Uagadugú, 27 abr (EFE).- El Gobierno de Burkina Faso atribuyó hoy a «terroristas» el ataque perpetrado este lunes en el este del país contra un convoy, que ha costado la vida a dos periodistas españoles y a otro irlandés secuestrados tras el suceso.
«Por ahora, la identidad de los secuestradores no ha sido claramente establecida», afirmó el ministro de Comunicación y portavoz del Ejecutivo, Ousséni Tamboura, quien subrayó que «el balance humano del incidente es tres heridos y cuatro desparecidos, incluidos los tres expatriados y un burkinés».
«Sin embargo, las imágenes de los cuerpos sin vida de tres expatriados aún no identificados formalmente están circulando en las redes sociales», precisó el ministro en un comunicado.
El portavoz explicó que el ataque ocurrió este lunes alrededor de las 09:00 hora local (misma GMT), cuando individuos armados se dirigieron hacia un «convoy mixto» formado por efectivos de las Fuerzas de Defensa y Seguridad (FDS) de Burkina Faso y ciudadanos extranjeros en el eje Fada N’Gourma-Pama, en la Región del Este.
«El incidente -indicó- tuvo lugar precisamente a la altura de la reserva de Pama, donde los elementos del convoy iban en un vehículo y en motoclicletas. Los expatriados eran tres, de nacionalidades española e irlandesa».
El portavoz agregó que, «según las primeras informaciones disponibles, durante su excursión el equipo se encontró con una posición ocupada por terroristas que abrieron fuego».
Según medios locales, individuos armados emboscaron a una patrulla de efectivos burkineses contra la caza furtiva, en la que iban empotrados los periodistas españoles.
Aunque se desconoce, de momento, la autoría de este acto violento, Burkina Faso sufre ataques yihadistas desde abril de 2015, cuando miembros de un grupo afiliado a Al Qaeda secuestraron a un guardia de seguridad rumano en una mina de manganeso en Tambao, en el norte del país, que aún sigue desaparecido.
La región más afectada por la inseguridad es la del Sahel, situada en el norte y que comparte frontera con Mali y Níger, aunque la inseguridad se ha ido expandiendo a provincias limítrofes, y desde el verano de 2018 afecta también al este del país.
Los actos terroristas se atribuyen con frecuencia al grupo local burkinés Ansarul Islam, a la coalición yihadista del Sahel Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (GSIM) y al Estado Islámico en el Gran Sáhara (EIGS), que atacan también en Mali y Níger.