Brasilia, 31 ene (EFE).- El Parlamento brasileño elegirá a los nuevos presidentes de las cámaras legislativas este lunes, en un proceso interno que será determinante para los menos de dos años que le quedan en el poder al mandatario Jair Bolsonaro.
Los 513 diputados y los 81 senadores elegirán a los nuevos presidentes de ambas cámaras, que serán responsables de la agenda legislativa hasta febrero de 2023, por lo que estarán al frente del Parlamento en octubre de 2022, cuando Brasil elegirá a un nuevo gobernante y Bolsonaro aspirará a renovar su mandato.
En este proceso parlamentario estará en juego el futuro de muchas iniciativas para el combate a la pandemia de covid-19, que ya deja más de 220.000 muertos en el país y cuya gravedad es minimizada por Bolsonaro, o la retomada de reformas económicas urgentes para un país en una aguda crisis económica y social.
LA POLÉMICA AGENDA POLÍTICA DE BOLSONARO
En las cámaras tramitan además otros proyectos muy polémicos y que Bolsonaro aspira a ver aprobados este mismo año.
Uno propone acabar con el voto electrónico, que según Bolsonaro sostiene sin pruebas «propicia los fraudes», y volver al sufragio con cédulas de papel que Brasil dejó atrás hace ya más de veinte años, justamente por su falta de transparencia.
Bolsonaro ha advertido que, si para las elecciones de 2022 no se instaura nuevamente el voto en papel, Brasil puede vivir una situación similar a la registrada en las elecciones celebradas en Estados Unidos, cuyo resultado no fue aceptado por el expresidente Donald Trump, a quien el líder brasileño tiene como faro ideológico.
Otro proyecto plantea una reestructuración de la Policía Militar, vinculada a las Fuerzas Armadas, que depende de los gobernadores de cada estado y a la que Bolsonaro quiere dotar de autonomía, regulada por el Poder Ejecutivo.
El líder de la ultraderecha ha relacionado ese proyecto a sus planes de seguridad, que incluyen la liberación de la venta de armas a civiles para promover la «autodefensa» contra la delincuencia.
La oposición, minoritaria en las cámaras, sostiene que por detrás está el deseo de Bolsonaro, un capitán de la reserva del Ejército nostálgico de las dictaduras y que se declara armamentista, de crear una suerte de «milicia» que le responda directa y políticamente.
TODOS CANDIDATOS DE UN MISMO CENTRO
Aunque son varios los candidatos a la Presidencia de la Cámara de Diputados, el cargo se jugará entre dos de ellos, ambos de la misma corriente conocida como «centrón», que agrupa a partidos de centro y de todo el espectro de derecha.
Bolsonaro apuesta fuerte en Arthur Lira, un diputado del partido Progresista (PP) que promueve un mayor acercamiento a las posiciones de extrema derecha del mandatario, pero reclama mayores espacios y poder en el Gobierno para las fuerzas que representa.
Fuentes políticas confirmaron a Efe que una de las exigencias de Lira a Bolsonaro sería un cambio en el Ministerio de Salud, a cargo hoy del general Eduardo Pazuello, cuya errática gestión de la pandemia es objeto hasta de una investigación judicial.
De hecho, para abrir espacios, el mandatario ya ha dicho que es posible «recrear» ministerios que el mismo cerró cuando promovía la idea de un Estado mínimo, a fin de darle espacio al «centrón».
A cambio, Lira daría curso a la agenda del Gobierno y, además, blindaría a Bolsonaro de un posible juicio político con miras a su destitución, pues sería suya la decisión final sobre unas casi 70 iniciativas en ese sentido que reposan en la Cámara de Diputados.
El otro candidato con posibilidades de hacerse con la jefatura de la Cámara es Luiz Baleia Rossi, del Movimiento Democrático Brasileño (MDB) y apoyado también por partidos del «centrón», la derecha y hasta la minoritaria izquierda.
Baleia Rossi ha sido promovido por el actual presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, quien encabeza grupos de centro opuestos al Gobierno y que pudieran ejercer más presión en favor de un juicio contra Bolsonaro.
Todos los pronósticos apuntan a una elección apretada, aunque la mayoría le dan una cierta ventaja a Lira, lo cual se desprende de que, con su elección, el «centrón» tendría más poder en el Gobierno.
En el Senado, la cosa parece más clara y el candidato favorito es Rodrigo Pacheco, del partido Demócratas (DEM), que también integra el llamado «centrón» pero que ha sido capaz de recabar apoyos tanto en el bolsonarismo como en el campo progresista.
Eduardo Davis