Luis “El Teacher” Cárdenas.- Real Madrid sacó la casta de “Rey de Champions” y con 17 minutos de locura, aprovechando los inocentes errores de la zaga del Paris Saint Germain, terminó dándole vuelta a una eliminatoria que la tenía en contra 0-2, gracias a un triplete de goles del delantero francés Karim Benzemá. El merengue está en cuartos y el PSG se va a casa con las manos vacías y casi con la convicción de que Kylian Mbappé ya no tendrá dudas de vestirse de blanco.
El partido llegaba con la mínima ventaja que había obtenido el conjunto del Paris en la ida. El corto resultado le daba sin embargo la seguridad de no arriesgar en demasía e intentar aprovechar los espacios que le pudiera dejar el local, que era el que tenía la obligación de buscar el partido. Y así fue, el Madrid salió en los primeros minutos a buscar el arco contrario, pero sin la eficacia para poder marcar.
Poco a poco fue aguantando el chaparrón el equipo del argentino Pochettino, que daba un golpe a las aspiraciones del merengue al irse adelante en el marcador. Mbappé había avisado entre el minuto 8’ y 13’, pero el guardameta Courtois logró sortear ambas posibilidades. La tercera, la vencida, al 39’, cuando Neymar Jr lo dejó solo al francés, quien en esta oportunidad no falló. Silencio total en el Bernabeu.
En el complemento tenía que remar contra la corriente, pero como el boxeador que está golpeado y mareado pero que no termina su rival de noquear y le deja un segundo respirar, así pasó con el Madrid, que apeló a su jerarquía y a los fallos del rival para lograr una extraordinaria remontada. Al 61’ el guardameta Gianluigui Donnarumma fue presionado por Benzemá y el golero le entregó la esférica a Vinicius Jr, quien habilitó al “Gato” para que empatara las acciones.
Despertó como un león herido el blanco, que al 76’ daba un segundo zarpazo, esta vez en una jugada de genios que realizó el croata Lucas Modric, quien terminó asistiendo a Benzema y este empató la eliminatoria. Tomaba respiro el local, pero rápidamente llegaría la locura y el delirio en las gradas, luego de una inocentada de un hombre tan experimentado como el brasileño Marquinhos, quien terminó “habilitando” al delantero francés y este en su noche no perdonó, para firmar el triplete.
Ni la magia de Messi, ni los destellos de Neymar y mucho menos las endiabladas de un Mbappé que dejó en una acción regado al meta Courtois y anotó, pero su tanto no subió en el tanteador, terminó salvando a un PSG que por mucho dinero que tenga aún carece de esa mística de equipo y jerarquía desde el banquillo, donde Carletto Ancelotti terminó ganándole el duelo de ajedrez a Pochettino.
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