Tapachula (México), 14 oct (EFE).- Una caravana de más de 1.000 migrantes de Venezuela partió este viernes de la frontera sur de México a pesar de las nuevas restricciones migratorias anunciadas por Estados Unidos para contener el creciente flujo de venezolanos.
Los migrantes salieron caminando en la madrugada desde Tapachula, en la frontera de México con Guatemala, con destino a Estados Unidos porque no quieren quedarse varados en Centroamérica o en territorio mexicano.
Esta es la primera caravana de migrantes de Venezuela desde que el Departamento de Seguridad Nacional estadounidense (DHS, en inglés) anunció el miércoles la expulsión inmediata de los venezolanos que lleguen a Estados Unidos al cruzar la frontera con México.
Gabriela Pérez, migrante de Venezuela, expuso a EFE que no se detendrán en la carretera porque la situación para los venezolanos es «difícil y crítica».
“Esperamos reunirnos con más grupos de unos 1.000 o 500 que van más adelante y vamos a caminar lo que sea necesario, no pensamos hacer ningún tipo de escándalo en su país (México), ya que el destino son los Estados Unidos”, contó la mujer.
Para los venezolanos, la decisión de Estados Unidos «no es humanitaria», porque los están dejando en México sin ningún apoyo.
Tras el acuerdo binacional, el Instituto Nacional de Migración (INM) ha reforzado los retenes migratorios en las carreteras del fronterizo estado Chiapas.
“Nos envían a México, después a Venezuela ¿y quién se quiere devolver después de haber sufrido tanto? Por eso estamos caminando para llegar a nuestro destino, para atrás nada, todo para adelante”, contó a EFE el migrante Jordi Moisés Taborda.
El grupo de personas, que ha caminado bajo la oscuridad y alumbrándose solo con la luz de los vehículos que circulan por la carretera, pidió una prórroga de unos 15 días para las personas que ya están en tránsito por México.
Otoniel Ferrer, con apenas 20 años, es un migrante de Venezuela que dejó a su familia en su país para aventurarse por primera vez a buscar suerte a los Estados Unidos.
“Cuando salí de Venezuela, las puertas de los Estados Unidos estaban abiertas para los venezolanos, pero ahora tenemos mucha incertidumbre, entramos a México y chocamos con el Instituto Nacional de Migración, que no nos deja avanzar», comentó.
«Ahora nos enteramos de que no hay paso para los Estados Unidos, pero vamos a intentarlos los miles de veces que sean necesarios y con la frente en alto”, advirtió.
En Tapachula, se quedó otro grupo de venezolanos que se unirá a otros contingentes que vienen de Centroamérica para decidir sus próximos pasos.
La región vive un flujo migratorio récord hacia Estados Unidos, cuya Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) ha interceptado a más de 2,15 millones de personas en lo que va del año fiscal 2022.
Además, los migrantes de Cuba, Nicaragua y Venezuela representaron más de 55.000 de los indocumentados encontrados en la frontera de Estados Unidos con México en agosto, un aumento anual de 175 %.
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