Buena samaritana: Fundación Frigilux empeñada en llevar salud y sonrisas a niños venezolanos

La Fundación Frigilux mantiene activos todos sus programas de ayuda social, lo que representa un alivio para muchas familias venezolanas, sobre todo en este tiempo de la pandemia de COVID-19.

La Fundación Frigilux, cuyo brazo impulsor es el empresario venezolano Yaser Dagga, se ha dedicado sin descanso a ayudar con todo su empeño a los más necesitados y vulnerables, sobre todo a la población infantil. Incluso en este tiempo de la pandemia del COVID-19 que ha golpeado al mundo entero, sigue sus esfuerzos para mantener sus programas de tratamientos clínicos, asistenciales y alimenticios.

Tal y como lo describió el arzobispo emérito, monseñor Roberto Lückert León, sin duda esta obra es de «buen samaritano», pues, esta fundación que ha elevado su compromiso y función social, representa un alivio para muchas familias.

Preciso y acertado fue el padre al exponer en un artículo de opinión, publicado en diferentes medios de comunicación del país que, «son ángeles para muchas vidas, sobre todo las más vulnerables, las de niños inocentes. Dios los aplaude y nosotros, sus hijos, lo agradecemos».

La Fundación Frigilux, creada hace cuatro años para respaldar a los niños con menos recursos, hoy tiene una lista de grandes logros. Cuenta entre sus misiones cumplidas más sonadas, el caso de Rufo Chacón, el joven venezolano que perdió sus ojos y fue llevado a España para que el médico ocularista Miguel Salinas, le colocara un moderno dispositivo capaz de reconocer lo que hay a su alrededor, personas, colores y hasta la hora.

Otro éxito que se apuntan con orgullo es el trasplante de hígado a la pequeña Ahinoa, quien con apenas un año de edad tuvo que ir igualmente a España para someterse a la intervención que le salvó la vida. Su madre, Yamilet Soto, no solo agradeció a la fundación y a Yaser Dagga, sino que además los aplaudió por asumir la operación «como si fuera de ellos mismos”.

Las ayudas de Frigilux han superado fronteras, como con la niña guatemalteca Abby, de año y medio de edad, con Síndrome de Fraser, quien requirió la ayuda urgente a la fundación y así pudo ser llevada a Europa para el correspondiente tratamiento.

Instituciones infantiles venezolanas también se benefician de las labores de la fundación. Un ejemplo de los alcances en este sentido, lo representa la Asociación Venezolana de Padres de Niños con Cáncer en Caracas, que ha recibido importantes recursos en los tratamientos de quimioterapia así como apoyo y asistencia nutricional, para la atención de pacientes del servicio de oncología, lo que ha ayudado a disminuir sus tasas de mortalidad.

En su más reciente balance, la Fundación Frigilux suma más de 5.000 casos atendidos en sus diferentes áreas de la salud, entre las más relevantes se encuentran las consultas pediátricas, neuropediátricas y fisiátricas.

El presidente de Frigilux ha mencionado que anualmente se atiende «a quien lo necesita. Nuestra mayor recompensa es poder ver hoy a Rufo, Ahinoa, Abby y tantos niños, que hemos podido acompañar, saliendo adelante, con ganas, con caras sonrientes. Eso nos da el impulso para continuar a pesar de cualquier adversidad».

El equipo de la fundación ha reiterado su fidelidad a las responsabilidades sociales asumidas, contando con el apoyo de un importante grupo de colaboradores e instituciones en el exterior, entre ellos, Ana Teresa López Chaparro, en Panamá; los doctores Miguel Salinas y Francisco Soldado, en España, la Fundación Alex, la clínica Las 3 Torres y el Hospital Vall D’ Hebron, en el mismo país; el señor Yong Wu, en China; así como las instituciones Asocáncer y Banco del Medicamento, en Colombia.

En medio de la crisis actual por el coronavirus, esta organización sigue en marcha con sus actividades tradicionales, a la par de haber activado todos los protocolos sanitarios de ley, establecidos por el gobierno nacional y la Organización Mundial de la Salud, para así dar cumplimiento a las jornadas laborales con su personal

 

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