Tras la inauguración por Nicolás Maduro de un nuevo mandato presidencial que la mayoría de la oposición y de la comunidad internacional consideran ilegítimo, el coordinador nacional de Primero Justicia y expresidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Julio Borges, aboga por ejercer «la mayor presión interna y externa» para acabar con el régimen. «Lo importante es apoyar y fortalecer la decisión del parlamento y su presidente y que este espaldarazo mundial sea aprovechado para terminar de una vez por todas con esta dictadura», afirmó Borges a ABC desde Colombia, donde lleva diez meses exiliado y permanece «con las maletas preparadas» para regresar.
A su juicio, el debate de fondo para lograr un «desenlace democrático» de la situación en el país no es si el presidente de la Asamblea, Juan Guaidó, debe asumir o no la Presidencia de la República, como sugiere una parte de la oposición venezolana. El camino que hay que transitar es, para Borges, que la presión genere la «fractura de la cúpula militar que tiene secuestrada a la Fuerza Armada».
Junto a ello, considera que se tome en cuenta el otro factor en el que se apoya Maduro: Cuba. «Fracturar la cúpula militar y la sbuordinación a Cuba, esa es la yugular del debate hoy», recalca Julio Borges. «Si no -opina-, estamos dándonos golpes contra la pared». En este sentido, aconseja no dejarse «atrapar en laberintos», en alusión al debate sobre la asunción o no de la presidencia por Guaidó.
Chavistas disidentes
En cuanto a la participación de chavistas disidentes en el proceso que conduzca a la democracia en Venezuela, el expresidente del parlamento es partidario de «todo lo que podamos hacer» por «aíslar a Maduro lo más posible, dejarlo con un mundo microscópico» y «ayudar a que el sistema implosione». «En la medida que saquemos ladrillos del edificio, más rápido cae», señaló.