Eduardo Viloria/DLA.- En la primera entrada a Isnotú, el pedazo de tierra trujillana que vio nacer al Beato de
Venezuela José Gregorio Hernández, está el monumento de Marisol Escobar diseñado por las manos de esta maravillosa escultora, ya desaparecida, mediante la técnica de ensamble, desmontada hace un año por trabajadores de Barrio Tricolor, organismo del gobierno que se ha encargado de hacer ciertas mejoras al poblado, lo cual no pusieron en práctica con el monumento, pues sus técnicos hicieron todo lo contrario, pulieron el monumento, lo dejaron de amarillo y después ante el rechazo a esta medida, le regaron un componente químico que permitió que saliera de nuevo la patina, como en efecto sucedió.
Sin embargo eso no basta, se hace necesario que el ciervo y el maletín sean colocados en el lugar que les pertenece a la escultura, tal como lo concibió su autora, el ciervo a la derecha y el maletín a la izquierda.
Aunque ya no hay tiempo para que se enmiende el error cometido antes del 30, pues estamos a horas de la Beatificación, se impone ahora la corrección del error cometido; esto para que la Junta de Patrimonio del Municipio, no tome otra instancia, para poner las cosas en orden, en este caso que sea enmendado el error cometido.
El sitio es utilizado como bote de desperdicios
Pudimos observar en la última visita que hicimos al lugar donde está colocado el monumento, que el mismo sirve como bote de desperdicios de todo tipo, esto por no tener un trabajador que cuide y preste mantenimiento a la obra, que de seguir así, el tiempo se encargará de deteriorar, principalmente el terreno y plantas ornamentales sembradas en el lugar.