía o de la red de telefonía cuya central se encontraba en Valera, precisamente para el control social y político que tenía la dictadura sobre este territorio.

Si bien, no se modificó el modelo de producción, el cambio de rubro, sustituyendo los tradicionales como el trigo y la caña dulce, por las hortalizas, mejoró notablemente los ingresos de los campesinos pobres, parceleros y arrendatarios, y a la vez, de la oligarquía terrateniente de La Puerta, quienes siguen controlando la tenencia de la tierra despojada a los indígenas, y las relaciones de poder. El mismo Abreu, hacendado, reconoce que, Staggen <<es considerado como uno de los benefactores de La Puerta, pueblo al que sirvió generosamente>>  (Abreu, José Rafael. La Puerta Un Pueblo. Págs. 42-43. Editorial Arte, Caracas. 1969).

Sirva esta pequeña reseña, para ir rescatando personajes importantes que dejaron huella propositiva y beneficiosa como Samuel Staggen, y asimismo, difundir información significativa de  aspectos claves como son los ciclos económicos que conforman y explican el proceso histórico de La Puerta. Imagen cortesía de Benito Rivas.

 

 

 

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