Londres, 9 sep (EFE).- Salvas de cañón, ofrendas florales y los sentidos homenajes de representantes de la vida pública británica marcan este viernes el principio del adiós a Isabel II, que culminará con un funeral de Estado en Londres dentro de unos diez días.
La Cámara de los Comunes del Parlamento celebró a lo largo del día una sesión especial para que sus 650 miembros puedan rendir tributo a la soberana más longeva de la historia del Reino Unido, que falleció el jueves a los 96 años en su castillo escocés de Balmoral.
Un minuto de silencio, el tañer de campanas y cañonazos en puntos emblemáticos del país han protagonizado la primera jornada de un programa de actos que se calcula que durará hasta el 19 de septiembre, cuando se espera que la reina reciba sepultura junto a su padre, Jorge VI, en el castillo de Windsor (a 40 kilómetros de la capital).
UNA REFERENTE EN EL MUNDO
El presidente de los Comunes, Lindsay Hoyle, vestido con ropajes negros, al igual que otros funcionarios y el luto de los diputados, abrió la sesión parlamentaria con un discurso sobre la influencia de la soberana, después de que el pleno guardara un minuto de silencio.
Al inaugurar los tributos de los políticos, la primera ministra, Liz Truss, declaró que Isabel II «fue una de los más grandes líderes que el mundo ha conocido» y mantuvo que «reinventó la monarquía» para adecuarla a la modernidad.
Truss, que el pasado martes fue recibida por la monarca tras ser elegida por los conservadores como sucesora de Boris Johnson, afirmó que el Reino Unido «ha crecido y florecido» durante su reinado, en el que demostró su devoción «a la unión» de Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte.
La líder «tory» destacó que Isabel II, que conoció a quince primeros ministros británicos, mantuvo sus reuniones semanales con ellos hasta el final y confesó que ella misma, en sus contactos con la hasta ahora jefa del Estado, se benefició de su «sabio consejo».
Después habló el líder del Partido Laborista, Keir Starmer, que subrayó la presencia constante de la reina en la vida de la mayoría de británicos.
Ian Blackford, el portavoz del Partido Nacional Escocés (SNP) -que pide la salida de Escocia del Reino Unido pero sin desligarse de la monarquía-, resaltó «el cariño que tenía la reina por Escocia y Escocia por la reina».
«Aunque era la reina de todos, para muchos en Escocia era Isabel, Reina de los Escoceses», proclamó.
El ex primer ministro Boris Johnson expresó en su turno de palabra su tristeza por la muerte de la soberana y señaló que era «un punto de referencia humano» hasta que incluso algunos pensaban «que era «eterna».
Su predecesora, Theresa May, contó cómo eran sus citas periódicas con ella.
«No eran encuentros con un monarca elevado y poderoso, sino conversaciones con una mujer con experiencia y conocimientos y una inmensa sabiduría. También eran las únicas reuniones a las que iba de las que sabía que no habría filtraciones a la prensa», explicó.
EL VIAJE DEL FÉRETRO REAL
A mediodía de hoy, las campanas de los principales templos religiosos del país sonaron en memoria de Isabel II, seguidas de 96 salvas de cañón, una por cada año de su vida, disparadas en Londres, Cardiff, Edimburgo, Belfast, Plymouth o Gibraltar.
A las 17.00 GMT, la catedral de San Pablo ofrecerá un servicio en memoria de Su Majestad, que coincidirá con un mensaje televisivo pregrabado de su primogénito y heredero, el rey Carlos III, que será proclamado oficialmente en un acto en el palacio de St. James el sábado.
A falta de conocer los detalles definitivos, se espera que el féretro de la reina se traslade el domingo de Balmoral a la residencia real de Holyroodhouse en Edimburgo, de donde el lunes saldría en procesión hasta la cercana catedral de St. Giles.
Allí miembros de la familia real asistirán a una misa y los ciudadanos tendrán la oportunidad de presentar sus respetos a la soberana, mientras que el Parlamento londinense volverá a reunirse en un acto de condolencia al que podría asistir el nuevo rey.
De acuerdo con las previsiones, el ataúd se trasladaría por avión el martes al palacio de Buckingham, en Londres, donde el miércoles iría en una gran procesión hasta la sede parlamentaria del Palacio de Westminster, donde se habilitaría durante cuatro días una capilla ardiente abierta a los visitantes.
Según la prensa, el día del funeral, posiblemente el lunes 19 de septiembre y que será televisado, podría declararse jornada no laborable en el Reino Unido, y se prevé que asistan mandatarios de todo el mundo.
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