Con una intensa realización científica, acompañada de cientos de publicaciones, entre artículos, libros y conferencias, durante más de cuatro décadas, comprendidas a partir del segundo tercio del siglo pasado, el sociólogo Talcott Parsons, desarrolló sus dos grandes temáticas: la acción social (Parsons, 1937) y el sistema social (Parsons, 1951). Desde un principio, su objetivo era tratar de cubrir todas las dimensiones de la vida en sociedad. Sus leitmotivs fueron el problema del orden social y el consenso social. Primeramente, Parsons, consideraba que la acción social comprendía solo un actor y sus metas, tomando decisiones en un marco de valores y normas; más tarde, para incluir las interacciones de una gran diversidad de actores, extendería su visión.
El llamado análisis funcional se hacía entonces necesario, para poder determinar la estructura y el funcionamiento de un sistema social, comenzando por establecer cuáles son sus propósitos y cuáles las necesidades que abarca: una sociología del consenso, como también se le conoce a la sociología de Parsons, por compartir valores comunes que permiten las interacciones entre los individuos que conforman un sistema. Esos mismos valores están integrados en los distintos roles que los actores juegan en los sistemas de interacción de los cuales forman parte. A su vez, los roles son complementarios y se generan al establecerse las relaciones interpersonales.
En pocas palabras, la acción social ocurre tanto a nivel de la interacción entre individuos (micro estructura) como dentro del sistema social (meso/macro estructuras). Entonces, es conveniente analizar, empíricamente, la integración entre estructura y proceso, para entender las funciones sociales que cumplen las estructuras, dentro de cada subsistema (político, económico, etc.). En este enfoque, la tendencia es a alcanzar el equilibrio del sistema, producto de consensos y con patrones de interacción que cambian (procesos) de manera ordenada. Para este tipo de análisis funcionalista el rol social constituye la unidad de análisis, pues se trata de una teoría social que su creador (Parsons), fundamenta en la idea del consenso, en cuanto a roles y obligaciones.
De acuerdo a Parsons & Shils (1951: 53), la acción social se define como: «el comportamiento orientado a la consecución de fines, en situaciones específicas, mediante un gasto energético regulado normativamente». Vemos, en esta definición, la importancia tanto del individuo como del contexto en el cual ocurre la acción social. Los autores consideran, además, que entre los factores que influyen en la motivación del individuo están su conocimiento, sus sentimientos y su valoración de la situación. Ambas teorías muy bien articuladas: acción social y sistema social.
El abundante material disponible, sobre la producción científica de Parsons, no se agota con su propio contenido, sino que se multiplica con lo que sobre éste han escrito un importante número de científicos sociales, entre quienes están: Robert Merton, Jeffrey Alexander, Charles Camic, Anthony Giddens y Niklas Luhmann. Especial mención debe hacerse de Merton porque, luego de tener a Parsons como uno de sus supervisores, durante sus estudios doctorales, sería una prominente figura del funcionalismo en los Estados Unidos. Podemos ver cómo todos estos autores fueron influenciados por los trabajos de Parsons y continuaron desarrollando teorías de sistemas. Notorio es el caso de Luhmann, cuyas teorías integraron comunicaciones y evolución.
Referencias:
Parsons, T. (1937). The structure of social action. Reprint edition, 1949.
Parsons, T. (1951). The social system.
Parsons, T. & Shils, E. (1951). Toward a general theory of action.
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