Madrid, 6 jun (EFE).- Fue la petición del delantero francés y el Real Madrid le concedió a Karim Benzema su deseo. Una despedida íntima y breve, alejada del brillo de una leyenda eterna para el madridismo. El futbolista con más títulos de la historia del club blanco, su segundo máximo artillero, dijo adiós sin querer homenajes ni focos excesivos sobre su figura. Fiel a su estilo introvertido hasta el último segundo de catorce años.
La emotividad estuvo reservada para el discurso de Florentino Pérez. El presidente que se enamoró del fútbol de un delantero diferente a los que había tenido en sus dos etapas en el Real Madrid. Convencido de que podía marcar una época, no dudó en coger un avión y presentarse en los arrabales modestos de Lyon, donde Karim vivía con sus padres, para regresar con el compromiso de su fichaje en un golpe de efecto decisivo en los éxitos de la última década del club blanco.
Y fue lo único, las palabras de Florentino, lo que por segundos logró tocar la fibra de Benzema. Mordiéndose el labio para evitar la emoción y las lágrimas antes de sus palabras. Esa relación especial que ha marcado tantos años del presidente con su 9.
«Gracias por todo lo que nos has dado, por engrandecer la historia de este club y por todo lo que has significado para el madridismo. Llegaste siendo casi un niño y te vas siendo un mito, uno de los mejores jugadores de todas las épocas. Tu leyenda durará para siempre. Gracias por esta historia de amor al fútbol que hemos vivido juntos y que sin duda ya es eterna», le dedicó Florentino en el que dijo era «un día muy difícil» en lo personal.
El Real Madrid preparó un vídeo emocionante. Entremezcló imágenes del Karim de 21 años que aterrizó en el Santiago Bernabéu al grito, «Un, dos, tres: ¡Hala Madrid!», que también lanzó en su despedida, con goles. Muchos goles mágicos. Muchos decisivos que dieron títulos. Hasta 25 expuestos en la imagen más imponente en el pabellón de baloncesto de la ciudad deportiva de Valdebebas donde se realizó la despedida.
Arropado Benzema por su entrenador de la última etapa, Carlo Ancelotti, por compañeros como Thibaut Courtois, Luka Modric, Nacho Fernández o Lucas Vázquez, por leyendas como Roberto Carlos y Raúl González. Fueron los encargados de transmitir el calor del madridismo hacia una leyenda que quiso decir adiós como si fuera uno más.
Sin ningún discurso preparado. Improvisando cuando le llegó el turno de salir al atril y confesar que su «sueño» era otro. Fichar por el «mejor club del mundo» y retirarse en él, pero «en la vida, a veces, hay otra oportunidad».
Le llegó de Arabia con una millonaria oferta que se convirtió en irrechazable para Karim. Sus dudas solo las conoció Florentino Pérez. Hace meses veía cerca su final en el fútbol de más alta exigencia. Hace días reculó y quería seguir. Así lo expresó en una gala cuando dijo que «la verdad no está en internet», pero días después volvió a dar un giro inesperado por Carlo Ancelotti y compañeros a los que había comunicado que cumpliría el año de contrato que le quedaba para marcarse con 36 años.
«No tengo muchas palabras porque es un día un poquito triste, porque me hace daño dejar el club», dijo Benzema en un mensaje corto e improvisado, conteniendo en todo momento la emoción. Recibió la insignia de oro y brillantes, posó con sus hermanos, con el presidente, con compañeros, técnico, exjugadores y directivos. Junto a los títulos y un Balón de Oro que puso el broche al inolvidable curso pasado.
Y dijo adiós en busca de una nueva aventura mientras el madridismo aún digiere el cierre de un ciclo, tras una despedida menos calurosa de lo esperado el pasado domingo en el Santiago Bernabéu y un cierre íntimo, sin respuestas de Benzema de las razones que le han impulsado a un final abrupto e inesperado. «Gracias Benzema 9» fue el cierre del Real Madrid al que se ha convertido en una de las leyendas a la altura de las más grandes.
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