Callejón sin salida: pobreza extrema, y aumento salarial en ciernes que podría empeorarlo todo | Por: Luis A. Villarreal P.

 

La continua devaluación del bolívar principalmente frente al dólar —moneda adoptiva de los venezolanos— hace pensar que vamos rumbo a otra reconversión monetaria, y eso hiela los huesos.  Porque la economía continúa estancada o con vida artificial. El aparato productivo está estancado en la subsistencia.

En breve lapso la diferencia cambiaria se ha agrandado como para poner en pánico a la gente que no tiene privilegios partidistas ni económicos, porque su alimentación básica se le ha puesto distante y cuesta arriba. El queso, la harina, los huevos, etcétera, han sextuplicado de precio, como quien dice de la noche a la mañana.

No hay dinero sino para pagar eso sí la seguridad de quienes ostentan el poder. Por ello no alcanza para cumplir con el salario de los trabajadores, quienes exigen sueldos dignos con los que puedan satisfacer ‘siquiera en parte’ sus necesidades básicas. Y no es bloqueo.

Las luchas se han dado en el sector gremial, principalmente educativo y sanitario. Con ellas se demuestra una vez más que dichos gremios están inconformes y rechazan de múltiples maneras la situación que están padeciendo —como sucede con el 90% de todos los venezolanos—. Este esfuerzo de protesta, libre de miedo, ha recibido lacónica respuesta del gobierno, cuando éste refirió que el aumento no puede ser, porque no hay dinero.

En general —sobre todo quienes miran solo el ámbito de sus necesidades comunes, y aquellos que echan números electorales y ‘deben’ colocarse de ese lado— la mayoría presiona y pide adecuar los sueldos a la canasta básica o tan siquiera a la alimentaria, dolarizando de un todo el salario mínimo, y mejorar en proporción las pensiones y jubilaciones.

Okey, todo esto no es lo que debiera ser pero sí representa un auxilio para los trabajadores que padecen la miseria material y la afectación moral de los míseros y actuales salarios, como resultante de un país administrado inconscientemente, y en bancarrota.

Pero digan lo que digan; un ajuste salarial, sin mirar el entorno o para los lados, bien pudiera ser una vez más contraproducente;  simplemente una efímera ilusión, porque es lo que esperan los expendedores, los intermediarios de la cadena de distribución de productos, para ‘ajustar’ los precios in crescendo, intentando aprovecharse, o sintiendo el temor de quedarse sin inventarios, con depósitos y anaqueles vacíos. Lo que significa  —como en estas últimas semanas— el incremento de la espiral inflacionaria, en términos de especulación y temores de desabastecimiento.

Aspirar o exigir —lo justo— no es suficiente, hay que pensar en el aparato productivo desecho que tenemos y que este no podrá activar la economía en general para presenciar mejoramiento económico integral sostenido. No tenemos una administración confiable ni legítima, tampoco una oposición fiable, sino un Estado de derecho e institucional decadente que sin duda no responderá a las aspiraciones de bienestar y libertad democrática.

Entonces, si los paños de agua tibia no servirán sino para empeorar o seguir en lo mismo, ¿Qué es lo que debemos hacer?  Pues esperar por un cambio político y organizarse para que ocurra de la mejor forma posible. Hay una oportunidad que no debe desdeñarse menos aún ser desaprovechada: las Elecciones Libres. Para las que hemos de actuar unitariamente. Digamos a través de unas Primarias que busquen esa Unidad. Porque para colmo contra las mismas han estado actuando, para disgregar más al sector opositor.

Las Elecciones Libres, tienen que alcanzarse a través de una lucha férrea porque el oficialismo no las permitirá sino viéndose obligado. La poca eficiencia de la Mesa de Diálogo en México lo ha dejado ver claro. Por esa vía vuelve a nuestros oídos aquel ‘solos no podemos’. Depende de la Comunidad Internacional, que es la que puede ejercer más presión. De otro modo no habrán sino simples elecciones como las que recién hemos tenido, con predominio oficialista y sin garantía de imparcialidad.

Realmente es deprimente la situación que se vive en Venezuela; atónitos ojos están puestos sobre el inestable valor del dólar BCV. Este tipo de cambio representa a diario el dolor de cabeza del venezolano sin privilegios, porque no es enchufado, no tiene unidad de producción, y tampoco recibe remesas, si acaso la bolsita CLAP o quién quita algunos paliativos en forma de ‘bonos’.

La incertidumbre lamentablemente se convierte en escepticismo frente a la posibilidad de salir de la peor crisis republicana que ahora ha descarriado la democracia, pero la Esperanza subyace en el espíritu de todos. Siempre anidaremos el íntimo fervor de que la clave de la solución está en una porción abundante de Unidad Nacional, porque esta situación solo se la ‘calan’ las minorías muy privilegiadas que no podrán contener la decisión de las mayorías contundentes, que claman un cambio para encarrilar la democracia que requiere el bienestar y la libertad de todos los venezolanos.

El Ministro de Relaciones Exteriores Yván Gil atendió al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, quien vino como invitado del oficialismo venezolano. La visita tuvo como objetivo, según Gil, observar ‘los avances’ del gobierno que representa en materia de Derechos Humanos. También transmitirle a la delegación de la ONU ‘la necesidad del levantamiento de las sanciones ilegales que tanto daño ocasionan a los derechos del pueblo’.

Volker Türk, se reunió con grupos de la sociedad civil y activistas defensores de derechos humanos en Venezuela y aseguró que su visita al país “es de solidaridad, diálogo y acción”. ¿? La estadía del personal de la ONU sin duda fue aprovechada por diversos sectores opositores, gremios, partidos y ONGs, para contradecir a pseudo gremios y funcionarios oficialistas, con la exposición de argumentos y razones causantes de la tragedia humanitaria.

Amnistía Internacional le pidió al alto comisionado de DDHH de la ONU fortalecer su presencia en Venezuela. Dicho organismo humanitario exhortó a Volker Türk a precisar y ampliar el desempeño de la ONU en nuestro país “para que su labor de denuncia tenga un real efecto disuasorio de prevención de violaciones graves de derechos humanos».

Entretanto, la oposición venezolana agrupada en la Plataforma Unitaria Democrática pidió al alto comisionado de la ONU para los DDHH “verificar presencialmente” las condiciones de reclusión y estado de salud de todos los presos políticos.

Todo indica, que el gobierno cuestionado hace su tarea sin distracciones, y que la denuncia opositora se ha tratado de minimizar con la ‘información’ de que se están acomodando las cosas a favor de los Derechos Humanos; así se ha dado a entender desde la ONU misma, sin entrar en especificaciones; solo haciéndose lo necesario para que lo ocurrido se vea con otros ojos, …con buenos ojos.

Aunque el Alto Comisionado de la ONU informó que le solicitó al ocupante de Miraflores la liberación de las personas ‘detenidas arbitrariamente’ y poner fin a la tortura, no sabemos qué efectividad a corto plazo tendrá esa visita en la reivindicación de los Derechos Humanos en Venezuela.

Ante las circunstancias y el poco tiempo que nos queda para las Primarias, no deberíamos entretenernos en la aristas de las encuestas ‘favorables’, sino en la organización autónoma de esas elecciones para que haya garantía de participación de los electores dentro y fuera del país, requisito del éxito en las presidenciales.

 

 

 

 

 

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