Eduardo Viloria/DLA.- Los tamboreros y seguidores de la fiesta de San Benito de Palermo llegaron temprano al templo San Juan Bautista, concentrándose en el Bulevar Benito Salillas frente a la Iglesia, para asistir a la homilía convocada para el último día de la novena que había comenzado el 15 de mayo para recordar como se hace todos los años en esta jurisdicción, la canonización del santo de Palermo, San Benito.
La misa se inició a las 5,30 de tarde, ya habían tocado los tamboreros asistentes, al igual que los seguidores de la fiesta jóvenes y niños de la escuela de tambores y de danzas de San Benito, que viene formando la Fundación San Benito, dirigida por Rafael Figueredo, entrando al templo, donde hubo silencio total de las requintas y tambores, para facilitar la celebración litúrgica convocada.
En la homilía celebrada, el sacerdote Edgar Torres resaltó la vida del Santo Negro de Palermo, cuando se estaban cumpliendo 215 de su canonización, por el Vaticano, un 20 de marzo de 1807.
La novena que recuerda la Canonización, se inició el pasado 15 de mayo, llevando los seguidores de la fiesta la reliquia de San Benito, a las diversas capillas de las parroquias El Cedro, Betijoque y la Pueblita, entre estas Santa Rita, en Los Cedros, Santísima Trinidad, San Isidro, Las Rurales, Virgen del Carmen, San Benito en las Trincheras y San Rafael en El Jobo, convirtiéndose las visitas a cada lugar en procesión todas las tardes, por los diversos sectores señalados en la ruta de la novena.
No dejo de recordar el sacerdote de Betijoque el arraigo de esta fiesta de carácter popular, en los países de la América Latina y especialmente en Venezuela.
La tocata en el Bulevar Benito Salillas duró hasta casi caer la noche, donde sonaron fuerte las requintas y tambores que acompañan al Santo Negro.