Caracas, 31 mar (EFE).- Cientos de caraqueños, incluido el personal sanitario, recibieron este miércoles al Nazareno de San Pablo, la principal advocación de Jesucristo en Venezuela, para pedirle, por segunda vez, el fin de la pandemia de covid-19 que afecta al mundo desde hace un año.
La imagen del Nazareno, que tradicionalmente es paseado en una procesión y colocado sobre una alfombra de más de 5.000 orquídeas que cultivan sus feligreses, recorrió la capital a bordo de un vehículo acristalado, debido a las restricciones impuestas por la pandemia.
Pero eso no impidió que cientos de sus fieles se aglomeraran y salieran a las calles a recibirlo mientras visitaba las cercanías de sus hogares o, incluso, hospitales donde el personal sanitario también se acercó para venerarlo.
Los más devotos se vistieron de morado o se arrodillaron para extenderle sus oraciones y peticiones, mientras que los menos atrevidos lo recordaron a través de las redes sociales donde también hubo súplicas por el fin de la covid-19 que en Venezuela ha dejado casi 160.000 contagios y 1.589 muertes.
El Nazareno recorrió Caracas de oeste a este, visitando más de diez hospitales y centros de salud, que hoy se encuentran casi a tope en sus unidades de terapia intensiva y de hospitalización con pacientes contagiados de coronavirus.
Estuvo custodiado, durante todo el recorrido, por miembros de la Policía y de las Fuerzas Armadas que, a su vez, intentaban disgregar, sin éxito, las aglomeraciones de personas.
El Nazareno de San Pablo es la advocación más antigua de Venezuela y cuenta con miles de fieles que aseguran que les ha concedido favores y peticiones.
La imagen llegó a Venezuela procedente de España a principios del siglo XVII y fue instalada inicialmente en la hoy desaparecida iglesia caraqueña de San Pablo, donde la tradición asegura que se produjo el primero de los «milagros» que se le atribuyen.
Según la tradición, en 1696 hubo una extraña epidemia, llamada «vómito negro», que azotó a la entonces pequeña población caraqueña, ocasionando decenas de muertes y otros tantos contagiados.
Los caraqueños imploraban al Nazareno el milagro de la cura de la epidemia y en medio de la procesión la imagen tropezó con un limonero, haciendo caer todos sus frutos, que fueron utilizados para hacer el jugo que erradicó la enfermedad.
A partir de ese momento, hace más de 350 años, el Nazareno es considerado el santo más milagroso de toda la historia venezolana.