Esta noche mágica, maravillosa y soñada, se viste de alegría y colorido para recibir al Niño Dios, al Cristo Redentor que desde las entrañas de María llega para darnos alivio, consuelo, esperanza, paz y amor.
Es Dios Todopoderoso, que en su infinita bondad y misericordia nos entrega en Verbo vivo y latente a su hijo amado, que llega para compartir junto a nosotros en sana y perfecta armonía.
Jesús, hijo de José y María, encarna al Divino Salvador, al Dios Vivo y bondadoso que nos enseña el camino de la santidad a través de nuestras buenas obras.
Hossana…hossana, bendito seas Niño Jesús que naces para redimirnos del pecado y para fundar a través del Evangelio del Señor la alianza indestructible y clara de la Vida Eterna, en un paraíso compartido sin egoísmos ni desigualdades.
Es además el inicio de tiempos buenos y mejores; de compartir en familia, de integrarnos al mensaje alentador de amor por nuestros prójimos; de aprender a perdonar, a comprendernos y a elevar permanente oración y agradecimiento por las cosas que se nos ha dado, especialmente el regalo hermoso de la vida…
Transitemos pues en esta hermosa Noche de Belén, en esta Navidad inmarcesible que nos acompaña año tras año, para recibir con júbilo y amplio regocijo al Hijo Amado del Altísimo…Gloria a Dios en las Alturas y Paz en la Tierra a los Hombres de Buena Voluntad…. ¡Feliz Navidad para todos!