«De Trujillo es tan alta la gloria, de Trujillo es tan alto honor» … Y fue así como el pueblo aguerrido de la ciudad capital demostró su coraje, su valentía, y salió este sábado 2-F a marchar, y a gritar hasta quedar sin aliento «No tenemos miedo», «Queremos libertad».
Nuevamente, el punto de encuentro fue la Plaza Sucre, en la parroquia Chiquinquirá, ahora llamada «plaza de la libertad» donde al igual que el pasado 23-E la gente llegó caminando varias cuadras, en cola, pero con energía y disposición para no quedarse viendo los toros desde la barrera.
Con cantos, alocuciones, gritos de consignas, lectura de acuerdos y sobre todo mucha euforia, llegaron las 12 del mediodía cuando el diputado Emilio Fajardo preguntó: ¿Marchamos o no? Y en una sola voz la multitudinaria asamblea gritó ¡Marchamos! Fue así como con tranquilidad, pacíficamente caminaron hasta la plaza Mendoza, destino final de la marcha, pero que luego fue modificado ante la Petición de la gente hasta el parque de La Trujillanidad, espacio que en los últimos años ha sido utilizado por el gobierno, y en esta oportunidad el pueblo llegó hasta allí y gritó: ¡Libertad!
Un río de gente
Cuadras y cuadras de gente bajaron por Las calles de la ciudad capital, según los organizadores y quienes participaron en la Marcha del 23-E esta actividad del 2-F superó la primera, la gente salió con sus banderas pitos, pancartas, incluso hasta a los niños llevaron a caminar sin miedo, acompañados con la bendición de Dios y la Virgen de la Paz.
Qué no se pierda la alegría
El padre Argenis Avendaño impartió la bendición antes de salir a la marcha y expresó que la alegría en medio de la crisis no se puede apartar de los venezolanos, porque en símbolo de paz, fe y esperanza, en este momento. Hay que resistir y luchar para que Venezuela encuentre el camino de la paz, y con esa bendición partió la gran marcha en la ciudad capital que dejó sin palabras a muchos ante la participación multitudinaria que no se había visto jamás en la historia de Trujillo.
Pampanito y Pampán no se quedaron atrás
En los municipios Pampanito y Pampán la gente que exige un cambio no se quedó en casa, al contrario, salieron a pesar del sol y el calor que caracteriza estas zonas, y llenos de entusiasmo y muchos sorprendidos por la receptividad de la gente expresaron que ha llegado el momento de aportar cada uno su granito de arena para que Venezuela y Trujillo despierten, y empiece una nueva historia, sin hambre, sin división, sin miseria y sin crisis humanitaria.