Jose Rojas CNP 25.946
jose.rojas@diariodelosandes.com
En vísperas de su próxima canonización, el Dr. Axel Rodolfo Santiago Sturup, egresado de la UCV y con una destacada trayectoria en microbiología médica, ha ofrecido una visión profunda y menos conocida sobre la vida y obra del Dr. José Gregorio Hernández Cisneros.
En una entrevista exclusiva con Diario de los Andes, el doctor Sturup destacó al «Médico de los Pobres» como el científico más influyente de Venezuela en el siglo XX, un hombre que logró la rara y admirable unión entre ciencia y caridad.
El Dr. Sturup, quien se desempeña actualmente como asesor de posgrado en medicina en la ULA Núcleo Trujillo, compartió su conexión personal con José Gregorio Hernández, la cual se remonta a su niñez y a las visitas a Isnotú conjuntamente con sus padres, donde fue testigo del fervor popular hacia la figura. Sin embargo, su admiración se consolidó al descubrir la vasta faceta científica de Hernández, una parte de su legado que, según Sturup, merece ser estudiada con mayor detenimiento.
«Él fue el hombre más importante en el siglo XX como científico venezolano», afirmó, resaltando que José Gregorio Hernández Cisneros, fue pionero en el estudio de la microbiología en el país.
Precursor de la medicina experimental
La entrevista profundizó en el camino de formación de Hernández, desde sus primeros años en Trujillo hasta sus estudios de bachillerato y medicina en Caracas, donde destacó por sus excelentes calificaciones. El Dr. Sturup reveló un dato poco conocido: El joven José Gregorio, a los 13 años, quería estudiar Derecho, pero su padre, lo instó a seguir la carrera de Medicina, una decisión que, a la larga, le permitió unir su vocación de servicio con la ciencia.
José Gregorio Hernández Cisneros, no solo fue un brillante estudiante, sino también un prolífico escritor, autor de más de once trabajos publicados y del primer tratado de bacteriología en Venezuela. Su dedicación lo llevó a estudiar en prestigiosos centros de Europa como el Instituto Pasteur en Francia, Alemania y Madrid, donde se empapo del conocimiento de los investigadores mas avanzados del tiempo.
El Dr. Sturup destacó que, al regresar a Venezuela, José Gregorio Hernández no solo trajo consigo un conocimiento invaluable, sino también el material necesario para modernizar la medicina en el país. Fundó las primeras cátedras de Fisiología, Histología, Microbiología y Parasitología, y fue el primero en introducir y enseñar el uso del microscopio, instruyendo a sus estudiantes en técnicas de laboratorio aprendidas en el extranjero.
Maestro y mentor de la ciencia en América Latina
El doctor Sturup hizo énfasis en la labor de Hernández Cisneros como un destacado docente, quien formó a las futuras generaciones de científicos venezolanos. Mencionó que el reconocido Rafael Rangel, considerado hoy en día el padre de la parasitología venezolana, fue alumno y discípulo directo del doctor José Gregorio Hernández Cisneros.
El impacto de su enseñanza trascendió las fronteras, convirtiendo a Caracas en un centro de excelencia para la ciencia en la región. Según el Dr. Sturup, su cátedra de bacteriología y microbiología atrajo a estudiantes de toda América Latina, incluyendo Argentina, Ecuador, Perú, Chile, Colombia y Uruguay. Estos estudiantes viajaban a Venezuela para aprender directamente de Hernández, quien, según lo expresó el Doctor Sturup, no solo trajo el microscopio, sino que también se dedicó a enseñar a sus alumnos cómo manejarlo: «Enseñó a sus estudiantes a desarmar el microscopio, cómo limpiar el microscopio, cómo ver bien una lámina, cómo hacer las coloraciones que él había aprendido en Alemania, en Francia y en España».
Un legado de fe y ciencia
Uno de los puntos clave de la conversación fue la capacidad de José Gregorio Hernández Cisneros, para conciliar su profunda fe religiosa con su rigor científico. A pesar del estigma que a menudo rodea a los científicos, Hernández, se mantuvo firme en su posición creacionista frente a las teorías evolucionistas de su época, respetando las opiniones de otros pero sin ceder en sus propias convicciones.
El legado de José Gregorio Hernández, más allá de lo espiritual, radica en su contribución a la ciencia. El Dr. Sturup concluyó que su mayor aporte fue la importación de material bibliográfico y de laboratorio, y el establecimiento de la microbiología en Venezuela a un nivel tan avanzado que atrajo a estudiantes de toda América Latina. «Fue el principal hombre de ciencia del siglo XX para los venezolanos», reiteró Starup, destacando que su influencia fue crucial para el desarrollo de la medicina experimental en el país.
El doctor Sturup finiquitó su intervención con un mensaje de aliento, instando a las nuevas generaciones a estudiar la vida y obra científica de José Gregorio Hernández, no solo como un santo, sino como un referente de la ciencia venezolana.
“José Gregorio Hernández, para mí es nuestro padre científico a todo nivel, no solamente espiritual como lo conocemos generalmente, el Médico de los Pobres, sino desde el punto de vista científico, es un hombre que vale la pena estudiar, vale la pena leer y vale la pena creer en él, yo creo que con esto puedo terminar diciendo felicidades al doctor José Gregorio Hernández, próximamente nuestro primer santo venezolano.”
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