Desamparados y sin sueldo. Así resume Blanca Castillo, la situación que viven los trabajadores de la salud en el Hospital Central de San Cristóbal.
La camarera que labora desde hace 11 años en el Hospital Central de San Cristóbal en el área de traumatología, expuso que deben dedicarse al comercio informal con la venta de verduras, comidas rápidas y limpieza doméstica para poder sustentar a la familia.
Sigue en el hospital por amor a Dios y a la institución. Pero lo más difícil que ha visto es a los familiares de pacientes que llegan con los bolsillos vacíos, y algunas veces ellos deben ayudar con los insumos que requieren los enfermos.
Blanca es paciente a su vez de traumatología, pero ella siendo trabajadora de la salud no cuenta con los recursos para hacer exámenes y tratar su padecimiento, por lo que su jefe le ha recomendado seguir trabajando al ritmo que pueda.
“Muchas veces nos venimos desde nuestras casas sin comer, comemos de las fundaciones que entran con las sopitas y de las personas que nos regalan una arepa”, expresó.
Cuenta que en el Hospital de San Cristóbal hay muy poco personal en el área de camareros y algunas veces deben cubrir varios servicios.
Mientras que los desinfectantes que llegan a este centro asistencial solo son distribuidos en la zona covid y el resto de los servicios se quedan sin productos para desinfectar.
“Los familiares comprar hasta la papelería para hacerse los exámenes”, apuntó.