El componente de nuestra personalidad que nos proporciona la energía, para poder enfrentar con decisión las vicisitudes de la vida, está representado por el ENEATIPO 8 (conocido con el nombre de El Líder), en el eneagrama de la personalidad. Cuando ese rasgo es predominante (eneatipo básico), lo vemos acompañado de otras características, tales como: seguridad en sí mismo, intensidad y una actitud retadora. Por ser parte de la llamada Tríada Instintiva (OCHO, NUEVE y UNO), las personas cuyo eneatipo básico es el OCHO, están orientadas por la acción. Su estrategia instintiva es visceral o de control, porque quieren sentirse preparados para actuar, ante situaciones o información. Para ellos, el reto es mostrar sentimientos, por su desconfianza.
Los OCHO valoran la sinceridad. No toleran la mentira, ni perdonan la deslealtad. Aspiran tener la posibilidad de dirigir, ejerciendo el poder, de tal manera que los demás puedan hacer lo que saben hacer, sin necesidad de estarlos controlando. Combaten las injusticias y tienen necesidad de proteger. La tendencia de su conducta, en condiciones saludables, es la de ser personas de palabra y nobles. Recordemos, sin embargo, que cada eneatipo está asociado a dos alas (sus números laterales, en el eneagrama), además de tres variantes instintivas (conservación, social y transmisor). Podemos, asimismo, identificar patrones de conducta, hacia la luz o la oscuridad.
Está claro que: “Mediante los niveles de desarrollo [moviéndonos hacia las zonas de luz o hacia las zonas de oscuridad] y las direcciones de integración y desintegración [flechas entrantes y salientes de cada número], podemos entender la dinámica de nuestra personalidad, es decir, las maneras como cambiamos a lo largo del tiempo.” (Riso & Hudson, 1999: 69). P.ej., la actitud retadora de los OCHO y su manera intensa de comportarse, como todo líder natural, son formas de autoprotección, por miedo a sentirse vulnerables; pero, en la zona oscura de su personalidad, esa intensidad pudiera llegar a transformarse en el uso de la intimidación cuando buscan apoyo.
En cambio, en la zona de luz de su personalidad, cuando están sanos, son: “positivos, divertidos y generosos … En esos momentos, se comprometen, son fieles y solidarios, siempre y cuando los demás estén dispuestos a triunfar.” (Stabile, 2018a: 28). Así como ocurre con cualquier otro número, los OCHO pueden estar en un momento de su vida (dadas ciertas circunstancias), en cualquier nivel dentro de sus rangos saludable (luz), promedio o tóxico (oscuridad). Además, a cada tipo de personalidad, se le asignan tres niveles por rango, integrando grupos con rasgos específicos e interrelacionados. P.ej., un OCHO, al nivel 3, está en el límite del rango saludable.
Al asistir a cursos avanzados sobre el eneagrama, notaremos el énfasis puesto en los siguientes atributos de los OCHO: “Tienen una cantidad notable de energía. Son asertivos y directos. Son leales y protectores con las personas que aman. No dudan en hacerse cargo de las situaciones. Suelen luchar por los desvalidos.” (Stabile, 2018b: 32). Pero, pudieran perjudicar sus relaciones “al no estar dispuestos a ser vulnerables y querer promover su propia agenda” (ibid.: 37). Para aprender a establecer y mantener vínculos saludables, utilizando el eneagrama, les ofrezco una consulta totalmente personalizada, gratis, 30 minutos, por WhatsApp (1.613.890.9432) o Zoom.
Referencias:
Riso, D. & Hudson, R. (1999). The wisdom of the enneagram: The complete guide to psychological and spiritual growth for the nine personality types.
Stabile, S. (2018a). The path between us: An enneagram journey to healthy relationships.
Stabile, S. (2018b). The path between us: Study guide.
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