Lo que al parecer se trató de la quema en un terreno donde personas de la comunidad querían sembrar, se salió de control por dos factores determinantes para el fuego: la sequedad de la maleza y la fuerte brisa.
En el sector 1 del barrio El Milagro de Valera el humo espeso y el crepitar de ramas y arbustos alertó a los residentes, que se aglomeraron en el centro de la avenida Monseñor Félix Serrano donde está el zanjón, a pocos metros de la pasarela y con dirección a la iglesia.
Todos se asustaron al ver la cercanía de las llamas a la hilera de viviendas, al fondo del sector 1. Llamaron al Cuerpo de Bomberos y dos unidades respondieron, pero ante lo complicado del terreno no podían sofocar todas las llamas que se propagaban rápidamente por acción del viento.
La comunidad se activó de manera solidaria, hombres, mujeres y niños con tobos, botellones, baldes y garrafas de agua iban y venían de dos de las viviendas cercanas al fuego; a las casas pasaban todos los que podían, arrojaban el líquido y corrían a buscar más agua.
La dueña de una de las viviendas tuvo un ataque de nervios que le hizo alterar, por lo cual la condujeron al CDI de esa comunidad. Los lugareños comentaron que como a las 9 de la mañana se produjo una primera quema pero no pasó a mayores, pero al medio día volvió a iniciar el fuego y los puso a todos a temblar. Afortunadamente el fuego cesó y no hubo daños que lamentar.
Casi de manera paralela se observaron quemas de maleza en los cerros adyacentes a Valera, como en la vía de Makroval hacia La Beatriz en la parroquia Juan Ignacio Montilla; en la subida a San Rafael de Carvajal por la carretera a la plaza Negra Matea y en El Valle de San Luis, pero en esos casos se desconoce si fue o no acción del hombre.
“No juegue con cadela, porque se quema” un dicho que tiene años y no es mentira, las personas que de manera irresponsable cometen este tipo de delitos son penados con cárcel por el Ministerio de Ecosocialismo y Aguas además de otras sanciones, hubo riesgo para la vida de los vecinos e infantes que no puede volver a repetirse. Hay que tomar conciencia, cada acción tiene una consecuencia y poner en riesgo la vida y la de su comunidad es una falta de humanidad muy grande.