De las virtudes destacan el clima, sus atractivos naturales, culturales y religiosos. Su gente servicial y emprendedora. De los anhelos, recalcan la necesidad de que se mejoren los servicios públicos y la distribución de alimentos, además se recuperen sitios emblemáticos y turísticos de referencia nacional e internacional
“Boconó es un pueblo con muchos amantes”, así lo demuestra la profesora y cronista Lourdes Dubuc de Isea en su libro Proclamación de la Heredad. Boconó: Estancias y Vivencias. Por un lado, los visitantes se recrean y expresan admiración; por otro, sus hijos forjan la ciudad de innumerables virtudes, pero también están los exiliados involuntarios que acunan el recuerdo y miran el pequeño pueblo, habitado por gente con tantos anhelos.
Son 456 años, de arraigos familiares, culturales y religiosos. De cosas descuidadas, pero también de otras con referencias positivas nacional e internacional. Sus atractivos turísticos como la Laguna de Aguas Negras, Laguna de los Cedros, Páramo de Guirigay, Teta de Niquitao, los miradores, las cataratas, ríos y quebradas y los más recientes complejos turísticos privados forman parte de lo bueno.
Para sus habitantes, “Boconó es el centro moderador y modulador de sus reacciones. Boconó en sus calles empinadas, en los contornos suaves de sus lomas, en las palabras móviles del río, de la hierba, del aire fresco de la mañana en el atardecer dorado que se prolonga en el sol de los venados por los lados de Guaramacal”.
“Es vida, lucha, presente y devenir. Es la exposición recurrente de desigualdades socioeconómicas, la certeza del campesino que emigra hastiado por una salud precaria, caminos intransitables y ausencia de estímulos a su producción”. No obstante, una rica y llamativa historia forja el pueblo. Su definitivo asentamiento, comienza por medio de un “acto de rebeldía”, cuando Juan de Segovia y otros vecinos se negaron a acatar la orden de trasladar nuevamente la ciudad de Trujillo de Salamanca que desde 1560, estaba ubicada en el Valle de Boconó.
Reseña histórica
En sus inicios nace como núcleo urbano, oficialmente reconocido en 1621 con el nombre de San Alejo de Boconó, nominación que conservó hasta el año de 1811, cuando se le otorgó el calificativo de Villa de San Alejo de Boconó, en la proclama de adhesión a la Independencia de Venezuela que suscribiera, el 15 de diciembre de 1811, Miguel Uzcátegui, quien se convertiría en Alcalde Ordinario de la Villa y daría pie a la instalación del primer cabildo republicano.
En junio de 1813, se presenta, en el marco de la Campaña Admirable el Ejército Libertador comandado por Simón Bolívar, quien según la tradición oral, daría el epíteto de Jardín de Venezuela a esta comarca. Unos días más tarde, el 2 de julio de 1813, se llevaría a cabo la Batalla de Niquitao, uno de los episodios bélicos determinantes en la consagración de la independencia.
El año de 1841 Boconó adquiere categoría de cantón y en 1864, de departamento. En 1884 se le reconoce como Distrito Boconó, figura político-administrativa que conserva hasta 1990, cuando obtiene la connotación de municipio Boconó, tal como se identifica en la actualidad.
Su economía pasa de agrícola a comercial. Los nuevos emprendimientos convierten poco a poco el pueblo sigiloso en una ciudad cara y ruidosa, que empieza a recibir a sus hijos exiliados, que cambian sus casas coloniales en complejos habitacionales modernos… porque los anhelos no se limitan a la simple cotidianidad (comida, servicios públicos…) sino que se expanden a un desarrollo industrial.
Es llamativo porque su valle está ubicado en la subregión Boconó, integrante a su vez, de la subregión Motatán-Cenizo de la Región de Los Andes. Tiene una extensión territorial de 1463 km2 y relieves montañosos. Tiene 12 parroquias, de las cuales Burbusay, San José de Tostós y San Miguel fueron las primeras congregadas.
Manifestación cultural
De estas últimas dos, San José de Tostós y San Miguel, se dará en la plaza Bolívar del municipio una muestra cultural y religiosa este 30 de mayo, cumpleaños de Boconó. Por una parte, los Indios Cospes de Tostós o Indios de la Virgen de Coromoto que desde 1957 bajo influencias del presbítero Hilarión Moreno Méndez, rendirán homenaje a la excelsa patrona de Venezuela. Manifestación religiosa que realizan jóvenes que representan indígenas vestidos con junco, cocuiza, semillas y alpargatas.
Por otro lado, la Romería de los Pastores del Niño Dios de San Miguel, entonarán como de costumbre, versos y rosarios. Disfrazados con trajes multicolores y tocados de paja, cintas y máscaras de animales, tocarán tambores, pitos, cuatros, maracas y charrascas, mientras que los invitados especiales, los Diablos Danzantes de Yare, estado Miranda, expresarán recorridos en espacios con significación simbólica, bailes, secuencia de pasos en forma de cruz, y en algunos casos mostrarán improvisaciones. Ejecutarán instrumentos de cuerdas o percusión y maracas.
Así pues esta fusión cultural y religiosa hará muestra de las tradiciones, que junto a edificaciones antiguas, llamativos pueblos y variada gastronomía, hacen de Boconó Jardín de Venezuela, la tierra de virtudes y anhelos.
Programación
Hoy 30 de mayo a las 8:00 a.m. la misa de acción de gracias se efectuará en el Santuario Diocesano San Alejo presidida por Monseñor Oswaldo Azuaje, seguidamente en la plaza Bolívar la manifestación cultural y religiosa, la parada cívico militar y la Sesión Especial del Concejo Municipal y la Alcaldía con el discurso del orador de orden, mayor Tauriko Márquez, presidente de Ducolsa Pdvsa. La semana aniversario concluirá este viernes 31 con el Festival de Danza “Estilo Libre”, copa Ciudad Boconó a realizarse en el Ateneo a las 2:00 p.m.
Ellos piden
Carmen Elena Ruíz: “le pido a Dios que ayude a Boconó para que los entes gubernamentales se hagan cargo de los servicios públicos como la recolección de desechos sólidos, distribución del gas y supervisión de los establecimientos comerciales por los altos costos de los alimentos”.
Carmen Durán Quevedo: “como ciudadana en estos tiempos tan difíciles, sugiero al Alcalde que arregle las vías de la población para que a los visitantes les agrade venir. Pido sea tomada en cuenta la Casa de la Misericordia ya que los abuelos que están ahí necesitan alimentos, medicinas y ropa”.
Humberto Hernández: “En estos 456 años de Boconó espero que la Dirección de Cultura y demás autoridades de la Alcaldía, hagan mejoras de ornato y limpieza a la plaza ya que está muy deteriorada y se mejoren todos los servicios públicos no solo en la fiesta de Boconó sino los 365 días del año”.
Jesús Castro: “es importante recordar en esta fecha histórica que a pesar de los años, seguimos siendo un pueblo tranquilo, pero el gobierno no se hace cargo de los verdaderos problemas que afectan a los habitantes. Sólo buscan su propio beneficio. Tenemos muchos recursos pero no se aprovechan”.