Booktokers: pasión por los libros y recomendaciones sin filtro en TikTok

60 segundos son suficientes para que Miranda Cadena, Kelly Vieira y Ailed Pereira compartan de manera sincera y cómplice los libros que disfrutan en la red social china. Los escritores Fedosy Santaella, Eduardo Sánchez Rugeles y Felipe Ezeiza reflexionan sobre una tendencia que cada vez gana más adeptos y en la que la juventud ha encontrado un espacio para compartir gustos y pasiones. Mariana Marczuk, directora general de Editorial Planeta Región Andina, considera que el fenómeno ha revolucionado la industria editorial

Foto Karem González @karemwithanem

Por. Alba Freitas / El Nacional 

Una nueva generación de lectores ha llegado a la red social china TikTok gracias a los booktokers. Bajo el hashtag #Booktok, que ya suma más de 32 millones de publicaciones, los miembros de la generación Z hacen recomendaciones, reseñas, comparten citas textuales con la canción en tendencia y muestran videos humorísticos sobre su experiencia como lectores. Se han convertido en una suerte de críticos literarios en una plataforma que le habla a los jóvenes.

La caraqueña Miranda Cadena, de 16 años de edad, comenzó a crear contenido en las redes sociales hace 3 años. Con el aislamiento social y el cierre de lugares recreativos, retomó la lectura, una de sus grandes obsesiones. Ávida lectora desde pequeña gracias a la biblioteca de sus padres, en 2021 se percató de que mucha gente, sobre todo en México, publicaba contenido sobre libros. Quiso hacerlo.

Comenzó con 300 seguidores a los que les hablaba de libros de fantasía, uno de los géneros más populares en la red social. Después, pasó a los clásicos, en especial aquellos relacionados con la comunidad LGTIBQ+. Cuando leyó Maurice de Edward Morgan Foster su vida cambió: el video que compartió tuvo más de 300 mil vistas. Actualmente, Cadena cuenta con 76 mil seguidores en su perfil @cadena_miranda. Y cada vez suma más seguidores no sólo por sus recomendaciones, también por su vestimenta. «Aunque para mí sigo siendo una random del internet que publica videos diciendo: ‘hola, chicos, me leí este libro».

 

Miranda Cadena | Foto Karem González @karemwithanem (con el Samsung Galaxy S24 Ultra)

La publicista Kelly Vieira, de 28 años, comenzó a generar contenido sobre libros durante la pandemia, una época en la que leyó con más constancia. Lectora desde los 6 años de edad, Vieira se inició con novelas policíacas, después Harry Potter y luego tuvo su época Agatha Christie, una de sus escritoras favoritas. «Con la pandemia comencé a leer romance. Los primeros videos que hice gustaron porque fueron sobre libros de mafias que no son tan populares». Su perfil @Kellycomelibros suma 45 mil seguidores a los que les habla como si fuera ella la protagonista del libro.

 

Kelly Vieira | Foto Karem González @karemwithanem (con el Samsung Galaxy S24 Ultra)

En una red social en la que predomina el contenido de baile, tutoriales sobre maquillaje, cómo vestirse o recetas, la comunicadora social Ailed Pereira, de 27 años, tenía claro que no quería bailar ni cocinar ni recomendar restaurantes. Vio que otros jóvenes lectores, sobre todo en Argentina o España, reseñaban libros y ella, ávida lectora, se propuso seguir sus pasos. Decidió generar contenido en su perfil @ailedph poco después de la pandemia, en 2021, como una forma de retomar la lectura. Comenzó con Los siete maridos de Evelyn Hugo de Taylor Jenkins Reid  y Un cuento perfecto de Elisabet Benavent, pero no fue sino hasta que hizo un video sobre Boulevard de Flor Salvador que su contenido se hizo viral.

«Se viralizó porque no lo recomendé para el público al que está dirigido. Dije que si eres papá o mamá, no lo compres porque ese no es un libro para adolescentes. Otro video que se viralizó fue uno diciendo que Daisy nunca amó a Gatsby de El gran Gatsby. Fue muy viral decir eso», relata la joven que ya suma más de 9 mil seguidores en la red social en la que también recomienda librerías y ferias de libros.

 

Ailed Pereira | Foto Karem González @karemwithanem (con el Samsung Galaxy S24 Ultra)

¿Existe en Venezuela una comunidad lectora que conecte con el contenido que proponen las booktokers? Vieira, Pereira y Cadena consideran que sí aunque las estadísticas son menores comparadas con otros países. De los 75 mil seguidores de Cadena, solo 3% son de Venezuela. Vieira, por su parte, cuenta con 18% de seguidores venezolanos: «Son muchísimos, uno pensaría que no hay tantos lectores.  Pero ha crecido la comunidad booktoker. Cuando comencé era imposible colaborar con una editorial desde Venezuela. Ahora sí».  De las tres, solo Pereira tiene gran porcentaje de seguidores locales porque se ha enfocado, sobre todo, en reseñas de lugares, ferias, y librerías del país. «Tengo muchos seguidores que me preguntan dónde puede conseguir los libros en Caracas».

Mientras las redes sociales avanzan y se transforman, la recomendación y reseñas de libros crece en las plataformas. Mariana Marczuk, directora general de Editorial Planeta Región Andina, destaca que el fenómeno booktoker comenzó en 2011 en YouTube con los booktubers. Luego, la práctica migró a Instagram con los bookgrams entre 2015 y 2018. Era natural que el fenómeno llegara a TikTok, la red social que más ha crecido desde la pandemia. «El lenguaje audiovisual de TikTok permite, además, el turismo librero. Eso es algo que se convierte en una referencia. Se ha popularizado tanto que ya son parte de las estrategias de marketing de las editoriales».

 

Foto Karem González @karemwithanem (con el Samsung Galaxy S24 Ultra)

El secreto de los booktokers

Para hablar de libros en TikTok solo hace falta sentir pasión por la lectura. En la app, las tres booktokers caraqueñas se esfuerzan por generar contenido en el que predomina la sinceridad. Lo importante es dar su opinión sobre aquello que leen. Vieira y Pereira reseñan cada libro que terminan, les haya gustado o no. Entienden que hay para todos los gustos. Cadena, por su parte, se enfoca más en hablar de los libros que le agradan, ejemplares raros que casi nadie conoce y clásicos. Coinciden en que su contenido gira en torno a los géneros que disfrutan leer. Y afirman que el formato de los 60 segundos de TikTok es adecuado para ser booktoker: el público de las redes sociales no suele consumir contenido demasiado extenso.

«La sociedad está acostumbrada a que le des la información demasiado rápido. Mientras más largo el mensaje, menos atención te prestan, lamentablemente. A veces haces un video de 10 segundos diciendo que te gustó un libro y eso es lo que se hace viral. Para el tipo de sociedad en la que vivimos este formato corto es adecuado. Tampoco lo ven tedioso; muchas personas relacionan leer con una clase de una hora y media», comenta Pereira.

 

Foto Karem González @karemwithanem (con el Samsung Galaxy S24 Ultra)

La egresada de Comunicación Social de la Universidad Católica de Santa Rosa hace videos humorísticos, pero básicamente recomienda sitios en Caracas que invitan a la lectura. Le atraen los clásicos, porque cree que así evita que mueran. Libros de fantasía, romance no faltan en su perfil. Argumenta su el libro es bueno o no y se dirige a los padres para orientarlos en cómo lograr que sus hijos lean más.

Vieira, egresada como publicista del Instituto Universitario de Tecnología Industrial Rodolfo Loero Arismendi (Iutirla), considera que TikTok es un medio más inmediato para promover la lectura. Sin embargo, el formato pueda variar dependiendo del algoritmo. «Depende mucho del tipo de libro y de cómo esté el algoritmo y qué videos son prioridad. Los 60 segundos siempre son clave porque te obligan a hablar rápido e ir al punto», señala. A su comunidad, detalla, le gusta la manera en la que hace sus reseñas. «Doy el contexto del libro, hablo de cómo es la historia que te vas a encontrar y me guardo mi opinión para el final. Si a alguien le gusta la trama, mi opinión no condiciona ni predispone a la persona a leer el libro».

 

Vieira asegura que todo depende del algortimo | Foto Karem González @karemwithanem (con el Samsung Galaxy S24 Ultra)

Cadena, como fanática de esos libros que pocos leen, quiere invitar a su comunidad a interesarse más por ellos. «Cuando comencé a leerlos me pregunté  por qué nadie hablaba de eso. Y me di cuenta de que a la gente de mi edad sí les interesaba. Busqué libros aún más raros, poesía, sobre todo. Me encantan los poetas malditos porque yo también escribo poesía de ese estilo», comenta la joven que termina bachillerato en la Academia Cotopaxi de Ecuador de forma online.

Para ella, a diferencia de Vieira y Pereira, el formato de 60 segundos no siempre la limita: si un tema la apasiona puede hablar 10 minutos sobre él. «A veces suelo hacer videos muy largos, sobre todo cuando hablo de historia. Comienzo con algo interesante que a la gente le guste y quiera quedarse. También puedo publicar un video de 10 segundos. Recomiendo lo que me gusta: novelas psicológicas introspectivas. O poesía surrealista y simbolista como la de Baudelaire o Rimbaud».

A cada una, especializadas en géneros y contenidos específicos, les tomó años consolidar una comunidad en TikTok. Las tres son un ejemplo de lo que Mariana  Marczuk señala sobre los booktokers: cuando un joven genera contenido sobre ciertos géneros literarios, se convierte en un experto del tema. «Son grandes presentadores porque ya conocen al autor o el libro. Pueden tener referencias que dan una conversación enriquecedora a todos los lectores».

Para la industria editorial, señala, lo más importante es lograr la conexión entre los libros, los lectores y los autores. Los booktokers, considera, son piezas clave en el proceso. «Son personas que se preparan mucho, están muy al día de las tendencias y se convierten en expertos. También miran la lectura desde otro lugar, no desde un pedestal. Tienen una manera mucho más horizontal de vivir el fenómeno de la lectura».

Cadena afirma que a los de su edad sí les interesan los clásicos | Foto Karem González @karemwithanem

Hobby excesivamente caro

¿Son accesibles los libros para los booktokers en el país, con una industria editorial tan mermada?

Con precios entre los 30 y los 50 dólares, los títulos más populares entre los jóvenes son casi imposibles de adquirir en el país. «Es aquí cuando la conversación se pone incómoda», admite Ailed Pereira. Tanto ella como Cadena y Vieira reconocen lo difícil que es encontrar libros a un precio accesible: hay pocos sitios que tengan y si los tienen son costosos. Menciona a la librería Tecni-Ciencia, tiene una buena oferta de títulos populares y actuales, pero con precios no aptos para todos los bolsillos.

«Allí los libros son carísimos. En Ecuador también son costosos, pero resultan más accesibles que aquí. Yo cuento con el privilegio de que me los compran mis padres. Como leo literatura clásica puedo ir a comprar libros de 1 o 2 dólares en lugares como Libroria», confiesa Cadena. La joven admite que ha descargado los libros en PDF cuando quiere leer algún título actual que no está disponible en el país.

 

 

Pereira está consciente de que es ilegal leer en PDF porque perjudica al autor, que no recibe ganancias por su trabajo. «Yo tengo la filosofía de que primero lo leo en PDF y si me gustó mucho, lo compro en físico. En Venezuela y en varias partes del mundo es costoso leer. Si quieres tener toda la saga de fantasía de Sarah J. Maas tienes que comprar 16 libros en un promedio de 30 dólares cada uno». Comenta que hay opciones económicas, aunque pocas, como Libroria, el Museo del Libro, las ferias del libro y librerías como Libronnomia o Libromanía.

El tema de las traducciones también es importante. «Aquí traen los libros que solo son famosos», comenta Pereira.

Pone como ejemplo la edición en español de Alas de Sangre, bastante popular en TikTok. Editado por Planeta, el libro puede costar más de 30 dólares en las librerías. El precio elevado se debe, en gran parte, a que los ejemplares llegan por medio de un librero al país. Marczuk, desde la editorial, comenta que todavía están esperando a que se den las condiciones para volver a operar en Venezuela sin necesidad de intermediarios.

«Detuvimos la operación de Planeta en Venezuela en 2019 porque no estaban dadas las condiciones. Nunca cerraremos la posibilidad de volver. No lo digo solo como venezolana, lo digo como equipo directivo de Planeta. Venezuela siempre ha sido un mercado y un país muy importante para nosotros. Volveremos cuando se pueda», afirma.

Las booktokers, que leen en su mayoría en formato digital en Kindle, visitan librerías de segunda mano para conseguir libros económicos. También tienen estrategias para dar con los ejemplares: los solicitan por medio de la librería online Bookflea que los trae al país bajo pedido o buscan en la tienda de Amazon historias publicadas gratis.

 

 

«En Amazon uno puede colocar del precio más bajo al más alto en el género que buscas y hay muchas autoras que ponen sus libros en 0 dólares. Así yo he armado una biblioteca gigante y muchos de mis libros favoritos vienen de ahí, gratis», cuenta Vieira. La publicista asegura que también ha recurrido a opción de hacer un video publicitario a cambio de los PDF. «El asunto de los PDF es algo que no se puede ignorar porque leer es un hobby excesivamente caro. Si quieres leer, la gente siempre busca la manera. Al final, hacer un video hablando del libro termina siendo publicidad para el autor», comenta.

Fenómeno generacional y editorial

En Estados Unidos, España, México, Argentina, Perú y Colombia hay gran cantidad de booktokers generando contenido, no así en Venezuela. Si se busca el hashtag solo aparecerán tres resultados principales: Miranda Cadena, Kelly Vieira y Ailed Pereira. Porque en este fenómeno, que comienza a crecer en el país, las mujeres son protagonistas que impulsan grandes fenómenos de ventas.

El escritor y también profesor Fedosy Santaella, de 54 años de edad, conoce poco del fenómeno booktoker. “No pude ir a la feria de libro en Guadalajara, pero la editorial Santillana puso a tres booktokers a presentar mi libro Leonora del viento. Siento que le dieron un toque de frescura, estuvo muy bien. Creo que los booktokers están más cerca de audiencias que tienen su edad, son generacionales. Ellos pueden acercar a los jóvenes a la lectura”.

Eduardo Sánchez Rugeles, de 46 años de edad, se define a sí mismo como un anacrónico y también conoce poco de la tendencia. Pero al autor de Blue Label/Etiqueta azul Jezabel le parece extraordinaria cualquier iniciativa que tenga la gente joven, más aún usando la tecnología, para fomentar la literatura. “Lo veo con admiración y morbo, me da muchísima curiosidad a pesar de que me he mantenido en la orilla”.

 

Ailed Pereira ya tiene más de 9 mil seguidores | Foto Captura de pantalla

 

A Felipe Ezeiza, poeta de 24 años de edad y ganador del Premio Joven Rafael Cadenas 2023, le resulta interesante cómo a través de la inmediatez de TikTok se promueve una experiencia menos inmediata: la lectura. “Leer es sumamente íntimo, requiere tiempo y compromiso. Los booktokers hacen una invitación a eso desde los espacios de las redes sociales que justamente te quitan intimidad, tiempo y compromiso. Creo que es muy valioso que invite a las nuevas generaciones a las dinámicas de la lectura porque si tú no vienes de un hogar lector es muy difícil que lo seas”.

Mariana  Marczuk no cree que el de los booktokers sea únicamente un fenómeno juvenil. Lo define, más bien, como una tendencia entre distintas edades. “Sí es notorio que está muy metido en el mundo juvenil, pero de todo tipo de público”.

 

Ser booktoker en Venezuela es un hobby caro | Foto Karem González @karemwithanem

 

Incluidos por completo en el ecosistema de los medios de comunicación y estrategias de promoción de las editoriales, Marczuk señala que gracias a los booktokers se han descubierto grandes autores. Por ejemplo, Colleen Hoover y su libro Romper el círculo. La autora estadounidense autopublicó durante muchísimos años novela romántica hasta que sus libros llegaron a TikTok. “Planeta es su editorial en español, nos montamos en ese fenómeno y respondimos gracias al efecto de TikTok. Otro ejemplo es el de Rebecca Yarros con Alas de sangre. Somos sus editores en español, la contratamos y ha sido un fenómeno en toda Latinoamérica. También son libros que han sido muy incubados desde TikTok”.

Desde hace años las editoriales incluyeron en sus listas de promoción a booktokers. “Las críticas, en nuestra opinión como editorial, siempre serán bienvenidas para bien y para mal. No necesariamente una mala crítica va a matar un libro, eso es lo que creemos”, dice Marczuk.

 

El musero del libro y Libroria son algunos de los lugares más accesibles para conseguir libros | Foto Karem González @karemwithanem

Promover la lectura en 60 segundos

Los booktokers se han consolidado como una herramienta de mercadeo y promoción de la lectura; en eso coinciden Marczuk con los escritores Felipe Ezeiza, Eduardo Sánchez Rugeles y Fedody Santaella. Sin embargo, sus opiniones tienen ciertos matices. Para Santaella, Tiktok es una herramienta interesante en tanto se use con responsabilidad y conocimiento. El autor considera que el contenido de un booktoker será valioso siempre que la persona tenga una formación y un gusto bien formado por la lectura.

“El booktoker debe entender la complejidad de lo que está leyendo. He visto que hay muchos booktokers jóvenes que promocionan libros de literatura juvenil, lo hacen con cierta gracia, son videos muy rápidos. En ocasiones siento que no da tiempo a alcanzar la profundidad”, comenta. El escritor insiste en que es indispensable para el booktoker generar contenido con conocimiento, por amor a la lectura y que no solo busque fama y reconocimiento.  Para él, hay distintos niveles de entender la lectura y un booktoker será bueno o malo en la medida en que entienda que un libro debe llevar a un proceso de reflexión, ético y filosófico.

Las bookokters, por su parte, discrepan un poco con Santaella: aseguran que cualquiera que lea un libro tiene derecho a dar su opinión al respecto. “Es como muy elitista decir que para dar una opinión debes tener una buena formación. En lo personal me puedo obsesionar días con un tema, investigar en archivos y nadie me va a preguntar cuántos años de carrera universitaria tengo para hablar de eso”, opina Cadena.

 

| Foto Karem González @karemwithanem

Sánchez Rugeles, un booktoker le llama la atención cuando habla con propiedad del libro y se expresa con buen vocabulario. “Es paradójico porque hay algunas formas de hablar en ciertos sectores de la juventud que tienen otra manera de expresarse. Si hablan con un lenguaje académico puede que más bien rechace a sus lectores, a su comunidad”, destaca. A su juicio, estos videos funcionan igual que un tráiler, son como una cápsula de lo que se va a leer. “Creo que en 60 segundos se pueden sugerir elementos de lo que es la novela. Te pueden cautivar, por supuesto. Sobre todo con géneros como el thriller o el fantástico”. Precisamente, la fantasía y el romance son los dos géneros más leídos, vendidos y populares actualmente, destaca Marczuk.

Para Ezeiza, TikTok es el medio más idóneo para promocionar la lectura entre los jóvenes. Las redes sociales, comenta, tienen un alcance masivo y puede generar un impacto mayor. “Los contenidos de reflexión allí no son los mejores o la mirada crítica no es la más precisa porque hay mucha gente que miente, pero realmente es el espacio donde tenemos la ventana más grande para acceder a esa población que está viendo la app. Si allí, entre tantas cosas que aparecen, hay un contenido que los invite a leer, es bastante”, opina.

El fenómeno está cambiando la relación de los lectores con los libros. Los booktokers, señala Marczuk, han logrado establecer una mirada más horizontal con la lectura. “Durante muchos años luchábamos mucho porque se entendiera que la lectura tiene distintas formas. Hay distintos tipos de libros para distintos lectores y hay mucha gente a la que le daba miedo acercarse a la lectura porque pensaba que era algo inalcanzable. Creo que TikTok, que es lo que está de moda, así como las redes sociales en general, le han permitido un espacio más horizontal al fenómeno lector”.

Gracias a estos videos de 60 segundos o más, realizados por jóvenes como Cadena, Pereira o Vieira, la lectura se ha convertido, dice Marczuk, en un espejo y una ventana. Se ha naturalizado, modernizado, popularizado y también monetizado el buscar en los libros un refugio y una puerta para vivir grandes experiencias.

 

 

 

 

 

 

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