Los Ángeles (EE.UU.), 10 dic (EFE).- Solo ha pasado medio año desde su último disco, «Posible», pero Enrique Bunbury publicará mañana un nuevo álbum, «Curso de levitación intensivo», que apunta a un cambio de ciclo y que está absolutamente influido por lo que ha sucedido en 2020.
«Decidí que el disco estuviera empapado de todo lo que estábamos viviendo», aseguró este jueves en una rueda de prensa virtual.
«Este es un disco que cierra este periodo desde ‘Palosanto’ (2013) hasta ahora, estos últimos discos más contemporáneos, y me lleva en una dirección que intento intuir pero que no sabría definir porque no estoy ahí todavía. Sé que estoy saliendo de esta etapa contemporánea y yendo hacia un nuevo lugar», auguró, en relación a una futura fase quizá más contemplativa y de «mirar hacia adentro».
Pero antes de probar suerte en esos nuevos territorios, Bunbury editará mañana un «Curso de levitación intensivo» marcado, como su hermano de 2020 «Posible», por la combinación de sintetizadores y aromas electrónicos con las apasionadas y habituales coordinadas roqueras del español.
«Es un disco que considero urgente, que necesitaba sacar, que pensaba que las canciones tenían que salir en 2020 porque hablan de una forma o resuenan de alguna manera con respecto a esto que nos ha ocurrido a todos», argumentó.
«Esta situación global en la que hay, digamos, muchos prismas que tocar, muchos aspectos que tocar, muchos debates que deberían estar abiertos, y que de alguna forma en los textos de este disco resuenan y tienen una conexión con este presente», añadió.
INSPIRACIÓN EN LAS REDES
Entre las diez canciones del álbum, con más tonos sombríos que luminosos, figuran títulos con carga social como «N.O.M.» (por Nuevo Orden Mundial), «El día de mañana», «Tenías razón en todo», «El precio que hay que pagar» o «Malditos charlatanes», esta última sobre las redes sociales.
«El origen de esta canción es este ser humano en el que nos hemos convertido en las redes sociales. Este ser humano que ahí se comporta como un conductor de automóvil que insulta de más, y que en realidad, luego se baja del automóvil y no es así, no tiene esa agresividad», detalló.
En este sentido, Bunbury criticó que en las redes la gente opine «sobre cualquier cosa con muy poco conocimiento y, sobre todo, con muy poca sensibilidad».
RELEVANCIA Y ATEMPORALIDAD
El exlíder de Héroes del Silencio también ahondó en la contradicción de publicar canciones muy ancladas en el presente y que al mismo tiempo aspiran a ser eternas.
«Todos los músicos intentamos que nuestros discos aguanten el paso del tiempo. Pero hagamos lo que hagamos, el tiempo va a ser muy cabrón con todos nosotros», opinó.
«Por mucho que queramos hacer canciones universales y que tengan lecturas pasadas las décadas, Elvis Presley, que es el gran intérprete de los años 50, el rey del rock and roll, es un artista que los muchachos de 15 años de las nuevas generaciones apenas escuchan. ¿Por qué? Porque no sienten esa conexión», ejemplificó.
ALERTA CULTURAL
Bunbury también subrayó su sorpresa por el hecho de que «no haya más discos y más artistas» hablando de estos «momentos confusos y complicados».
«Me extraña mucho el silencio cultural que ha habido en 2020. Tengo mucha esperanza en que 2021 no sea así y que la gente empiece a hablar», indicó.
Además, lanzó un mensaje de alerta por la situación del arte por la pandemia.
«Estamos en un momento muy crítico en el que nos tienen las alas bastante cortadas en cuanto al mundo del espectáculo y la cultura», dijo.
«Los conciertos se habían convertido en la forma de poder pagar las facturas de la luz y todo eso. El que nos hayan dejado sin trabajo complica un poco la situación, la verdad (…). La gente que gobierna y que piensa en el bien de la sociedad debería tener un poco de empatía respecto a muchos gremios, no solo la cultura y el espectáculo, que están sufriendo y que están en situación crítica», aseguró.
Por último, Bunbury explicó que ha intentado «no caer en tentaciones» por la pandemia y el confinamiento como hacer conciertos caseros y gratuitos sin una calidad mínima.
«Los músicos deben cobrar por su trabajo. Y ofrecer la música como las estamos ofreciendo por ‘streaming’, en plataformas como Spotify o Apple, ya es regalar la música. Luego, regalar los conciertos ya me parecía el colmo de los colmos», defendió.