Caracas, 5 abr (EFE).- Miles de feligreses salieron este miércoles a las calles de Caracas para acompañar la procesión del Nazareno de San Pablo, principal advocación de Jesucristo en Venezuela, a quien le pidieron salud y prosperidad durante el segundo recorrido que hace la imagen, cargada a hombros, desde que se declaró la pandemia por covid-19, en 2020.
La imagen del Nazareno, con expresión de sufrimiento y una cruz a cuestas, paseada sobre una plataforma decorada con miles de orquídeas, salió de la Basílica de Santa Teresa, uno de los templos católicos más importantes de la capital, hacia una plaza pública cercana, donde se celebró una misa presidida por el cardenal Baltazar Porras, arzobispo metropolitano de Caracas.
En su mensaje, el cardenal aseguró que, sin «perdón ni misericordia, no habrá la posibilidad de entendimiento ni de edificar puentes» que unan a la sociedad, y pidió «restablecer la relación con los demás».
Los feligreses, la mayoría ataviados con ropa púrpura, pidieron, además, bendiciones para sus familiares y amigos, la cura de enfermedades, que mejore la situación del país y que se supere, completamente, la pandemia.
«(Pido por) mi salud, salud. Si hay salud, hay todo; si no hay salud, no hay nada. Y paz para (el) pueblo», dijo a EFE Nielda González, una de las seguidoras que se acercó a la basílica, donde se desplegaron policías y militares para resguardar a los caraqueños.
El Nazareno de San Pablo es la advocación más antigua del país y cuenta con miles de fieles que aseguran que les ha concedido favores y peticiones.
La imagen llegó a Venezuela procedente de España a principios del siglo XVII y fue instalada inicialmente en la hoy desaparecida iglesia caraqueña de San Pablo, donde aseguran que se produjo el primero de los «milagros» que se le atribuyen.
Según la tradición, en 1696 hubo una extraña epidemia, llamada «vómito negro», que azotó a la entonces pequeña población caraqueña, ocasionando decenas de muertes y otros tantos contagiados.
Los caraqueños imploraban al Nazareno el milagro de la cura de la epidemia y en medio de la procesión la imagen tropezó con un limonero, haciendo caer todos sus frutos, que fueron utilizados para hacer el jugo que erradicó la enfermedad.
A partir de ese momento, el Nazareno es considerado el santo más milagroso de la historia venezolana.