Al respecto, mi primer pensamiento es sobre el legado que nos dejara el economista y dirigente político, social demócrata, Fernando Alvarez Paz. Me decía mi amigo, el ilustre profesor Alvarez Paz, sobre la modernización de los partidos políticos en Venezuela: “No te preocupes, estamos empujando para que se haga ahora”. Sus conclusiones (las cuales entiendo como su legado), al final de la entrevista de 40 minutos que me hiciera semanas antes de su muerte, por el canal de YouTube Visión Democracia TV (https://youtu.be/dBj-vabK1DI, 19-agosto-2021), fueron las siguientes: 1. Es urgente provocar un cambio radical en la cultura política de las organizaciones partidistas venezolanas y en sus dirigentes, hacia la inaplazable necesidad de la modernización.
En ese sentido, Fernando, sugería hacer uso de tecnologías avanzadas, especialmente, para facilitar la construcción de capital social porque, en el caso venezolano, esto podría conducir a desarrollar una exitosa red nacional de activistas por la unidad opositora, en busca de conquistar la libertad de nuestro querido país; 2. En función de lo anterior, se debe crear un Centro para la Modernización del Partido Político, con una programación de actividades teóricas y prácticas que permitan preparar —adecuadamente— a las organizaciones políticas y a sus dirigentes; y, 3. Todo el trabajo de modernización política debe enfocarse principalmente hacia los liderazgos juveniles emergentes, por supuesto, sin exclusiones generacionales, pero, garantizando que la formación técnica de los líderes sea combinada con una sólida formación ética, moral y cívica.
La modernización de las organizaciones políticas en Latinoamérica seguramente va a incidir en el interés del elector en acudir a votar. Por otra parte, la literatura científica, al tratar de explicar el comportamiento del elector frente a las urnas electorales, ofrece varias teorías y perspectivas; sin embargo, consideramos que la teoría de la elección racional (economía política) y la teoría de redes (sociología política) merecen especial atención. Encontramos la mejor explicación cuando se combina el razonamiento (costo/beneficio) del elector y la efectividad del trabajo de campo (activismo político), sustentado en redes interpersonales complejas (Montecinos, 2007).
La teoría de redes o teoría estructural tiene una importancia de carácter transversal, “tanto en sus planteamientos teóricos, como en las metodologías que aplica” (Barozet, 2002). Estudiamos en las redes interpersonales la formación de capital social y su utilización para la construcción de redes adaptativas e inteligentes que sustituyan a las redes clientelares que han surgido, en Latinoamérica, de la mano de gobiernos socialistas y comunistas. Las democracias liberales deberán empezar a sustentarse en este tipo de redes, si quieren recuperar el terreno perdido.
Los partidos políticos —en la actualidad— son estructuras clientelares, en el mejor de los casos. Es imposible quitarnos de encima, en Latinoamérica, la plaga comunista sin modernizar primero a las organizaciones políticas, haciendo uso de tecnologías avanzadas (por ejemplo, SAI), para la creación de redes inteligentes y sostenibles. La sociedad civil, sola, no puede combatir a un régimen dictatorial como el venezolano o el cubano, por citar los dos casos más emblemáticos; el trabajo de los partidos políticos para la redemocratización del continente es indispensable.
Referencias:
Barozet, E. (2002). La teoría de redes y sus aplicaciones en ciencia política: Una herramienta heurística.
Montecinos, E. (2007). Análisis del comportamiento electoral: De la elección racional a la teoría de redes.
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