Bandas delictivas, dedicadas al robo, tráfico de armas y extorsión, pueden estar detrás de la muerte del joven agricultor de Jalisco, Motatán. El Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) hasta ahora manejan un posible ajuste de cuentas, debido a la manera cómo lo asesinaron de múltiples disparos y posteriormente le quitaron la cabeza. Estas prácticas, propias de grupos paramilitares, son las que ponen en evidencia a los agresores.
No obstante, las autoridades no han logrado identificarlos y menos dar con su paradero. Los familiares de Francisco Raúl Rodríguez Torcates, de apenas 19 años de edad, están consternados y exigen justicia. El muchacho salió de su casa para buscar a su hermanita en el colegio y horas después apareció muerto. El hoy occiso jamás estuvo preso y no se le conocía alguna mala conducta. Al contrario, trabajaba como agricutor, junto a su padre, en terrenos propios de la localidad trujillana.
Por querer matarlo
Sus padres comentaron al Diario de Los Andes que él nunca había recibido amenazas y menos tenía problemas con personas peligrosas. En vista de esto, las autoridades indagan si algun grupo irregular lo asesinó por algún tipo de extorsión o si pretendían seducir al muchacho para enlistarse en sus filas y él se negó. Lo cierto es que el ensañamiento con su cuerpo, una vez muerto, sólo quiere sembrar un mensaje de terror en la comunidad.