Por: Julio César Pineda
En Buenos Aires, se desarrolla por primera vez en Sudamérica, entre el 30 noviembre al 01 de diciembre, la reunión del G-20, con más de 45 reuniones y en 11 ciudades diferentes, expresión de las grandes potencias. Allí estarán, además de jefes de Estado y jefes de Gobierno, los ministros de Economía y los gobernadores de los bancos centrales de los Estados del G-8 y los grandes países emergentes como Argentina, Brasil, México, China, Corea del Sur, India, Indonesia, Arabia Saudita, Australia, Turquía, Sudáfrica y la representación de la Unión Europea, así como organizaciones internacionales (ONU, FMI, OIT, OMC, OMS y regionales el Caricom, CAF, OCDE, BID, UA), además de la presencia de la sociedad civil de empresarios, sindicalistas y jóvenes. La crisis económica y financiera del 2008 fue el impulso para la extensión de lo que tradicionalmente se llamaron el Grupo de los 6 y el Grupo de los 8. Esta diplomacia de la elite mundial ha sido tradicional después de las dos guerras mundiales. Así fue la expresión de la Conferencia de Yalta en 1945 y lo que posteriormente con la creación de las Naciones Unidas (ONU) en 1945, se consagró como privilegio especial a las grandes potencias vencedoras con la categoría de miembros permanentes y con derecho a veto en el Consejo de Seguridad. El realismo de la diplomacia conduce a la imposibilidad de la igualdad absoluta de los Estados, especialmente, en los órganos de decisión de la ONU. Por ahora, está negada la pérdida del derecho especial de los cinco Estados que en 1945 deciden lo fundamental de la paz y la seguridad internacional. En muchas crisis y ante conflictos bélicos como el terrible caso vigente de Siria, con 7 años y más de 500.000 muertos, ha sido imposible una resolución de acuerdo para poner fin a la tragedia, porque como en otros aspectos de la geopolítica mundial, coinciden plenamente por una parte China y Rusia; y por la otra, Francia, Inglaterra y Estados Unidos. Es el caso presente, del conflicto entre Ucrania y Rusia en el Mar Negro, por el estrecho de Kerch (Crimea), las violaciones al Derecho Internacional y al Derecho Marítimo, que ha obligado a Kiev declarar “Estado de Guerra” durante 30 días en respuesta a la detención por parte de Rusia de 3 buques militares ucranianos con su tripulación en Crimea. Lo posible y viable, por ahora es incrementar el número de miembros permanentes del Consejo de Seguridad, con derecho a veto y con representantes de todos los continentes. Ya en América Latina, hay un consenso de que pudiera ser Brasil.
Minilateral
La llamada diplomacia “Minilateral” o de los Estados “más importantes”, puede verse también en algunas organizaciones como la Organización Mundial del Comercio (OMC) y en la más antigua de todas como la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Esto también es real en el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial. En la Organización de Estados Americanos (OEA), la igualdad absoluta ha sido permanente desde su creación en 1948. El “Minilateralismo” se inició con la creación del G-6 en 1975 con la República Federal Alemana, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido. Pasó a llamarse el G-7 con la anexión de Canadá. Posteriormente, en 1998 con el ingreso de Rusia, el G-7 pasó a denominarse G-8 y consagró las reuniones de jefe de Estado y de Gobierno en cumbres especiales, en esa época la Unión Europea solo tenía carácter de observador. En este minigrupo del G-8 fueron consideradas las estructuras fundamentales de la economía mundial y mayor desarrollo.
Las cumbres de estos grandes actores internacionales, facilitan posiciones comunes en todas las organizaciones internacionales, con la ventaja de la relación personal entre los dirigentes y la informalidad, pero siempre más orientado hacia lo económico que hacia lo político. Con las economías emergentes y nuevos actores internacionales se llegó al Grupo de los 20, donde América Latina está presente con Argentina, Brasil y México. En esta oportunidad en Buenos Aires, por los nuevos gobiernos de la región, será posible tener más coincidencias y presentar un frente común de la realidad y desafíos de nuestra región.
Esta cumbre en Argentina representa el 90% del PNB mundial, el 80% del comercio internacional y el 66% de la población mundial. Sin embargo, entre las falencias está la poca representación de África, que con más de mil millones de habitantes, solo está presente Sudáfrica, mientras que Europa tiene 5 representantes: Francia, Italia, Reino Unido y la Unión Europea. El G-20 a diferencia de otras instancias internacionales solo toma recomendaciones y no generan derecho como las instancias formales de la ONU. Entre las decisiones que se espera está la de la Agenda Ambiental por el Desafío Ecológico del Calentamiento Global y la necesaria exigencia de la No Proliferación Nuclear y el Control de las Armas de Destrucción Masiva.