Bar Sol y sombra

Valera, vivida, leída, escuchada y soñada (41)

En la parte frontal se ve el Bar “Sol y Sombra”, ubicado en la intersección (esquina) de la Av. 11 con la calle 7 de Valera. La gráfica fue tomada desde la calle 8. Se aprecia que estaba diagonal al anterior Palacio Municipal, el cual fue derribado en 1956

Urdió una historia de naturaleza
política insurgente, con cierta nobleza,
muy importante en la vida de la ciudad

 

Para hablar, de la Valera de antes y de aquellos movimientos sociales, intelectuales, bohemios y políticos que se formaron colidiendo en los alrededores de la plaza Bolívar durante el gobierno dictatorial de Marcos Pérez Jiménez, es obligatorio tocar la pequeña historia del Bar Sol y Sombra, fundado en 1948 por Don Ignacio León Chuecos.

El Bar Sol y Sombra estuvo ubicado en la esquina norte de la plaza Bolívar, cerca del Palacio Municipal y al lado del Teatro Valera. En aquellos tiempos se convirtió por muchos años en un lugar de encuentro, de reuniones, de conversas, de planificación, de junta de amigos, o como dice Don Luís González, “una peña de adecos, comunistas y hombres que se oponían al perezjimenismo que mandó entre noviembre del 48 y el 23 de enero del 58”.
Fue un emblemático lugar de concurrencia masiva de la Valera de los años 50 y 60, ciudad de mucho acontecer político en contra del régimen perezjimenista. Pero también era Valera una ciudad que buscaba crecimiento y avances en su desarrollo de la mano de curas como José Humberto Contreras llamado el gran símbolo del progreso de la ciudad y de Juan de Dios Andrade eje principal en los propósitos de rebeldía contra el régimen de turno, de dirigencia de irrelevancia y firmes convicciones como la de Pedro Malavé Coll, de un periodismo de mucho auge con un gran grupo encabezado por Manuel Isidro Molina y la AVP, director que se hizo fuerte a pesar de tener que realizar esa labor clandestinamente y con amenazas constantes por parte de la dictadura.

 

El 16-12-1962, El Tiempo titulaba con el Sol y Sombra

El centro de la comarca

 

Hoy recordando lo que fue el Sol y Sombra y su significado para la ciudad, y para eso contamos con el testimonio de un buen amigo de Don Nacho León, y fiel visitante de lugar como lo es Don Luis González, fe de vida del lugar propiedad de Don Nacho León que atendía de manera eficiente juntos a sus dos hermanos Roberto y Ernesto. “A Nacho León, como se le llamaba en la comarca valerana, lo conocí hace muchos años en su negocio, frontero con mi casa, frente a la plaza Bolívar de la ciudad en la esquina de la avenida 11 con calle 7, donde él regentaba el bar «Sol y Sombra», Nacho fue, de esos hombres que valen la pena que sean eternos”, recuerda Don Luis.

Fue un centro al que concurrían numerosas personas para divertirse, “pero fundamentalmente, para hablar de política, ese era el motivo principal. A Nacho siempre le acompañaron sus hermanos, todos eran adecos viscerales”. Don Nacho León llegó a Valera desde Isnotú de donde era oriundo. Pertenecía a una familia de dos apellidos muy apreciados: los León y los Chuecos, uno de ellos, el doctor Manuel de Jesús Chuecos fue un reconocido médico, director del hospital La Paz y diplomático ante El Vaticano en la década de los setenta.

Don Nacho León, parte de la historia valerana

Bemba parroquial

 

Según lo relatado por el cronista de la ciudad, Don Luis González, al lugar solían llegaba el grupo que conformaba aquel periodismo subterráneo, “el que andaba y desandaba en la bemba parroquial, banderizado por la esperanza: noticias de los presos políticos en Trujillo, en Guasina y en la Modelo de Caracas; noticias de los trujillanos exiliados en Ecuador, México, Cuba, Colombia y Europa; noticias de los torturados por todos los caminos del país, muchos de los cuales murieron. Los mítines, durante la campaña electoral de noviembre del 52 y del plebiscito de diciembre del 57, ocurrían frente al bar, en la plaza local. Las radios se oían, de contrabando, en ese bar en horas de la madrugada, mientras algunos clientes jugaban dominó, ludo, ajedrez, billar, donde no faltaba la vieja y noble caña y raciones de mondongo o de picatierra”.

Un bar para todo

 

Pero al Sol y Sombra también haciendo su entrada la gente del gobierno, llegaban con la misión de ver, oír y magnificar después el cuento en los centros locales del poder.
El bar solía ser atendido por Nacho León su propietario junto a sus hermanos, Roberto León Chuecos, y Ernesto León Chuecos, todos muy amables, siempre sonrientes… “Allí concurrían Amado Guerrero, Pedro Malavé, Aníbal Pacheco, Espinoza Lares, Hugo Dubuc, Felipe Terán, Víctor Hernández, Pedro Pablo Rendón, Rubén Darío Rojas, César Bertoni, Enrique Dubuc Arjona, el padre Andrade, el padre Contreras, Miguel Vethancour, Jesús Urdaneta Araujo, el periodista Francisco Arroyo, Ramón Azuaje, Guillermo Montilla, Amabilis Quiñones y muchos otros, la lista es larga entre ellos muchos de la famosa intelectualidad bohemia valerana de la época”.

Receptoría de información

 

Al bar “Sol y Sombra”, a parte de sus servicios normales como todo centro social y recreativo, también fungía como el centro de receptoría de la información clandestina que llegaba a Valera entre los años 50 y 58. Fue una especie de centro de acopio donde se distribuían todos lineamientos en contra de la dictadura.
“Al lugar llegaban periódicos, revistas y libros extranjeros que traían noticias diversas sobre la Venezuela del momento, publicaciones vetadas por el régimen, pero se escurrían por los laberintos de una oposición inteligente para crear refugios de defensa y comunicación. Eso era parte de la función del Sol y Sombra”.

Historia insurgente

 

El Bar Sol y Sombra urdió una historia de naturaleza política insurgente, con cierta nobleza, muy importante en la vida de la ciudad por construir una especie de «mesa redonda» para el debate sobre lo fundamental del hombre; “la dinámica por la libertad, esa especie de mito de Sísifo que acompaña a todo ser humano, cuya órbita vital nunca podrá desligarse de cargar esa roca que nos define como seres humanos en permanente protesta, insatisfechos redondos, que procura horizontes con mejores destinos. Nacho León Chuecos, a sus hermanos, fueron los cabecillas del bar que siempre amanecía de sol, con la piedra a cuestas cerro arriba…”.

 

 

“Eran tiempos en los cuales teníamos un país en la sombra y un bar tras el sol”

DON LUIS GONZÁLEZ, Cronista

 

Repensar a
Valera es…

Saber que los mítines, durante la campaña electoral de noviembre del 52 y del plebiscito de diciembre del 57, ocurrían frente al bar, en la plaza local. Las radios se oían, de contrabando, en ese bar en horas de la madrugada…

 

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