En el Jardín de Venezuela no se “encendieron las luces” por ser diciembre, así como lo recomendó el presidente Nicolás Maduro, a consecuencia según lo consultado, de la crisis económica y la delincuencia.
La tradicional estrella permanece apagada, desolada, con la estructura pero sin iluminación. La plaza Bolívar igual, ya es 4 de diciembre y ni las lámparas alumbran en su totalidad. No parece navidad.
Lo mismo se aprecia en la mayoría de los hogares, que por el poco poder adquisitivo de las familias boconesas, tampoco fueron adornados. La prioridad es tener comida, no el banquete navideño (las hallacas), sino algo de proteína animal y carbohidratos.
Por esta razón, sólo dos comerciantes se atrevieron a invertir en artículos navideños, pero los precios son “costosísimos”. Las luces de arrocito oscilan entre 85 y 100 mil, las LED entre 120 y 150 mil, igual que las de lluvia. La malla en 120 mil, las bambalinas de 35 a 110 mil, las guirnaldas en 85 mil, el papel para pesebres en 4.500 y las flores en 15 mil.
Los nacimientos superan el sueldo mínimo básico (Bs. 177.507), sin contar las casitas, ovejas y demás adornos típicos de un pesebre. Algunas personas consultadas si en efecto decoraron o no sus casas y si van a hacer pesebres, respondieron que sí pero con lo desempolvado de años anteriores y todo por la ilusión de los más pequeños, a quienes quizá tampoco les llegue el Niño Jesús.
Lo que abunda es basura
Lo que sí abunda en las 12 parroquias del municipio son los cúmulos de basura, la propaganda política y la gente durmiendo en las aceras con la esperanza de sacar el carnet de la patria y recibir un bono navideño.
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